AMIGO (Mi poema)
Oswaldo Reynoso (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Amigo, tu amistad a mi me enorgullece
cual río sin parar que llega al mar y crece,
o el vino que en la bota termina haciendo añejo
el afecto es más grande y nuestro amor más viejo.

Quisiera que el ayer guardes en un baúl
y que abras la cancela cuando el sol brille azul,
las rosas cuando luzcan en todo su esplendor,
lealtad, si se airea, será más y mejor.

Que así sea el recuerdo no vuelva atrás los años
el agua cristalina corre en los mismos caños
y es hoy que nos bañamos en sueños en reposo
el abrazo es más fuerte, el amor más hermoso.

Tu corazón y el mío están entrelazados
cuando no estoy contigo, estás siempre a mi lado.
que sepas vivo estás, siempre tu llama arde,
pues para la amistad, el tiempo nunca es tarde.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Oswaldo Reynoso

Responso para un pequeño combatiente

Un sabor de durazno amanecido
recién maduraba en tu rostro
y te mataron cuando mirabas la tarde!

Te gustaba morder dulcemente un clavel
a orillas de la noche mientras cogías
del cielo un pájaro estrella
pero te mataron cuando mirabas la tarde!

Tus manos hacían veleros de papel
y la nieve escribía con fuego
en tus ojos la biografía de una niña
y te mataron cuando mirabas la tarde!

Y esa tarde alzaste tu cuaderno manchado con sangre
y esa tarde cuando
sembraron el dolor en todos los surcos
tocaste la campana de junio
y esa tarde una bala rubricó en tu frente
la muerte clara del trigo
y te mataron cuando mirabas la tarde

Las estrellas lloraron en tu tumba
y el maíz mostró sus puños de sangre

Las niñas que te amaban bajaron
de la escuela con las trenzas deshechas
rompieron sus mandiles
besaron tus heridas y con agua de la luna
lavaron tu cuerpo joven.

¡Y te mataron cuando mirabas la tarde!

Mandil blanco…

Mandil blanco
de la primera puesta
de la tarde colegiala
me llego a ti
con mis alfabetos de agua
y con los puros azules
azules de mis manos
y el azul del lápiz
con que escribí en el viento
mis palotas rotas

Qué fue de aquel
tu bolsón repleto
de mariposas de miel y brisas

Qué fue de aquella
mi pizarra
que marcó el luto de tus trenzas

Qué fue de la embriaguez
del vino de tus ojos
que maduraban en el mar

Ahora que el recuerdo
se pone tan difícil
vamos tomando las manos
de la tarde -la hermanita buena-
para jugar ronda
en torno de la muerte

Mandil blanco
da para mis manos
el frutos de un rostro.

El pecado hace del cuerpo…

El pecado hace del cuerpo un fruto oloroso

El tiempo es llegado
estoy listo para la cosecha
arráncame de mi lecho
y elabora con fuego mi sangre
hasta que mis ojos
se leven en llamaradas a la luna.

He caído y ya no podré agitar…

He caído y ya no podré agitar
mis alas ni mostrar mi corazón
como cerezo ardiente.

Lo único que me queda
es machacar mis ojos con la luz
y comer el fuego de la tierra.

He caído y el mar ha perdido
su inocencia y la ciudad
se ha convertido en impúdica
durmiente bendecida en el amor.

He caído un ángel ha quemado
el templo y un niño ha llorado
ahogándose en mis sueños.

He caído cuando dos cuerpos
desnudos
se matan en la noche.

Mandil blanco…

Mandil blanco
de la primera puesta
de la tarde colegiala
me llego a ti
con mis alfabetos de agua
y con los puros azules
azules de mis manos
y el azul del lápiz
con que escribí en el viento
mis palotas rotas

Qué fue de aquel
tu bolsón repleto
de mariposas de miel y brisas

Qué fue de aquella
mi pizarra
que marcó el luto de tus trenzas

Qué fue de la embriaguez
del vino de tus ojos
que maduraban en el mar

Ahora que el recuerdo
se pone tan difícil
vamos tomando las manos
de la tarde -la hermanita buena-
para jugar ronda
en torno de la muerte

Mandil blanco
da para mis manos
el frutos de un rostro.

El pecado hace del cuerpo…

El pecado hace del cuerpo un fruto oloroso

El tiempo es llegado
estoy listo para la cosecha
arráncame de mi lecho
y elabora con fuego mi sangre
hasta que mis ojos
se leven en llamaradas a la luna.

He caído y ya no podré agitar…

He caído y ya no podré agitar
mis alas ni mostrar mi corazón
como cerezo ardiente.

Lo único que me queda
es machacar mis ojos con la luz
y comer el fuego de la tierra.

He caído y el mar ha perdido
su inocencia y la ciudad
se ha convertido en impúdica
durmiente bendecida en el amor.

He caído un ángel ha quemado
el templo y un niño ha llorado
ahogándose en mis sueños.

He caído cuando dos cuerpos
desnudos
se matan en la noche.
(de Luzibel publicada por Estruendomudo y Editorial San Marcos)

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Autor es esta páginna

Donaciano Bueno Diez
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Morir y renacer el mismo día cual suave…
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