A ESE AMOR QUE EXISTE AUNQUE NO EXISTE (Mi poema)
Pedro Casaldáliga (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Amor, tu eres mi amor y no eres mía,
un suspiro, mirada, una sorpresa,
el sueño en una noche que no cesa
y volver a ensoñar el nuevo día.

La sensación de un beso que no besa,
que se esfuma y no alcanza nunca al beso,
la ilusión vehemente de un obseso
que piensa que alguien hay bajo su mesa.

Ese amor que aunque existe no resiste
la prueba del algodón. Y al corazón,
va embriagando de gracia, y de emoción
un tumor, y de la ilusión, un quiste.

¡Oh amor que sé que existes y no existes,
que aunque creo tenerte no te tengo
y en cambio te deseo y te retengo
el alma dolorida por perderte!

Amor, aunque irreal, que en mi retina
te posas sin dudar a cada instante
no martirices más, que este soñante
lo real de lo virtual no discrimina.
©donaciano bueno

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Comentario del autor sobre el poema: Según mi propia concepción, no coincidente con la de Platón, el amor así denominado platónico es aquel con el que sueñas, que ves y desaparece, que tratas de conseguir y no alcanzas a cogerle, que en definitiva es puramente virtual.

MI POETA SUGERIDO: Pedro Casaldáliga

Pedro Casaldáliga

IDENTIDAD

Si no sabéis quién soy. Si os desconcierta
la amalgama de amores que cultivo:
una flor para el Che, toda la huerta
para el Dios de Jesús. Si me desvivo

por bendecir una alambrada abierta
y el mito de una aldea redivivo.
Si tiento a Dios por Nicaragua alerta,
por este Continente aún cautivo.

Si ofrezco el Pan y el Vino en mis altares
sobre un mantel de manos populares…
Sabed: del Pueblo vengo, al Reino voy.

¡Tenedme por latinoamericano,
tenedme simplemente por cristiano,
si me creéis y no sabéis quién soy!

EN ÉXODO

La vida sobre ruedas o a caballo,
yendo y viniendo de misión cumplida,
árbol entre los árboles me callo
y oigo como se acerca Tú Venida.

Cuanto menos Te encuentro, más Te hallo,
libres los dos de nombre y de medida.
Dueño del miedo que Te doy vasallo,
vivo de la esperanza de Tú vida.

Al acecho del Reino diferente,
voy amando las cosas y la gente,
ciudadano de todo y extranjero.

Y me llama Tú paz como un abismo
mientras cruzo las sombras, guerrillero
del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo.

CLARIDAD

Decir el pan, la lucha, el gozo, el llanto,
el monótono sol, la noche ciega.
Verter la vida en libación de canto,
vino en la paz y sangre en la refriega.

Desnuda al viento mi palabra os llega.
Sobre la plaza de la fiesta canto.
Pido que todos entren en la siega.
Vengo a espantar las fieras del espanto.

Mediterráneamente luminosa
escancio en mi palabra cada cosa,
vaso de luz y agua de verdad.

Si el Verbo se hace carne verdadera,
no creo en la palabra que adultera.
Yo hago profesión de claridad.

SONETILLO YO

Catorce surcos de tierra,
catorce ríos de sangre,
catorce almenas en vela
y el sueño en catorce mares.

Catorce vuelos sin nido,
paloma en catorce aras,
catorce noches testigo,
catorce veces el alba.

La muerte sobre el camino,
el Pueblo por compañía
y el Viento por toda voz.

Como un silencio que digo,
catorce versos mi vida,
catorce versos y Dios.

SILENCIO HABLADO

Si amar es mi costumbre,
la tengo mal sabida:
llena de muchedumbre,
sola de mí mi vida.

La guerra fue mi lumbre;
mi madre, la partida.
Velo mi mansedumbre
como una espada herida.

Derramando palabras,
de mis silencios vengo
y a mis silencios voy.

Y en Tus silencios labras
el grito que sostengo
y el silencio que soy.

NO TE HE NEGADO

Por causa de Tú causa me destrozo
como un navío, viejo de aventura,
pero arbolando ya el joven gozo
de quien corona fiel la singladura.

Fiel, fiel…, es un decir. El tiempo dura
y el puerto todavía es un esbozo
entre las brumas de esta Edad oscura
que anega el mar en sangre y en sollozo.

Siempre esperé Tú paz. No Te he negado,
aunque negué el amor de muchos modos
y zozobré teniéndote a mi lado.

No pagaré mis deudas; no me cobres.
Si no he sabido hallarte siempre en todos,
nunca dejé de amarte en los más pobres.

CARTA DE NAVEGAR

(Por el Tocantins amazónico)

«Leer las aguas» será siempre un sueño
mayor que mis estudios. No consigo
leerme por debajo, serme dueño,
tenerlas todas, a la vez, conmigo.

Flotan sombras de mí, maderas muertas.
Pero la estrella nace sin reproche
sobre las manos de este niño, expertas,
que conquistan las aguas y la noche.

Me ha de bastar saber que Tú me sabes
entero, desde antes de mis días;
que en Ti voy siendo la verdad que hago;

que has puesto en mis tesoros y en mis llaves
Tus luminosos ojos por vigías
¡y que eres mi Camino de Santiago!

CALUMNIA, QUE ALGUIEN QUEDA

Voy a engarzar en paz esas espinas
entre las rosas todavía nuevas.
Mi voluntad rendida Tú examinas,
Tú mi holocausto sin retorno pruebas.

Tus manos han ceñido mis riñones
desde la mocedad. Te ha reservado
mi corazón la flor de sus carbones.
Si he amado, Señor, a Ti te he amado.

Mi opción de eunuco por el Reino ostento
sobre esta frágil condición de hombre,
capaz, con todo, de acoger Tu aliento.

Cuando el lagar su desazón concluya,
Tú salvarás la causa de mi nombre
que sólo quiere ser la Causa Tuya.

ELLA VENDRÁ

Ya la acogí, en las sombras, muchas veces
y la temí rondándome, callada.
No era el vino nupcial, eran sus heces;
era el miedo al amor, más que la amada.

Pero sé que vendrá. Confío en ella,
amada fiel de todos y maldita.
No hay modo de escapar a su querella.
Sin hora y sin lugar, ella es la cita.

Vendrá. Saldrá de mí. La llevo dentro
desde que soy. Y voy hacia su encuentro
con todo el peso de mis años vivos.

Pero vendrá… para pasar de largo.
Y en la centella de su beso amargo
vendremos Dios y yo definitivos.

COMO UN RÍO

(Por el Río das Mortes)

Como un río que me invade mansamente.
Que penetro, deslumbrado. Como un río
que me arrastra, poderoso, en su corriente
mientras abro, libremente, el curso es mío.

Como un río que respeta mis orillas.
Con el cielo todo entero en su regazo.
Que yo sigo, por las noches, de rodillas
y circundo, bajo el sol, con un abrazo.

Como un río que me acuna, que me sacia.
Que yo invento con las aguas de Su gracia.
Como un río ya llegado y por llegar.

Donde muere el día y nace el día nuevo.
Como un río que me lleva y que yo llevo.
Como un río que se sabe río y mar.

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Donaciano Bueno Diez
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