PENSABA QUE LA ALEGRÍA… (Mi poema)
Margarita Arroyo (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Pensaba que la alegría
nacía del sentimiento
y pasado ese momento,
mi corazón se encogía.

Pensaba que la alegría
era un regalo del cielo,
le invoqué con mucho anhelo
y el cielo no respondía.

Pensaba que la alegría
era cosa de señores
y un negrito sonreía
al ritmo de sus canciones.

Pensaba que la alegría
se insuflaba a mogollón
con apretar un botón
al despertar cada día.

Pensaba que la alegría
era una cuestión de suerte,
como fue la de quererte
a ti solo vida mía.

Y miré hacia mi interior
y descubrí que tenía
cosas que desconocía
que le daban resplandor.

Que las sombras no existían
que todo era de color,
que mi duda era manía,
fruto de imaginación.

Y en este final del cuento
di gracias porque vivía
descubriendo en un momento
la suerte que yo tenia.
©donaciano bueno

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La alegría existe en demasía. Solamente hay que querer verla y atiborrase de ella. Como a los níscalos, hay que conocer donde se aposentan y poner todo el ímpetu en encontrarlos.

MI POETA SUGERIDO:

Margarita Arroyo

MIS MAESTROS

A un maestro fundamental:
León Felipe

Primero la palabra venturosa
de Dios: la soledad que entreveía
que me enseñó a intuir lo que quería,
a huir del mal y sorprender la rosa.

Algunos hombres con sus prodigiosas
maneras de sentir su cada día.
Y el placer de salvarme en la alegría.
Y el hecho de vivir en tantas cosas.

También el verbo y la palabra escrita
y aún el dolor del puñal amenazante
que te obliga a temer y a hacerle frente.

Y el temblor de una lágrima. Y la cita
precursora del verso y del instante
que se recuerda luego eternamente.

Con esta brida

Con esta brida me despojas
de más de en cuanto creo,
me seduces
y rompes para siempre en dos mitades.
Callas con cuanto sé,
con cuanto sé destruyes mi certeza
y parte alguna de mi casa queda a salvo
de este tiempo de ruido,
columnario de dios,
tormenta dulce.
Tan sólo tarayal,
que no olmeda me contiene.
Astucias de aire fijo ni refugio
servirán
para fingir sabiduría.
Voy sólo serpiente ciega
que sospecha otro limbo,
calle rota
con que salir a pedir consejo y nombres
cuando suenas proximidad,
celada,
y vuelves victorioso
aunque sé ?acaso?
que un tiempo inadivinable
tira de mí
como una lágrima salvadora.

Como una línea atada al corazón

Si tanto nacimiento aún aguarda,
cómo cegar las puertas,
someter cauces
o hacer un nudo en la camisa
por redimir el pecho y amansarlo.
Toda mi sien es sombra
que no quiere conocer
fuera de ti,
palabra suspendida,
verso de fuente,
trueno
que me tala sin fruto,
que suplico sin condición o fecha,
depuesta ya hace tiempo mi celada.
Esa herida que abre el fondo del misterio
ruega por mí
avivando las ascuas
que habrán de consumir
la ofrenda
que contengo como una línea atada al corazón,
a pesar de mi eco
y con su música.

ARTE MAYOR (V)

Te necesito, amor
con tus metales.
Agrio tu aliento
de tabaco y cerveza.
Tu pecho por mi espalda
tobogán que madura
en húmedos carbones.
Te necesito a trancos
galopando en mi nuca.

ARTE MAYOR (VI)

Estos fluidos nocturnos
quisieran ser cardumen
para en tu cuerpo mar
chuparle sus naranjos
al árbol de tus poros.
Menguar tu flacidez
con mis labios en punta
hasta extraer el sol
entre tus pliegues.

El raspar de mis hélitros
se vacía en suavidades
cargadas de tijeras
entrecortan mi pulso
en espejos filosos.
Siempre quise morir
entre los restos
de miliciano polen.
Me blanquea las retinas
tu hemorragia de peces.

MIS MAESTROS

A un maestro fundamental:
León Felipe

Primero la palabra venturosa
de Dios: la soledad que entreveía
que me enseñó a intuir lo que quería,
a huir del mal y sorprender la rosa.

Algunos hombres con sus prodigiosas
maneras de sentir su cada día.
Y el placer de salvarme en la alegría.
Y el hecho de vivir en tantas cosas.

También el verbo y la palabra escrita
y aún el dolor del puñal amenazante
que te obliga a temer y a hacerle frente.

Y el temblor de una lágrima. Y la cita
precursora del verso y del instante
que se recuerda luego eternamente.

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Autor es esta páginna

Donaciano Bueno Diez
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