UNA PANCARTA (Mi poema)
Manuel Amaya Zulueta (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA …de medio pelo

 

A solas voy pintando una pancarta
con un fondo en la tela claroscuro,
la mueca de una boca y gesto impuro,
un nudo que aparezca en la garganta
y una copa en la mano de cianuro.

Habré de reflejar que, sacrosanta,
un día yo abracé lo trascendente
y hoy me encuentro acercado a la pendiente
apenas arropado con mi manta
escasa por demás e inconsistente.

Y una luz apuntando a una escalera
que intente destacar cada peldaño
los mismos que he subido año tras año
en esta dilatada y tensa espera
de miedo, de dolor y desengaño.

Y un lema destacado en letras rojas
que obligue al que lo mire a que lo lea:
que un loco fue inconsciente en la pelea
deshojando al albur todas las hojas
a sabiendas no hubiera quien le crea.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO:  Manuel Amaya Zulueta

Soledad

Andando por las nubes, por la nieve,
por el silencio de mi muerte y sueño
quedó la soledad yerta un instante.
Un bordón en la mar huye del iris
un cuello en la mar vuela en el viento
un cántico del alma ya es del hombre.
Rodeado de estrellas siente frío
el interno pulmón, la blanca pena
la sufrida razón que nunca acalla.
y entre sombras ajenas, centinelas
de nuestra soledad, pasa la vida
callando, meditando y en silencio.
Nadie va por el mar para traernos
tasalas de los ángeles ni el alma
de los pavos reales de la infancia.
Nadie va por el mar buscando el éter
ni el aliento vital ni la liviana
sangre que casi tiene ya en los labios.
Nadie va por el mar para buscamos
el fin del corazón ,seno del labio
oculto fondo de ,suave palabra.

Carissa

Cuando vengas a ver mi cuerpo que sea sábado,
que luzca luna nueva en los perdido;
ven leído y no casto, arrodillado,
que tu mano no esté de sangre limpia.
Yo podré aguantar la mentira de tu abrazo
y cerraré los ojos y te dejaré actuar;
gozarás de mi cuerpo hasta hartarte,
yo acariciaré en tanto tus rodillas.
Ven, deja de ocultarte en el rencor,
ven paso a paso a mí, como era entonces,
descansa aquí, en mi pulso, pues no de otra
manera puede ser cuando se trata
de establecer aquello virginal
que cantas como amor en tus cuadernos.

(Primeros compases del Concierto para Violín, OP.64, de Mendelssohn

ADÁN Y EVA EN EL JARDÍN

Imaginar siempre un Edén
Rubén Darío

La musculatura era la de un cuerpo,
concavidad de amor que figuraba
música por los dedos lujuriantes,
sinuosas bocas amplias se os abrían
al cielo, sin espanto, y las serpientes,
cuando silbaban por la verde yerba
se quedaban un rato a contemplaros,
y la más atrevida os enroscaba
por las cinturas y los finos torsos;
murmullo sin palabras, sin sentido,
la sangre se paraba cuerpo abajo,
tan blanca y tan minúscula esbozó
un pez sobre las losas del jardín;
ligados forman en el blando césped
vuestros cuerpos figuras que se tragan
el horizonte azul hasta su fondo.
Más tarde os empezó a cubrir la noche.
¿La razón?, finitud que no impedía
dulces acciones; ni pensabais; gráciles
los pechos: “¿Tienes frío?”,
“¿Nos amamos de nuevo?”
“Ven, échate un poco hacia la locura”.

CUADERNO DEL BÉARN

(Breves poemas de libro inédito)

47
El ojo del abismo
me pasa por la espalda
el andrajo de miel.

58
En la estera del vientre
el árbol se evapora
cuando huele a semilla el sueño.

128
Duerme la luna
Bajo el olvido
Del renglón niño.

3
Por el húmedo sol
las tres palomas arden
con guirnaldas de miel.

10
El otoño exprimía
carrozas de limón sobre los bosques.

292
Todo límite es
lágrima domada.

4
Proveer una forma de escritura
da visibilidad a la materia.

7
He sido un ser de plata
salvo para el Misterio.

1947
El cello, voz de Adán.

136
Como la arcilla en la mano del alfarero,
así estoy yo en tu boca.

294
Revelase el lugar de la semilla
el interior de luz
del pájaro de nieve de la noche.

39
Tuberculosas hojas del otoño
con toquillas de miel por el jardín.

18
Dentro de las campanas
se pone un chal el aire.

37
Ella se perfumó
con tres dólmenes de arpas.

283
Dolores de las lilas en la capa
de sosa del silencio.

1947
El agua no es la araña,
la araña es el dragón
que se cree semilla.

170
El dolmen arrasó sin gravedad
el ribete de fruta de la colcha.

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Donaciano Bueno Diez
Manuel Amaya Zulueta
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Pido permiso a dios, quien nos hiciera, he…
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