PATO POR LIEBRE (Mi poema)
Patricia Olascoaga (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo
 

Yo hoy, señores, con todos me sincero,
presumiendo de aspecto tan sensato,
que he visto al rey hablando con mi gato
en acto de mayar dicharachero.

Mi gato que es muy sabia, pues es gata,
al mismo reprochaba, forastero,
por qué debió pensar pato primero
cuando hubo de decir meter la pata.

El mismo al que sagaz, ese pendejo,
guardándose un conejo en la chistera
brindaba que tal acto se celebre,

que amable replicó, guarde el consejo,
por más que a mi engañarme usted quisiera,
dar nunca logrará pato por liebre.
©donaciano bueno

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Meter la pata o dar gato por liebre son dos expresiones muy comunes, aquí trato de jugar con ambas de forma jocosa.

MI POETA SUGERIDO: Patricia Olascoaga

Patricia Olascoaga

Sería poético si no fuera

sería poético
poder contar tu historia
diciendo que un brazo de mar
ciñó tu cuerpo de treinta y cinco años
yendo cada mañana al lugar donde en
las rocas
gruñe o lame o lame y ruge
el cantábrico
salpicando el tesoro de tus manos
el tesoro que tus manos agrietadas
junta en las cestas hasta llegar al kilo de percebes
frescos del día para mesas exigentes.
sería poético poder decir
que el mar enamorado se lleva tu vida
una vida en su abrazo gigantesco
y que tus cincuenta minutos de lucha y pánico y lucha y vida
valieron por lo menos para una nueva plaza tahim
para una nueva primavera como aquellas manzanas rodando
con la vida de aquel chico de túnez
y que tus percebes y tú
tuvieran más de su minuto en la historia
en el noticiero de las dos en sucesos
en la página de nacional:
«en la costa gallega una percebeira de 57 años muere al ser absorbida
por el mar»
sería poético
si no fuera
por setecientos al mes
por tus nudillos enrojecidos de frío
por tu aliento lleno de miedo
por tus ojos desorbitados mirando la orilla
a los ojos desorbitados
de tus compañeras mirando al cielo
implorando
mientras aprietan los
delantales
implorando al cielo que venga
abrazadas entre llantos.
sería poético
si no fuera
porque esos cincuenta minutos en la ola
fueron los que tardó
el helicóptero en llegar a tu costado
en la costa
cuando ya no estaban tus ojos atónitos mirando al cielo.
cuando romper el silencio con las hélices
cincuenta minutos después
fue la diferencia entre la vida y la muerte
y sólo depende de nueva orden:
el personal de salvamento no permanecerá en la base y hará las guardias
en sus casas
a la espera de la llamada de la señorita de la central de llamadas
de la empresa privada de salvamento de la costa gallega.
sería poético
si no fuera.
(De Vayamos al grano; 2014)

EN CUÁNTAS NOS VIMOS

En cuántas nos vimos
los pocos
en la plaza en el frío
por Palestina o el Sahara
o los presos nuestros invisibles del FIES,
cuando aún no se oían las ratas en las alcantarillas
mordiendo
los cables de la luz
de las bombillas hogareñas,
comiéndose
los órganos por dentro
mientras los cantos de sirena
Acunaban la ignorancia protectora.
En cuántas nos vimos
hasta bien caída la noche.
Caían ideas análisis desencantos y cantos
a partes desiguales
Preguntándonos
dónde están ellos
aunque nos sabíamos la respuesta.
Y nos subíamos
el cuello del abrigo
y bajábamos la cabeza
por no decir con rabia
mal contenida
dónde están ellos.
Y equivocar
la pregunta fatal
de desenfocar la impotencia
y tirar la piedra
antes de ver el cristal
y tal vez caer en
la trampa
de bajar los brazos
al bolsillo
o bajar la vista
a la moneda.
En cuántas nos vimos, antes,
sonriéndonos,
también sabemos,
al reconocernos
ser capaces de reír con alegría
los mismos de siempre
concentrados
concentrándonos,
los pocos junto a la pancarta compartida.
En cuántas nos vimos.
Algunos envejecieron y muestran canas.
Otros andan cambiando de oficios y discursos, perdidos
buscando similitudes, perfecciones, soñando todos
andamos todavía diciéndonos
en cuantas nos vimos.
Despidiéndonos
Hasta la otra.
(De Vayamos al grano; 2014)

TE LLAMAN

A las paredes
de mi pueblo les cambió la cara.
Del te quiero anónimo
y la polla mal dibujada
que escandaliza
a las viejas y ríe a los críos
pasaron
a Somos los de abajo,
los de siempre hambreados,
Cría ricos
y te comerás sus crisis,
Sólo la lucha
nos hace libres,
Homicidios
son estos recortes,
estos desahucios
Nos robaron los sueños:
ahora,
no les vamos a dejar dormir.
A las paredes
de mi pueblo le están saliendo las uñas
y ya no son inofensivas ni para los meados
de los perros.
Tienen razones
las paredes que oyen,
lo han dicho siempre los refranes
y están hartas
de guardar silencio o corazones vacíos con una flecha de cupido.
A estas paredes
algún día
se le van a echar a andar las esquinas
empujadas por la gente
y se harán barricadas
con las esperanzas rotas
y barricas de gritos y cantos subversivos
con las que queden intactas.
Paredes que no quieren ser muro de lamentos
ni movimiento quieto
ni testigos mudos
ni murallas defensivas
de cómodos rincones donde esconderse.
Andan las paredes
con pareja de baile en la plaza
montando el festejo
los domingos por encima de las campanas,
señalando con el dedo
los elefantes muertos,
las alimañas,
los cortarollosmaquiavelos
del sillón de gobernante.
Se cansaron las paredes de tanta parsimonia.
Y se vuelven grito.
Y te llaman.
Vayamos al grano. Ed. Germania, 2014. En: DISIDENTES: antología de poetas críticos españoles (1994-2014). Ed. La oveja roja. Madrid, 2015

Pobreza

Detrás de una camiseta de tres euros
hay dos pobres:
el que compra
el que cose.
Cada uno en una parte del mundo.
En el medio el explotador,
que une la necesidad de dos pobrezas
en su beneficio.

Como Olmos

No es tiempo para el desánimo o la desidia.
Habremos de enraizarnos como raíces
para que las esperanzas sujeten la alegría
en un abrazo de utopías.
Habremos de enraizarnos como presentes
para que las raíces sujeten la rebeldía
en una transgresora muchedumbre de insurrectos.
Habremos de enraizarnos como olmos a la vida
en el gesto insobornable
en el acto de abrazarnos
en el guiño a la luciérnaga
en el hecho hecho de hogaza y agua
en la mesa compartida donde el nombre que importe
sea nosotras,
enraizadas en los vientres en parto
como olmos bajo la lluvia
sujetando tierra en el secano
en este campo grande de la vida.

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Autores
Donaciano Bueno Diez
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