MIS MAESTROS POETAS

NICOMEDES SANTA CRUZ

Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.
Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

JOSÉ ÁNGEL BUESA

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

JORGE LUIS BORGES

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

FEDERICO GARCÍA LORCA

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

BLAS DE OTERO

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

RAFAEL ALBERTI

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

ANTONIO MACHADO

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...-la tarde cayendo está-.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SALVADOR DÍAZ MIRÓN

En buen esquife tu afán madruga,
el firmamento luce arrebol;
grata la linfa no tiene arruga;
la blanca vela roba en su fuga
visos dorados al nuevo sol.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARQUÉS DE SANTILLANA

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.
la respuesta non devida
que me diste;
por lo qual
mi despedida fué tan triste.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RAFARL POMBO

Dame, ¡oh Dios! tu bendición
Antes de entregarme al sueño,
Y de todos los que yo amo
Cuida tú mientras yo duermo.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

TIRSO DE MOLINA

Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,...?.
Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL CELAYA

A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FELIX MARÍA DE SAMANIEGO

Apacentando un Joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
¡Favor!, que viene el lobo, labradores.
Éstos, abandonando sus labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO ALDANA

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME SABINES

A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
para levantar tu resurrección. Lee y disfruta de sus poemas...

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

Los pájaros que en sus nidos
mueren, ¿a dónde van?
¿Y en que lugar escondidos
están, muertos o dormidos,
los besos que no se dan?

Lee y disfruta de sus poemas...

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

¿Qué acecho de dolor el alma vino
a herir? ¿Qué funeral adorno es éste?
¿Qué hay en el orbe que a tus luces cueste
el llanto que las turba cristalino?

Lee y disfruta de sus poemas...

DÁMASO ALONSO

Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;

Lee y disfruta de sus poemas...

ROSALÍA DE CASTRO

¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS ROSALES

Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

VICENTE ALEIXANDRE

¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME GIL DE BIEDMA

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LEÓN FELIPE

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ ZORRILLA

¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JULIA DE BURGOS

Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUANA DE IBARBOUROU

A ártico cielo y soles de Brasiles
bajo palio de heridos corazones,
a ociosa espuma y a fluviales sones
anda el Sagrado Corazón en lides.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARIO BENEDETTI

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS GUILLÉN

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:,....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

OCTAVIO PAZ

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUTIERRE DE CETINA

Excelso monte do el romano estrago
eterna mostrará vuestra memoria;
soberbios edificios do la gloria
aún resplandece de la gran Cartago;...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MANUEL ALCÁNTARA

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ BERGAMIN

AGUA sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

CONCEPCIÓN ARENAL

Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL Y GALÁN

Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GLORIA FUENTES

El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

AMADO NERVO

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

Lee y disfruta de sus poemas...

LOPE DE VEGA

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Esparce octubre, al blando movimiento
el sur, las hojas áureas y las rojas,
en la caída clara de sus hojas,
e lleva al infinito el pensamiento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LUIS CERNUDA

Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRAY LUIS DE LEÓN

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RUBÉN DARÍO

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO DE QUEVEDO

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

SAN JUAN DE LA CRUZ

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SANTA TERESA DE ÁVILA

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

MANUEL MACHADO

Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,...

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

PEDRO SALINAS

A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.

Lee y disfruta de sus poemas...

JORGE MANRIQUE

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIGUEL HERNÁNDEZ

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Lee y disfruta de sus poemas...

RAMÓN DE CAMPOAMOR

En este mundo traidor
Nada es verdad ni mentira:
Todo es según el color
Del cristal con que se mira. 

Lee y disfruta de sus poemas...

ALFONSINA STORNI

Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

NICOMEDES SANTA CRUZ

Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.
Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

JOSÉ ÁNGEL BUESA

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

JORGE LUIS BORGES

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

FEDERICO GARCÍA LORCA

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

BLAS DE OTERO

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

RAFAEL ALBERTI

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

ANTONIO MACHADO

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...-la tarde cayendo está-.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SALVADOR DÍAZ MIRÓN

En buen esquife tu afán madruga,
el firmamento luce arrebol;
grata la linfa no tiene arruga;
la blanca vela roba en su fuga
visos dorados al nuevo sol.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARQUÉS DE SANTILLANA

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.
la respuesta non devida
que me diste;
por lo qual
mi despedida fué tan triste.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RAFARL POMBO

Dame, ¡oh Dios! tu bendición
Antes de entregarme al sueño,
Y de todos los que yo amo
Cuida tú mientras yo duermo.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

TIRSO DE MOLINA

Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,...?.
Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL CELAYA

A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FELIX MARÍA DE SAMANIEGO

Apacentando un Joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
¡Favor!, que viene el lobo, labradores.
Éstos, abandonando sus labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO ALDANA

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME SABINES

A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
para levantar tu resurrección. Lee y disfruta de sus poemas...

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

Los pájaros que en sus nidos
mueren, ¿a dónde van?
¿Y en que lugar escondidos
están, muertos o dormidos,
los besos que no se dan?

Lee y disfruta de sus poemas...

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

¿Qué acecho de dolor el alma vino
a herir? ¿Qué funeral adorno es éste?
¿Qué hay en el orbe que a tus luces cueste
el llanto que las turba cristalino?

Lee y disfruta de sus poemas...

DÁMASO ALONSO

Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;

Lee y disfruta de sus poemas...

ROSALÍA DE CASTRO

¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS ROSALES

Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

VICENTE ALEIXANDRE

¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME GIL DE BIEDMA

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LEÓN FELIPE

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ ZORRILLA

¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JULIA DE BURGOS

Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUANA DE IBARBOUROU

A ártico cielo y soles de Brasiles
bajo palio de heridos corazones,
a ociosa espuma y a fluviales sones
anda el Sagrado Corazón en lides.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARIO BENEDETTI

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS GUILLÉN

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:,....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

OCTAVIO PAZ

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUTIERRE DE CETINA

Excelso monte do el romano estrago
eterna mostrará vuestra memoria;
soberbios edificios do la gloria
aún resplandece de la gran Cartago;...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MANUEL ALCÁNTARA

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ BERGAMIN

AGUA sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

CONCEPCIÓN ARENAL

Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL Y GALÁN

Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GLORIA FUENTES

El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

AMADO NERVO

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

Lee y disfruta de sus poemas...

LOPE DE VEGA

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Esparce octubre, al blando movimiento
el sur, las hojas áureas y las rojas,
en la caída clara de sus hojas,
e lleva al infinito el pensamiento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LUIS CERNUDA

Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRAY LUIS DE LEÓN

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RUBÉN DARÍO

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO DE QUEVEDO

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

SAN JUAN DE LA CRUZ

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SANTA TERESA DE ÁVILA

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

MANUEL MACHADO

Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,...

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

PEDRO SALINAS

A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.

Lee y disfruta de sus poemas...

JORGE MANRIQUE

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIGUEL HERNÁNDEZ

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Lee y disfruta de sus poemas...

RAMÓN DE CAMPOAMOR

En este mundo traidor
Nada es verdad ni mentira:
Todo es según el color
Del cristal con que se mira. 

Lee y disfruta de sus poemas...

ALFONSINA STORNI

Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

Lee y disfruta de sus poemas...

A UNA INTERROGANTE (Mi poema)
Juan Clemente Zenea (Mi poeta sugerido)

Inicio » Fantástico » A UNA INTERROGANTE

¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar?  haz click en el botón de la derecha!

MI POEMA…de medio pelo

 

Escribo hoy para ti. Mi interrogante.
No sé si eres real, quizás no existas.
Mas sueño en ver te vistas y desvistas
y me hagas disfrutar como un amante,
me gusta te resistas.

Me tienes cual fantasma prisionero,
te miro y me entretengo en tu hermosura.
No tienes parangón. Ni la locura
habrá de comprender cómo te quiero,
dechada de finura.

Maldigo a la razón. Tú, mi delirio,
quimera, mi ilusión, mi fantasía,
te tiendo en el balcón de mi alegría,
de mi alma en su pupila eres colirio,
bendita esa utopía.

Sin ti me muero, amor tan solidario,
cual muere con un soplo una entelequia,
la sangre queda inane en una acequia.
Te adoro, inspiración, el santuario
su luz con que me obsequia.
©donaciano bueno

#Bendita inspiración! Clic para tuitear

MI POETA SUGERIDO:  Juan Clemente Zenea

LÁGRIMAS

Ave que cruzas callada
el mundo de mis delirios,
blanca azucena brotada ,
en un vaso de cristal;
visión de todos mis días,
sueño de todas mis noches,
hermosa flor que vivías
con aliento mundanal.

¡Bella mujer! ¿qué te has hecho?
¿Por qué no siento tu mano
tocar mi frente y mi pecho,
y encender mi corazón?
Ave errante, ¿dónde fuiste?
¿Te has marchitado, azucena?
Sueño, ¿te desvaneciste?
¿Te evaporaste, visión?

¿Do están tus rayos, estrella?
¿Do te has ido, hija del cielo,
la del alma pura y bella,
la del rostro angelical?
¡Acaso en tus sinsabores
llorando está, mi adorada,
tus desdichados amores
y mi destino fatal!

Cuando la tierra se viste
con su ropaje de viuda,
y asoma la luna triste
en la azulada región,
por mi mejilla descienden,
salobres y abrasadoras,
gotas, ¡ay!, que se desprenden
de mi enfermo corazón.

Porque a estas horas me acuerdo
de mi existencia pasada,
y en ella no hay un recuerdo
que amargo deje de ser.
De mi vida cada escena
es una historia de luto,
cada memoria una pena,
cada instante un padecer.

Entonces se me aparece
tu imagen de fada errante
que sobre la mar se mece
al morir radiante el sol.
Entonces tus ojos miro
aun más negros que la noche,
y en tu hermosa faz admiro
las tintes del caracol.

Entonces, saben los cielos
que me acusa la conciencia
proporcionarte desvelos
con mi torpe ingratitud,
¡y sabe Dios, alma mía,
que tu tormento y tu llanto
contribuyeron un día
a entristecer mi laúd!

Sobre sus cuerdas rodaron,
una tras otras perdidas,
las lágrimas que brotaron
tus ojos en tu aflicción.
Desahogando tus pasiones
al descender temblorosas,
formaron lánguidos
con su tenue vibración.

Son perlas, ángel divino,
que valen más que mi vida,
y aun más de lo que el destino
me quisiera conceder,
¡oh! ¡si pudiera beberlas,
yo en mi pecho guardaría
esas blanquísimas perlas
que están secando tu ser!

¡Pero mi boca es impura,
y ese raudal de diamantes
presta brillo a tu hermosura
y consuelo a tu dolor!
Mis labios tu faz tocando
no habrán de mancharla, hermosa,
tú estás de amores llorando,
¡y quiero verte llorar…!

MORIR DE AMOR

Ven, pajarillo, a mis prados,
ven a posarte en sus calles
sobre un lirio de los valles,
sobre un ciprés temblador;
alégrame con tus trinos,
muestra al sol tus lindas galas,
y arrúllame con tus alas
que estoy muriendo de amor.

Sauce verde en cuyas hojas
la luna su rayo quiebra,
cuyas ramas te celebra
el viento murmurador;
tú que en horas de ventura
susurrando me dormiste,
concédele sombra al triste
que está muriendo de amor.

Te mandé un suspiro anoche,
mas puede haberse perdido,
y acaso estará escondido
en la copa de una flor;
o errante sobre una fuente
tal vez mi mensaje olvida,
y no te anuncia, ¡oh Mercida!,
que estoy muriendo de amor.

Tú que a vivir me enseñaste,
tú que mis penas consuelas,
querubín que alegre vuelas
en torno del trovador,
déjame aspirar la esencia
que de tus labios exhalas,
y cúbreme con tus alas
que estoy muriendo de amor.

INTRODUCCIÓN

Al salir temblando Véspero
del seno azul de los mares,
viene a besarme la frente
la musa de mis romances.
Mas no penséis que en mi espíritu
se entronicen vanidades,
porque yo mismo lo he dicho:
¡mi esperanza es un cadáver!

Yo canto como los pájaros,
yo entonces lanzo a los aires
en la voz de la alegría
la expresión de hondos pesares.
Morirá mi acento lánguido,
y si algún eco dejare
en la atmósfera del siglo,
no podrá ofender a nadie.

¿Qué hallaréis en estas páginas?
Unas baladas fugaces
en que a las brisas del mundo
el alma sus flores abre;
Recuerdos de nieblas lúgubres,
melodías de los valles,
himnos del cielo en el golfo,
tristes lamentos de un sauce;

Que ese sol que baja pálido
tras mis montañas natales,
y ese murmullo del bosque
que vaga en ondas errantes;
¡Me anuncian, ¡ay!, el crepúsculo
de una ilusión adorable,
la noche en mi pensamiento,
y en mi corazón la tarde!

FIDELIA

Et dans chaque feuille qui tombe
Je vois un presage de mort.
Millevoye

¡Bien me acuerdo! ¡Hace diez años!
¡Y era una tarde serena!
¡Ya era joven y entusiasta,
pura, hermosa y virgen ella!
Estábamos en un bosque
sentados sobre una piedra,
mirando a orillas de un río
como temblaban las hierbas.

¡Yo no soy el que era entonces
corazón en primavera,
llama que sube a los cielos,
alma sin culpas ni penas!
Tú tampoco eres la misma,
no eres ya la que tú eras,
los destines han cambiado:
¡yo estoy triste y tú estás muerta!

La hablé al oído en secreto
y ella inclinó la cabeza,
rompió a llorar como un niño,
y yo amé por vez primera.
Nos juramos fe constante,
dulce gozo y paz eterna,
y llevar al otro mundo
un amor y una creencia.

Tomamos, ¡ay!, por testigos
de esta entrevista suprema,
¡unas aguas que se agotan
y unas plantas que se secan!…
¡Nubes que pasan fugaces,
auras que rápidas vuelan,
la música de las hojas,
y el perfume de las selvas!

No consultamos entonces
nuestra suerte venidera,
y en alas de la esperanza
lanzamos finas promesas;
no vimos que en torno nuestro
se doblegaban enfermas
sobre los débiles tallos
las flores amarillentas.

Y en aquel loco delirio
no presumimos siquiera
¡que yo al fin me hallara triste!
¡Que tú al fin te hallaras muerta!
Después en tropel alegre
Vinieron bailes y fuestas,
y ella expuso a un mundo vano
su hermosura y su modestia.

La lisonja que seduce,
y el engaño que envenena,
para borrar mi memoria
quisieron besar sus huellas;
pero su arcángel custodio
bajó a cuidar su pureza,
y protegió con sus alas
las ilusiones primeras;

conservó sus ricos sueños,
y para gloria más cierta
en el vaso de su alma
guardó el olor de las selvas;
guardó el recuerdo apacible
de aquella tarde serena,
¡mirra de santos consuelos,
áloe de la inocencia!…

Yo no tuve ángel de guarda,
Y, para colmo de penas,
desde aquel mismo momento
está en eclipse mi estrella;
que en un estrado una noche,
al grato son de la orquesta,
yo no sé por qué motivo
se enlutaron mis ideas;

sentí un dolor misterioso,
torné los ojos a ella,
presentí lo venidero:
¡me vi triste y la vi muerta!
Con estos temores vagos
partí a lejanas riberas,
y allá bañé mis memorias
con una lágrima acerba.

Juzgué su amor por el mío,
entibióse mi firmeza,
y en la duda del retorno
olvidé su imagen bella,
pero al volver a mis playas,
¿qué cosa Dios me reserva?…
¡Un duro remordimiento,
y el cadáver de Fidelia!

Baja Arturo al occidente
bañado en púrpura regia,
y al soplar del manso Alisio
las eolias arpas suenan;
gime el ave sobre un sauce,
perezosa y soñolienta,
se respira un fresco ambiente,
huele el campo a flores nuevas;

las campanas de la tarde
saludan a las tinieblas,
¡y en los brazos del reposo
se tiende naturaleza!…
¡Y tus ojos se han cerrado!
|Y llegó tu noche eterna!
¡Y he venido a acompañarte,
y ya estás bajo la tierra!…

¡Bien me acuerdo! Hace diez años
de aquella santa promesa,
y hoy vengo a cumplir mis votos,
¡y a verte por vez postrera!
Ya he sabido lo pasado…
Supe tu amor y tus penas,
y hay una voz que me dice
que en tu alma inmortal me llevas.

Mas… lo pasado fue gloria,
pero el presente, Fidelia,
el presente es un martirio,
¡yo estoy triste y tú estás muerta!

DIARIO DE UN MÁRTIR

I

II

Si después que yo muera,
al hogar de un amigo
mi huérfana infeliz y pordiosera
llega implorando protección y abrigo;

y albergue hospitalario
encuentra en sus desgracias,
yo saldré del sepulcro solitario
y al buen amigo le daré las gracias.

III

¡Catorce veces! -¡Una vida entera!-
Al llegar este día,
despertaba mi hermosa compañera
sonriendo de esperanza y de alegría.

Era que entonces recordaba, cuando
rendida el alma ardiente,
en una hora feliz puse temblando
la corona nupcial sobre su frente.

Y hoy, al abrir sus ojos, ¡qué amargura!
¡Oh! ¡Cómo habrá sufrido!
al comparar su inmensa desventura
con las delicias del placer perdido.

En bello porvenir albas hermosas
yo tierno le anunciaba
y al renovar los lirios y las rosas
incienso y mirra en el altar quemaba.

Era todo placer, fiesta solemne.
Y un ángel Dios quería
que encendiese la lámpara perenne
que ante la imagen de mi amor ardía.

Nunca turbamos con el ceño adusto
la paz del sentimiento;
y nos bastaban para dicha y gusto
modesta casa y corazón contento.

La postrera ocasión que así nos vimos,
libre el alma de engaños,
en el gozo habitual nos prometimos
saludar el mejor de nuestros años,

y así seguir sin vanidad ni orgullo,
cuidados ni temores,
viendo el tiempo correr sin un murmullo
como un agua que corre entre las flores,

y al apagar la juventud su fuego,
ver en tarde callada
el tibio sol de la vejez… y luego
su tumba al lado de mi tumba helada.

Y soñamos al fin de humanas cuitas.
Dos cruces y dos losas;
sobre mi cruz humildes margaritas,
sobre su cruz fragantes tuberosas.

Mas no vimos al ver tantas bondades
y bendecir al cielo,
las aves que presagian tempestades
tras nuestra barca en fugitivo vuelo.

Y llegó la tormenta: -se ennegrecen
los densos nubarrones;
las olas con las olas se enfurecen,
silban y braman rudos aquilones;

¡y nos hunden, mi bien, hados impíos
en un momento aciago!
¡Y en el revuelto mar, yo con los míos
en esta noche de dolor naufrago!

IV

Cesaron, ¡oh mi Dios!, las alegrías
del amor terrenal con sus anhelos.
Y ya empezaron a correr los días
del santo amor que seguirá en los cielos.

Conmigo seguirá, si por los vagos
espacios de la tumba, en paz y calma
navega el hombre en bonancibles lagos,
y un viaje inmortal emprende el alma.

Y ¡oh! nunca borre caprichosa suerte
la imagen ¡ay! que tu memoria encierra;
para amarte en el seno de la muerte
como tú me amarás desde la tierra.

Pero si quieres despertar mis celos,
y ni en tu mente alguna vez me nombras,
en la homérica selva de asfodelos
irá mi sombra a atormentar las sombras.

Mas no me olvidarás -que no se olvida
una como la nuestra, larga historia;
¡y al decirnos adiós en esta vida
nos dijimos adiós hasta la gloria!

V

Con su voz infantil, voz deliciosa
que vibra en mis oídos todavía,
al llover de la nieve silenciosa
libros de cuento mi Piedad leía.

Al pie de la caliente chimenea
yo al ver su rostro satisfecho estaba;
y mi santa mujer, ¡bendita sea!,
allí a su lado en su labor pensaba.

Ayer así nos contemplaba el cielo;
y hoy en mi hogar las desventuras moran,
ellas suspiran en extraño suelo
y mi destino y mi tormento ignoran.

Y yo al recuerdo de mis horas bellas
no se si viven mientras yo no muero;
¡y aquí pensando sin cesar en ellas
el fin del drama en la prisión espero!

VI

¡Oh! ¡Qué grato sería
libre y feliz sin pesadumbre alguna,
con la adorada mía
por la floresta umbría
vagar al rayo de esta blanca luna!

¡Y orillas de la fuente
ver la niña soltar sus trenzas blondas
al aromado ambiente,
y el agua transparente
con su imagen jugar sobre las ondas!

Y no con tanto anhelo,
harto el herido corazón de quejas
y amargo desconsuelo,
¡un pedazo de cielo
ponerme a mendigar desde las rejas!

¡Oh! ¡Cuántas, dueño amado,
noches tan llenas de esplendor, tan bellas,
en tiempo afortunado
los dos hemos pasado
al trémulo brillar de las estrellas!

Del espacio, señora,
con sus dardos de plata perseguía
eterna viajadora
la Diana cazadora
nube tras nube en la región vacía.

Contaba sus dolores
el ruiseñor a los favonios leves,
nos daban sus olores
las tempranas flores,
y un fresco soplo las postreras nieves.

¡Y la suerte entre tanto
pensaba convertir en un lamento
el armonioso canto
trocar la risa en llanto
y el gozo puro en sin igual tormento!

¡Quién entonces creyera
que tan pronto, mi bien, gimiendo a solas
de mi fiel compañera
separado me viera
por dura cárcel y profundas olas?

Y ¿quién pensar podría
que la ilusión del porvenir risueño,
en no lejano día
volando pasaría
como una sombra en fugitivo sueño?

¿Y éstas son las hermosas
albas del porvenir? -¡Delirio insano!
¡Ay mis lirios y rosas!
¡Oh dichas engañosas!
¡Oh breves gozos del amor humano!

¡Qué alegre y bella estaba
mi compañera, la adorada mía,
cuando la nave a Veracruz llegaba,
y al asomar el día
en el fondo del cielo el Orizaba
su túnica imperial desenvolvía!

Columbrábanse apenas,
al borde de las playas inseguro
las fajas de las tórridas arenas;
y en el confín oscuro
de la heroica ciudad torres y almenas
y en un penón el artillado muro.

Después -¡oh cuadro hermoso!-,
preñadas nubes en su ruda espalda
sustenta el Chiquihuite portentoso;
y en su risueña falda
despliega el Aculcingo generoso
su rica vestidura de esmeralda.

Naturaleza adula
el valle en donde en la apacible siesta
el arpa santa una oración modula,
y en cuyo seno, enhiesta
levanta su pirámide Cholula
y la Malinche su empinada cresta.

Y nada igual tampoco
en horas de entusiasmo y de desvelos
soñó jamás el pensamiento loco,
como los claros cielos
que cubren la laguna de Texcoco
y de Ixtaxihuatl los eternos hielos.

Contentos y pesares
Chapultepec a los viajeros cuenta,
y al humo del incienso en los altares
noble, regia, opulenta,
en medio de sus bosques seculares
Tenoxtitlán magnífica se ostenta…

¡Tenoxtitlán! ¡Qué suerte!
¡Ya no más te veré! -La triste vida
los términos alcanza de la muerte;
que mi bien se despida
de ver su esposo y de tornar a verte,
¡y adiós! ¡Adiós, Tenoxtitlán querida!

VIII

Conozco esa canción; ecos perdidos
sus notas son de plácidas historias;
que a sus dulces y lánguidos sonidos
desde mi edad de fáciles victorias
están acostumbrados mis oídos.

Una noche -¿te acuerdas?- recorrías
las teclas de marfil: tierno, amoroso,
mirándome en tus ojos me veías,
y tú con el intérprete armonioso
los misterios del alma me decías.

Sentado junto a ti, mi pensamiento
de la existencia mísera y precaria
las cuitas olvidó; y un vago acento,
preludio de una mística plegaria,
la fiebre estremeció del sentamiento.

Después, dichosa, angelical, serena,
alegraste mi hogar con tu sonrisa
y esa canción que de pesar me llena,
que viene en alas de la errante brisa
y en las bóvedas cóncavas resuena.

¿Qué cosas al espíritu agitado
no dirán esas voces gemidoras?
¿Qué no dirán al pobre encarcelado,
hablándole en las ansias de estas horas
de alegres tiempos del amor pasado?

Le dicen, ¡ay!, que su infortunio es cierto;
que dentro del pecho el corazón sucumba
y allí repose inanimado y yerto
cual reposa el cadáver en su tumba.

¡Porque es verdad que su esperanza ha muerto!

IX

Prisión, enfermedad, negras pasiones
contra mí desatadas;
¡y tantas, tan acerbas aflicciones
en un pecho mortal acumuladas!

¡Por la esposa infelice suspirando,
y de mi niña ausente,
y el soplo de la suerte marchitando
los pálidos laureles en mi frente!

¡Oh Dios!, ¡que así mi corazón heriste!
Recibe un alma tierna;
¡cierra las puertas de este mundo triste!
¡Abre las puertas de la patria eterna!

X

Si el labio tuyo jamás me nombra,
y a Dios descanso por mí no pides,
del otro mundo vendrá mi sombra
para rogarte que no me olvides.

Y una voz de agonía
vibrará junto a ti,
y dirá noche y día
¡acuérdate, alma mía,
acuérdate de mí!

Si tú me llamas en tus dolores
y oyes un eco muy lastimero:
yo soy quien dice: -Mujer, no llores;
en el sepulcro, mi bien, te espero.

Y si acaso decides
no amar de nuevo aquí
y amor al cielo pides;
nunca mi amor olvides,
¡acuérdate de mi!

XI

La desgracia, es verdad, no viene sola;
cuando el piélago agita turbulento
su inmensa mole azul, y Dios apaga
la lumbrera del alto firmamento;
el bóreas bramador, ola tras ola
vertiginosa convulsión propaga.

Así, en la vida también, cuando el destino
marca las horas de infortunios llenas,
y sus alas los ábregos sacuden,
unas penas impulsan otras penas,
palpita el corazón, y en torbellino
todos los males a la vez acuden.

¡Paz y resignación! -ánimo fuerte
para ver deshacerse el dulce asilo
del doméstico hogar, y al furibundo
golpe que asesta sobre mí la suerte,
desnudo el pecho presentar tranquilo,
¡y que vacile y se desplome el mundo!

XII

-¿Te despides al partir,
de la niña? -¡No, por Dios,
que por no hacerla sufrir
me iré sin decirle adiós!

-Si llama al padre, al tornar
de la escuela, ¿qué diré?
-Que por no verla llorar,
sin verla el padre se fue.

-Se fue mi padre, ¡ay de mí!
¿Por qué nos abandonó?
-¿Volverá muy pronto? -Sí.
-¿Volverá, muy pronto? No.

-¿Y he de abrazarle al volver?
-Si, niña, le abrazarás.
-Si hay un cielo podrá ser;
¿abrazarme aquí? ¡Jamás!

XIII

Despierto, oyendo angustiado
que la voz de un ser amado
me llama con ansiedad,
¡y en el sitio acostumbrado
busco el lecho de Piedad!

¡Qué juego de la pasión!
¡Su lecho…! ¡Qué desvarío!
¡Qué mentirosa ilusión!
-¡Si no hay más lecho que el mío
en esta oscura prisión!

XIV

En el arábigo idioma
Lulú significa perla,
y el creyente de Mahoma
llama a su novia Lulú.
Al verte de gracia llena
tu padre así te decía,
que por hermosa y por buena
perla en la casa eras tú.

El mismo nombre te daba
yo también algunas veces,
cuando decirte anhelaba
mi ternura y mi pasión;
y al estar en ti pensando,
hoy, en el fondo del alma,
una voz me está gritando:

«¡Lulú de mi corazón!»

XV

Te mando, mi bien, un beso
y un suspiro desde aquí,
y sólo siento estar preso
por no hallarme junto a ti.

Mas como quiere la suerte
separarnos a los dos,
desde el umbral de la muerte
con el beso va un adiós.

Y como, aunque yo lo ansío,
no he de verte nunca más,
otro beso por el mío
en el Cielo me darás.

XVI

Mensajera peregrina,
que al pie de mi bartolina
revolando alegre estás,
¿de do vienes, golondrina?
Golondrina, ¿a dónde vas?

Has venido a esta región
en pos de flores y espumas,
y yo clamo en mi prisión
por las nieves y las brumas
del cielo del septentrión.

Bien quisiera contemplar
lo que tú dejar quisiste,
quisiera verme en el mar,
ver de nuevo el Norte triste,
ser golondrina y volar.

Quisiera a mi hogar volver
y allá, según mi costumbre,
sin desdichas que temer,
verme al amor de la lumbre
con mi niña y mi mujer.

Si el dulce bien que perdí
contigo manda un mensaje,
cuando tornes por aquí,
golondrina, sigue el viaje
y no te acuerdes de mí.

Que si buscas, peregrina,
do el ramaje un sauce inclina,
ningún sauce encontrarás;
y yo diré: -Golondrina,
golondrina, ¿a dónde vas?

No busques, volando inquieta, ,
mi tumba oscura y secreta.
Golondrina, ¿no lo ves?

En la tumba del poeta
no hay un sauce ni un ciprés.

Si te gusta #Juan_Clemente_Zenea... Clic para tuitear

Autor es esta páginna

Donaciano Bueno Diez
Si te gusta mi poema o los del poeta sugerido, compártelo. Gracias
Subscríbete!
Notificar a
guest

0 ¡Ardo en ascuas por conocer tu opinión! ¡Anímate a comentar!
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Echa un vistazo a la siguiente publicación
Me he decidido a tomar la vida en…
0
Me encantaría tu opinión, por favor comenta.x

Descubre más desde DonacianoBueno

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo