VERDE QUE TE QUIERO VERDE (Mi poema)
María Elena Higueruelo (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo
 

Me gusta ver la vida de color,
si debo de elegir yo el verde elijo,
que verde cuando empieza está el amor
y poco a poco adquiere el resplandor
y allí encuentro cobijo.

Y verde al despuntar está la fruta
que empieza a colorearse al madurar
te invita de su pulpa a degustar
y va de boca en boca disoluta
dispuesta a disfrutar.

Que verde fuiste, joven, te recuerdo,
el tiempo en el que andabas inmaduro,
soñabas que la vida es un conjuro.
Y al fin ya maduraste y fuiste cuerdo
y hoy miras al futuro.

El verde es el color de la esperanza,
y el verde predomina en la pradera,
y verde es de la playa esa bandera
que indica has de bañar con confianza,
sin miedo al mar te ingiera.

El verde es una gama de matices
lo mismo que hace el sol desde amanece,
aumenta la ilusión, luego decrece,
del blanco al negro va con sus deslices,
y en ambos ya fenece.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO: María Elena Higueruelo

María Elena Higueruelo

(Premio de Poesía Adonais 2019)

EN EL CINE

Galeotto fue el libro y quien lo hizo;
no seguimos leyendo ya ese día
DANTE ALIGHIERI

Ya va la blanca página llenándose
de signos que a nosotros poco importan.
Ya en la noche artificial se va crispando
el aliento como una espiral eléctrica.
Ya se dicen seres planos las palabras
. —¿qué palabras?—
que el murmullo de la sangre va apagando.
Una garganta sube y baja. El peso
de otra mano en mi mano Silencio.
No hará falta ya mirarnos:
en el siglo veintitanto es Galeotto
una pantalla que es un lago que refleja
nuestros ojos en dos fantasmas que se quieren
peor de lo que tú y yo sabremos.

P.D.
Tampoco ya nosotros terminamos la película.

EL OTRO QUE YO SOY

Un lunes de invierno
en una terraza de Benidorm

También la duda vendrá,
como lo han de hacer todas las cosas,
y en la imposición de su sombra instará
a decidir llegado el momento
si por fin rendir la ciudad
o bien, henchidos de amor y bravura,
luchar contra los soldados del tiempo,
invasores intentando instalar
entre tu frente y la mía el absurdo.

Recordaré entonces tu voz
alzándose lenta sobre el mundo,
tus palabras de luz imponiéndo-
se sobre el vino y las frutas;
recordaré cómo el sol no pudo
brillar más fuerte que tu acierto
y sabré que mi yo auténtico
no existe y que de hacerlo
me acompaña a todas partes.

Resolveré entonces pisar
a los fantasmas del futuro
y sostendré fuerte tu mano,
querido hacedor de miniaturas,
porque solo a tu lado puede
aflorar la otra que yo soy.

BIOGRAFÍA CERO

Ningún mal aquejó mi vida hasta la fecha;
no hubo guerras que asolaran la niñez,
ni en el hogar hambre o carencia.
No hubo epidemias, ni violencia, ni sangre;
asomó siempre el amor en cada gesto,
sobrio, como la ternura en cada palabra.
No hubo tragedias naturales:
no bailó el viento, no se abrió la tierra,
no clavó el agua en nuestras casas sus fauces.
No hubo traumas infantiles; no al menos
de los que poder culpar a nadie
—la inocencia es un apéndice
que el tiempo se encarga de herir—.

De dónde entonces la desdicha,
me pregunto, provenía si no acaso
del pecado temprano de buscar
antes de que madurara el día
el remoto origen de las cosas:
la descendencia de los hijos de Adán,
o ser el sueño de un gigante,
o integrar la ficción en la vida
y padecer en la carne tierna
la pena que nadie entiende, sufrir
en baja voz del culpable el castigo,
o llorar indefensa la pérdida
en alta mar del objeto sagrado.

Pagar deben los hijos de Occidente
con el desprecio de los hermanos
del padre la custodia; sea
esa la deuda y este el legado:
una soledad inexplicable e inmensa
que se traduce en la misma cosa
que en el ángel la cruenta guerra:
el mismo miedo difuso,
la misma ira repentina,
las mismas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.

EL BESO

El sexo, entre otras cosas
mueve el mundo

y a cierto nivel
hay algo que no entiendo:

biuen es sabido que basta
uno para el orgasmo;

se precisan dos, sin
embargo para el beso.

Teor (po) ema de la musa

El retrato de la musa
es igual a la suma
de los versos
al-ternados.

Contrato de un poeta y una musa (I)

«Te propongo escribir
un poema a medias;
dame tu materia prima
y yo pondré las letras».

Amores meteorológicos

¿Y si nos apretamos, mientras la lluvia aprieta?
¿Y si nos fundimos, como se funde la nieve?
¿Y si nos quemamos, más que el sol quema?
¿Y si…

…te dijera que el viento
desnuda árboles en septiembre?
;
entonces tendría que decirte
que este domingo no es septiembre,
aunque sé que lo parece,
casi tanto como junio.
Pero este abril dura treinta noches y una hora…
Y fuera llueve.

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Autor es esta páginna

Donaciano Bueno Diez
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