YO, MI, ME… (Mi poema)
Arnaldo Calveyra (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

YO he sido afortunado, un ganador
que en vida obtuvo premios a raudales,
un vivo aventurero, un soñador,
de activo caminar, trabajador
luchando en buena lid con el amor,
pudiera haber mejor pero no iguales.

MI vida ha trascurrido sobre ruedas,
de la misma he cogido lo mejor,
ni muros me han parado, ni veredas,
que ufano yo he ido haciendo entre roquedas
al sol soñando, el río y alamedas,
lo querido lo guardo en alcanfor.

ME gusta más querer a que me quieran
y más oír gritar: ¡tú si que vales!
Pues que hemos de gozar en primavera,
nuestra estancia ha de hacerse placentera
debido a que evitar no habrá manera:
la siega siempre llega a los trigales.
©donaciano bueno

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Siempre el burro por delante para que no se espante me decían de pequeño. Después traté de corregirme. Hasta hoy.

MI POETA SUGERIDO: Arnaldo Calveyra

Costumbres en casa

La primera estrella
traspasa la ventana
y descansa del viaje
en el centro de mesa.
Jarra fresquita
olorosa a primavera,
ropero
de la pieza de al lado,
un traje persiste
en el olor de la muerta,
silla que mira al campo.
Campo.
Colonias de malvones
golpean a las puertas.
Si Virgilio viviera
diría
lo rosadas que parecen esas nubes.
El alma ya pronta
a la muerte por sueño.
Te llevaré la mañana temprano
en un vaso de agua.

De Diario de Eleusis (2006)

Palabra en el tiempo, palabra cielo toldado, a mitad de camino se
desvía, en un sesgo de sílaba se te acerca al oído –te parece que la
oyes-, te llega en redondo el tañido de la campana bajando por lo
mismo de tarde, tarde de ayer tarde, tarde de esta tarde, la rima de
sombra y acacia, nada se mueve, nada se mueve.
……………
Palabra en trance de esperarte, en su compañía nace la palabra cielo
toldado. Una mitad es silencio que destinas al verso, palabra en
espera de la lluvia, se lleva bien con tu esperar que llueva, en un
verso te muestra la grandilocuencia del patio, una mitad es silencio.
………………
Corazón bajo tierra, la palabra escrita se borra, hace como que se
borra. Y al llegar la madrugada ya estará pronta su mitad de
barrilete.

De El hombre del Luxemburgo (1997)

A lo largo, a lo ancho de

espejo de la fuente alivianado por nubes, la mancha de aceite, la
palabra. Cunde, es página –precipicio en blanco y negro-, encierra
el arrojo, encierra la intrepidez de significar, ser agua que corre,
agua de una fuente, pasión imposible de contener, acuñando en su
huida una imagen en los pocos que pasan, música que se destruye ni
bien oída, ocasiona praderas.
Gratitud para con esas

historias que lo ayudan a vivir y, llegado el caso

se deja investir por la

canción
improbable.

De Libro de las mariposas (2001)

Olía triste. Nos llegaba la voz antes que el cuerpo, su voz
cansada por el bajo. Y en la callecita, esa voz se callaba, los
paraísos, para que la hilacha del cuerpo se detuviera atónita, se
quedara mirándonos esperarla, su renguera se llevaba bien con el
mentón.

Era tan triste esa llegada.

Y entonces no era una voz sino un velorio, un velorio con

inacabables migas de pan sobre la falda.

2001-Libro de las mariposas

De Maizal del gregoriano (2005)

Acudimos al espectáculo en derredor de un plato incandescente y de
una danza, y yo, entrerriano recién llegado a la abadía de Solesmes
en busca de retiro y de silencio, me siento en un lugar apartado de la
iglesia a oír el gregoriano que cunde a lo maizal de nave a nave en
procura de los techos entibiados por la luz de las velas, oigo al
monje a mano derecha, de pie junto a la columna, en busca de notas
que se amen.
……………
Noche cuerdas adentro. Con noche afinan. Cuerdas en lo desierto
del patio, con él afinan. En este invierno que dura siglos.

La rata lazarilla

A mi lado, que es el este, hay un hombre que es el este, está
mirando, tiene la cara inclinada, espera de ese lado,
solo espera de ese lado, de todos los modos de espera de ese lado.

En algunos rincones del muelle crecen abandonados los yuyos, los
yuyos que no se dan con nadie, no se apasionan por casi nada.
Aunque tal vez no lo sepa, el hombre de la cara inclinada, de
alguna manera está dedicado a ese pastizal hirsuto.

El ciego de la rata pasa con una cuerda de pescar objetos, el
ciego es el sur.

La rata que lo acompaña se le apersonó una vez y se quedó a
vivir con él para siempre.

Trabajos que cumplir:

fotografía al desconocido que avanza a tientas por el muelle, es
tu pensamiento;

entrar de nuevo en las cabinas de la derecha, las moscas siguen
golpeando enloquecidas contra los vidrios, vivas. Abrir los
ojos de buey clausurados con papel de diario engomado, no mirar
lo que no está, lo que no entró contigo;

ir con la Medida de Aquel patio Que Sabes una ESE Lugar desconocido de Diario del fumigador de guardia

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Autor

Donaciano Bueno Diez
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Ave fénix que al cielo aplaudiera, lino, prado…
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