¡SALVEMOS EL PLANETA! (Mi poema)
Griselda Álvarez Ponce de León (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Pues dirán en un tris está el huerto
precisando de abrir artesianos
que le eviten efectos malsanos
y consigan llevar a buen puerto.

Pues que un día el planeta habrá muerto
degollado por seres humanos,
apretemos sin fin nuestras manos
evitando el final sea cierto.

Y aunque rayos rujan y centellas
y amenacen con grandes berridos
siempre habrá de adorar cosas bellas.

Nuestros versos serán atrevidos
siempre al sol, ay de mí, las estrellas
aunque perros mil, lancen aullidos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Griselda Álvarez Ponce de León

Griselda Álvarez Ponce de León

Vida

¡Qué difícil pensar de tan contenta,
no se puede escribir de tanta dicha!
a pío y canto el ave se encapricha
y vuela saboreando la tormenta.

Brota el renuevo y en la rama alienta
una explosión de júbilo predicha.
En lluvia y cal alivia su desdicha
la rosa estéril que vivir intenta.

Una paloma en leche se retiñe
y de tan alba nieve se alborota.
Todo está bien. El sol no se destiñe.

Que los tristes mastiquen su derrota,
yo muero de la risa que me ciñe,
bocanada de vida que me brota.

Sueño

Estás bajo mi lámpara dormido
y en sueños luchas, gimes, te retardas,
estás bajo mi lámpara y te guardas
como si bien despierto fueras ido.

Huyes quizá, tu pecho está vencido,
pero buscas mi mano y te resguardas,
respiras hondo y el aliento tardas
como en rotunda vocación de olvido.

Porque el sueño y la muerte son hermanos
me asusta tu conciencia de esqueleto,
de relámpagos, hielos y veranos,

tu ya no ser tan siendo tan completo,
tan paradoja fragua de gusanos.
Y dormido te quiero y te respeto.

Primavera

Qué aleluya volver de la ceniza,
reconstruirse y nacer de nueva cuenta,
volver los dos con unidad violenta
y retomar la vida con más prisa.

Ver nuestra primavera que improvisa
con flores y con tallos su herramienta
y sentir que la savia nos fermenta
y que ya somos miel, calor, sonrisa.

Después mirar el fin del alba roja
donde la nube danza el primer fruto,
ver al loco febrero que deshoja

a viento y sol voraz nuestro minuto
y sentir en la sien la azul congoja
que por morir la flor vamos de luto.

México de mi vida

Yo te miro en un niño de la calle,
cofre arriba limpiando un parabrisa
con la carita ayuna de sonrisa,
(ni una razón a que la risa estalle).

El vidrio diáfano ‘¡qué no se raye!’.
Mientras el porvenir del sin camisa:
violado por cualquiera, droga, prisa,
ganador de la vida en bocacalle.

Oscura piel de mugre sin aseo,
mirada con dureza que me embiste,
un sólido rencor que deletreo,

huesos al aire, niño que resiste.
Y ahí, aún en pie, ahí te veo
México de mi vida, imagen triste.

Historia

¡Ay primavera, primavera suave!
Érase una mujer que compartía
el humus de la tierra, la armonía,
el árbol fácil y el nidal del ave.

Érase una mujer como una llave
con la que abrir un mundo de alegría,
una mujer, fugaz sabiduría,
pacífica guerrera, beso en clave.

Y érase un hombre así, de todas suertes
hombre y señor, total naturaleza,
puño gigante, lumbre de mil muertes,

abismo terminal, conciencia ilesa,
con el llanto interior, porque eran fuertes
sus ojos de metal color tristeza.

Lejana arquitectura

Vejez, llévate todo: cutis terso
donde viajaron manos persuasivas,
ojos radiantes, lámparas votivas
que iluminaron noches de universo.

Llévate aquel andar que como en verso
mis firmes piernas eran decisivas.
Yo buscaba las cosas sustantivas
quizá muy lejos de un afán perverso.

Llévate de la avispa mi cintura,
dimensión increíble, lozanía,
llévate de mis senos la blancura

y el negro de mi pelo en armonía.
Llévate mi lejana arquitectura.
Pero déjame entera mi alegría.

Anatomía superficial

Oreja, mano, brazo, pierna, ojo,
tu mitad que se ajusta con la mía
en la superficial anatomía
donde corren tu audacia y mi sonrojo.

Para la sed, en tu belleza mojo
los ojos insolados de alegría
y convencida de mi paganía
el árbol del asombro te deshojo.

Apariencia no más. Por dentro explora
tu oscuridad, tu sal, tu vericueto,
virus, microbio, célula y espora;

sangre y poder total es tu sujeto:
la fealdad adentro te decora
y te tiembla de muerte el esqueleto.

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Autor es esta páginna

Donaciano Bueno Diez
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