YO ESCRIBO EN LAS PAREDES (Mi poema)
Mario García Obrero (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Escribo en las paredes, en el techo,
allí donde está en blanco yo lo pinto
con letras que destilan vino tinto,
que están agazapadas, al acecho,
con pobres latinajos de un desecho
de signo variopinto.

Y allí, cuando mi mente lo permite,
escribo por la noche cuando duermo,
igual que en hospital si estoy enfermo
el ansia de escribir se me repite,
y lo hago si oigo hay alguien que me grite
yo escribo en mi cuaderno.

Que escribo como quiero, cuando quiero
y trato a mi obsesión como a cualquiera,
tumbado en una hamaca en primavera,
del fuego a su calor el mes de Enero,
escribo, que su estado es placentero,
al día en que me muera.

E incluso si no tengo que decir
a veces, cuando estoy algo aburrido,
me pongo a emborronar de un salpullido,
si ignoro en qué pensar, pongo a escribir.
Llegado aquí, yo debo de añadir
que escribo mal, lo sé, si estoy dormido.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Mario García Obrero

Ganador del XIV Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande

Suena la «Sonata Gallega» en un centro comercial de Atlanta

sobre el musgo español que cae de las encinas unos
ángeles románicos discuten el color del cielo en el
estado de Georgia casa del faro de Tybee y de las
cacerolas de gambas con papas y salchicha
aquí como en los charcos de las carreteras caen peces de
terciopelo y claveles rojos

dos novios comen pizza californiana en el suelo de las
tiendas

yo escucho a las madres probándose bañadores y escucho
a las niñas con trenzas de hilo negro

toda esta luz el sabor a nueces de los escaparates la
suciedad dormida bajo la uña de una cajera las cajas
de fresas mohosas poco tienen que ver con la arela
arela es una palabra gallega que significa o desexo moi
forte dunha cousa

pero la arela no es escuchar al camarero del Starbucks
decir Meriou por megafonía

no discutiré si las armas son un derecho de seres
humanos libres o si la sanidad pública es básica para
un país de cowboys que se hace llamar democracia

yo solo vine aquí a buscar unas flores que alguien guardó
bajo las sudaderas rosas

solo vine a afeitarle la barba ignorante a un
arquitecto sumerio

vine con una foto de mi bisabuelo y las Cartas a un joven
poeta

y en la séptima planta del garaje todas gritan
I, too, sing America

y los hombres en tacones esparcen canela y sal del
Himalaya a las cuberterías de segunda mano

mi madre es poeta y mujer

mi madre descorona a las estatuas y da miel con limón a
los niños afónicos

al ver estas estrellas pienso en qué verá ella desde su
habitación

la curvatura ha hecho un sendero de amapolas
machacadas

quizá esté yo en la piel de todos los esclavos y en el
encefalograma que enmarcan las floristas y en las
máscaras que venden a los niños en la feria

quizá esté yo en los que dormidos maquillan la
margarina del desayuno y se alistan a la armada en el
cumpleaños de Abraham Lincoln
quizá esté yo en el Teatro Campesino de Luis Valdez o en
un lago pescando truchas

ese yo que como una sábana recién lavada ondea a las
puertas del granero

el que sentado en la jura de bandera se hace una falda
con mandarinas y plumas de albatros América
transcurre en mí y yo coso aurículas de lana
y todas las jóvenes de Sweet Apple Ohio y los que con
una sonata de guitarra atada al culo cruzan el pasillo
del motel se sientan en el jardín los días cálidos y
aprenden español mientras los recolectores bailan
ballet a la sombra
así mi corazón crece y mis ojos en el olivar como un
mochuelo en las manos del muerto
América transcurre en mí y yo encuentro a Ginsberg
subido a los coches de golf

encuentro a León Felipe mirando al mar con un perrito
caliente y una caja de música

encuentro a Antonio José exprimiendo limones delante
de la escuela cian de la aldea

encuentro a los dos brigadistas taiwaneses cantando el
«Himno de Riego» con una corona de gardenias

me encuentro y hablo a esa yo tumbada de lluvia suave
como el lomo de los corderos

con millones de preguntas y una cerilla

escribiendo ensayos de acceso a la universidad y velando
la legaña de los muertos

mi corazón tiene una lengua donde los herreros acuden
sin darse cuenta

allí las caracolas solo suenan a desierto lleno de peces

desde los acantilados enciendo un poema.

El arroz son pájaros

son pájaros
pájaros.
En el barniz, al otro lado
resuenan las migajas luminosas del domingo
en las plazas verdes
mi bosque
bestiario de caminos los dedos
John Berger levanta su bizcocho de cebolla y la revolución estalla.
Un perro, los pájaros
los pájaros,
pájaros.
Ser poeta
soy poeta
po-e-ta
soy tres sílabas
potae
eopta
soy opeta.
Antes de la incineración
hay ceniza que no se convierte en pájaro
pájaro
pájaro.

«Carpintería de armónicos nace como el canto humano de la gaviota. Surge en mí una necesidad de encontrar las carpinterías donde se fragua la revolución de la juventud. Por ser joven y transitar los senderos de la primavera, busco el estuario lleno de ideas sembradas en los campos nuevos. El lugar donde a lo inconstruible se le da forma de jilguero.

Además de la continua exploración por el olivar inmaduro, es este el sitio de la memoria; nuestra memoria y la de los ancestros que acude a ser desempolvada y tendida como faldas rojas.

El leviatán de un verano queda aquí, en los versos de Carpintería de armónicos. Queda aquí, con el recuerdo del sonido en el maravilloso lugar de los gatos.»

***

He estado sobre los cristales de este mar

tras el inevitable indicio de las gaviotas
una bañera pregona destinos.
Escarabajo negro, amor

un grillo que afina las clavijas agrestes de la palmera
el mar calma la ferviente mirada de hombres y lobos
sobre toneladas de densidad sigue habiendo caracoles.

Era el aire un volcán
y el soneto de lluvia gorgorea en el Olimpo.

Aquellos tan arriba que ni les llueve

solo envían estatuillas de mujer sin mariposas
y la esquela de otoños que guarda el río.

No Nino, el mar es libre desde lo pequeño
follaje sin otoño alguno rompe
cuando empujas un atisbo más de gravedad
la razón de filósofos griegos y poetas románticos recostados sobre París.

El mar es libre de la manera en que un niño comprende astros y cosmos.

Habrá una razón astrológica por la que un músico orbita sobre su instrumento

Igual que Plutón orbita sobre los senderos de naranjos
Ayer soñaron todos los niños y todos los perros
El acordeón que vive en los pecios del Danubio suena más lavandera
Que el trombón titubeante en las nubes del Huang He.
Un señor perdido por las lágrimas del Pas debate de alquimia con el globo lunar.
Hoy la farmacéutica lleva el trapo deshilachado de lavar los ojos de las gallinas
Aquí termina el eterno estuario del enamorado Volga
Un epíteto de granos y palmeras cae sobre los riachuelos de Groenlandia
Pasea en el pequeño madroño del cazador y la lechuza
Saltos de agua por las teclas del Tambre
Objetiva nube que arrastra la acuarela por los robledales y hospicios
Ayer volvieron a soñar los tres violinistas con el tulipán en el cráneo de la cabra
Solo ayer
Los ríos de Manrique se llenaron de espíritus puros como el color de las peras
Vuelven ellos, tres flautines en la tumba de un druida
A ver la caída del firmamento en la cabeza de una atalaya
Ayer, susurro de mi pecho de calandrias besan el suyo terruño
Las tres orillas del petricor.

(Sin título)

Cumplo dieciséis años con unas alpargatas de esparto y el sonido de las cosas escondidas
cumplo dieciséis años como quien apaga las tostadoras del paraíso cada mañana
como un nuevo padre que busca happy birthday en el traductor
las hogueras sobre mis sueños lejanos leen el horóscopo y dibujan caballos con su sangre
no pido grandes desfiles
cumplo dieciséis años pero tampoco es el Día Nacional del Guacamole
comeré cereales y tartas calientes y apio con crema de cacahuete
ataviado con chaleco de perejil y bajo el pestillo de las puertas siento a los pechos temblar
en montones de azúcar
cumplo dieciséis años y noto mi alma crujir como rodillas adolescentes
crezco y me veo tan dentro que los recolectores de azafrán repiten el pretérito imperfecto del verbo connaître
los poetas tienen una caja de lápices que abren cada atardecer mientras lloran en griego
bailo sobre una tierra y pronuncio lentamente mi nombre.

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Donaciano Bueno Diez
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Que yo vine hasta aquí para hacer bultolo…
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