Pobres pobres que a otros pobres confiáis esas ansias de cambiar vuestro destino, que atendiendo a sus promesas os fiáis, de pedruscos llenarán vuestro camino.
Mi vida no es mi vida que a mi me la robaron, con saña y sin razones el día en que naciera, con malas intenciones hurgando en mi sesera de invierno a primavera, pues nunca ellos pararon.
Al sol que más calienta me dijeron, tú ponte siempre al sol que más calienta, lo mismo hace la sal con la pimienta, los rotos con el hilo se cosieron, la luz que con el sol la luna inventa.
Yo sólo soy. no más, otro que pasa, otro más, ni mas más, ni más ni menos, poco más que del cuerpo una carcasa a ratos triste, a veces con su guasa mirando de soslayo a los ajenos.