Yo sé que no soy dios ¿alguien lo duda? que dios tiene que ser mucho más alto, más cuerdo y más sagaz, que mi locura que va de sobresalto en sobresalto.
Yo concibo la vida cual trayecto que a cada uno le toca recorrer. Desde el mismo momento de nacer y empieza a despertarse el inelecto no paras de correr.
Lo supe el primer día na' más verlo, no pienses vaya a entrar en tus disputas, valoras mucho el tiempo que disfrutas no hallando una razón para perderlo.
Hay siete niños ciegos. Palestina. ¿Otros siete? ¡qué más da, y qué decir! Otros siete a añadir. No hay medicina que a los hombres obligue a discurrir según la ley divina,
El tren de la esperanza se adivina y espera en el andén las ilusiones ansioso por subirse a los vagones, e inmerso en el olor a la resina que impregna el despertar de sus pasiones.