Que amar no es fácil. Amar, ¿a quién, a dios? quizás sea mejor amar al diablo que encuentre en la pared o en un retablo, o paso de puntillas por los dos a expensas de sufrir un descalabro.
Hoy he vuelto a sentarme en ese asiento el mismo en que lo hacía cuando niño y he visto reflejado su cariño, pareciera que estaba muy contento y hasta pude observar me hacía un guiño.
Cuando nacen las horas, al comenzar el alba, cuando empieza el silencio despacito a rezar, la luz se hace notar y el sol asoma su alma, me asocio con la calma y empiezo a caminar.
Así quieran culpar, no soy culpable, que yo soy lo que soy, que así me hicieron. Los que a mí me educaron y murieron buscaron un promedio de notable haciendo a un ciudadano. Y confundieron