Hoy me he subido a un banco para acercarme al cielo, cogerle con la mano, pintarle de amarillo, hacerle más cristiano rompiendo al fin el hielo sentirle más cercano y hacerlo más sencillo.
Si al banco que se encuentra allí en el parque un día yo la mano le tendiera brindando mi amistad. Y él comprendiera lo mucho que se acerca ya el embarque y en un gesto de amor él me quisiera.
Yo, aunque no lo creáis, siempre me beso, algunos hay dirán que es que estoy loco, me beso cuando cojo algún sofoco, cuando leo, levito, y me embeleso y lo hago despacito, poco a poco.
Las féminas me abruman por doquier, que a gritos nunca paran de reñirme, y a punto incluso están de consumirme, yo aquí pido me dejen de joder pues nunca han de lograr pueda rendirme.
Aunque no me lo creáis tengo una fuente que echa un líquido de un blanco virginal. En verdad, no es una fuente muy normal, así sea que se pare de repente o aumente su caudal.
Vivo en piso alquilado sin puertas ni ventanas donde las amapolas no salen a pasear como no tengo vistas no puedo ver el mar las olas disfrutar, ni el sol en las mañanas.