He pensado meterme en la nevera, de una vez congelar mis pensamientos evitando sufrir. Y es que hay momentos que la duda se vuelve traicionera no hallando ni razón ni fundamentos.
Mancillasteis nuestra honra, nos dejasteis sin barcos. Fue en una tarde impía preñada de emociones, chupeteando la sangre y el alma a borbotones, piratas, como herencia dejándonos los charcos.
Yo soy un liberal de convicción, que a todo aquel que piensa lo respeto, e incluso en lo que hiciera no me meto, con una condición, conmigo hagan igual. Y aquí prometo,
Un viejo muy reviejo se quejaba haciendo en el espacio un aspaviento, verán, yo les confieso, no lamento que ahora mi apariencia ya esté ajada, no es eso lo que sufro, lo que siento.