MIS MAESTROS POETAS

NICOMEDES SANTA CRUZ

Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.
Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

JOSÉ ÁNGEL BUESA

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

JORGE LUIS BORGES

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

FEDERICO GARCÍA LORCA

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

BLAS DE OTERO

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

RAFAEL ALBERTI

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

ANTONIO MACHADO

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...-la tarde cayendo está-.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SALVADOR DÍAZ MIRÓN

En buen esquife tu afán madruga,
el firmamento luce arrebol;
grata la linfa no tiene arruga;
la blanca vela roba en su fuga
visos dorados al nuevo sol.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARQUÉS DE SANTILLANA

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.
la respuesta non devida
que me diste;
por lo qual
mi despedida fué tan triste.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RAFARL POMBO

Dame, ¡oh Dios! tu bendición
Antes de entregarme al sueño,
Y de todos los que yo amo
Cuida tú mientras yo duermo.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

TIRSO DE MOLINA

Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,...?.
Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL CELAYA

A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FELIX MARÍA DE SAMANIEGO

Apacentando un Joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
¡Favor!, que viene el lobo, labradores.
Éstos, abandonando sus labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO ALDANA

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME SABINES

A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
para levantar tu resurrección. Lee y disfruta de sus poemas...

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

Los pájaros que en sus nidos
mueren, ¿a dónde van?
¿Y en que lugar escondidos
están, muertos o dormidos,
los besos que no se dan?

Lee y disfruta de sus poemas...

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

¿Qué acecho de dolor el alma vino
a herir? ¿Qué funeral adorno es éste?
¿Qué hay en el orbe que a tus luces cueste
el llanto que las turba cristalino?

Lee y disfruta de sus poemas...

DÁMASO ALONSO

Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;

Lee y disfruta de sus poemas...

ROSALÍA DE CASTRO

¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS ROSALES

Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

VICENTE ALEIXANDRE

¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME GIL DE BIEDMA

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LEÓN FELIPE

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ ZORRILLA

¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JULIA DE BURGOS

Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUANA DE IBARBOUROU

A ártico cielo y soles de Brasiles
bajo palio de heridos corazones,
a ociosa espuma y a fluviales sones
anda el Sagrado Corazón en lides.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARIO BENEDETTI

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS GUILLÉN

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:,....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

OCTAVIO PAZ

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUTIERRE DE CETINA

Excelso monte do el romano estrago
eterna mostrará vuestra memoria;
soberbios edificios do la gloria
aún resplandece de la gran Cartago;...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MANUEL ALCÁNTARA

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ BERGAMIN

AGUA sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

CONCEPCIÓN ARENAL

Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL Y GALÁN

Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GLORIA FUENTES

El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

AMADO NERVO

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

Lee y disfruta de sus poemas...

LOPE DE VEGA

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Esparce octubre, al blando movimiento
el sur, las hojas áureas y las rojas,
en la caída clara de sus hojas,
e lleva al infinito el pensamiento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LUIS CERNUDA

Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRAY LUIS DE LEÓN

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RUBÉN DARÍO

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO DE QUEVEDO

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

SAN JUAN DE LA CRUZ

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SANTA TERESA DE ÁVILA

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

MANUEL MACHADO

Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,...

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

PEDRO SALINAS

A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.

Lee y disfruta de sus poemas...

JORGE MANRIQUE

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIGUEL HERNÁNDEZ

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Lee y disfruta de sus poemas...

RAMÓN DE CAMPOAMOR

En este mundo traidor
Nada es verdad ni mentira:
Todo es según el color
Del cristal con que se mira. 

Lee y disfruta de sus poemas...

ALFONSINA STORNI

Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

NICOMEDES SANTA CRUZ

Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.
Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

JOSÉ ÁNGEL BUESA

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

JORGE LUIS BORGES

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

FEDERICO GARCÍA LORCA

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

BLAS DE OTERO

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

RAFAEL ALBERTI

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

ANTONIO MACHADO

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...-la tarde cayendo está-.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS POETAS

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SALVADOR DÍAZ MIRÓN

En buen esquife tu afán madruga,
el firmamento luce arrebol;
grata la linfa no tiene arruga;
la blanca vela roba en su fuga
visos dorados al nuevo sol.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARQUÉS DE SANTILLANA

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.
la respuesta non devida
que me diste;
por lo qual
mi despedida fué tan triste.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RAFARL POMBO

Dame, ¡oh Dios! tu bendición
Antes de entregarme al sueño,
Y de todos los que yo amo
Cuida tú mientras yo duermo.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

TIRSO DE MOLINA

Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,...?.
Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL CELAYA

A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FELIX MARÍA DE SAMANIEGO

Apacentando un Joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
¡Favor!, que viene el lobo, labradores.
Éstos, abandonando sus labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO ALDANA

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME SABINES

A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
para levantar tu resurrección. Lee y disfruta de sus poemas...

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

Los pájaros que en sus nidos
mueren, ¿a dónde van?
¿Y en que lugar escondidos
están, muertos o dormidos,
los besos que no se dan?

Lee y disfruta de sus poemas...

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

¿Qué acecho de dolor el alma vino
a herir? ¿Qué funeral adorno es éste?
¿Qué hay en el orbe que a tus luces cueste
el llanto que las turba cristalino?

Lee y disfruta de sus poemas...

DÁMASO ALONSO

Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;

Lee y disfruta de sus poemas...

ROSALÍA DE CASTRO

¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

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LUIS ROSALES

Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

VICENTE ALEIXANDRE

¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME GIL DE BIEDMA

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LEÓN FELIPE

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,...

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MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ ZORRILLA

¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!

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MIS MAESTROS-POETAS

JULIA DE BURGOS

Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUANA DE IBARBOUROU

A ártico cielo y soles de Brasiles
bajo palio de heridos corazones,
a ociosa espuma y a fluviales sones
anda el Sagrado Corazón en lides.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARIO BENEDETTI

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS GUILLÉN

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:,....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

OCTAVIO PAZ

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUTIERRE DE CETINA

Excelso monte do el romano estrago
eterna mostrará vuestra memoria;
soberbios edificios do la gloria
aún resplandece de la gran Cartago;...

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MIS MAESTROS-POETAS

MANUEL ALCÁNTARA

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

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MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ BERGAMIN

AGUA sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.

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MIS MAESTROS-POETAS

CONCEPCIÓN ARENAL

Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GABRIEL Y GALÁN

Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GLORIA FUENTES

El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

AMADO NERVO

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

Lee y disfruta de sus poemas...

LOPE DE VEGA

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Esparce octubre, al blando movimiento
el sur, las hojas áureas y las rojas,
en la caída clara de sus hojas,
e lleva al infinito el pensamiento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LUIS CERNUDA

Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRAY LUIS DE LEÓN

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RUBÉN DARÍO

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

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MIS MAESTROS-POETAS

FRANCISCO DE QUEVEDO

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

SAN JUAN DE LA CRUZ

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SANTA TERESA DE ÁVILA

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

MANUEL MACHADO

Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,...

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

PEDRO SALINAS

A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.

Lee y disfruta de sus poemas...

JORGE MANRIQUE

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIGUEL HERNÁNDEZ

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Lee y disfruta de sus poemas...

RAMÓN DE CAMPOAMOR

En este mundo traidor
Nada es verdad ni mentira:
Todo es según el color
Del cristal con que se mira. 

Lee y disfruta de sus poemas...

ALFONSINA STORNI

Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

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DE MAYOR, YO QUIERO SER MUJER (Mi poema)
Antonio González Guerrero (Mi poeta sugerido)

Inicio » Amor » DE MAYOR, YO QUIERO SER MUJER (Mi poema) Antonio González Guerrero (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA…de medio pelo

 

Mamá, cuando yo vuelva a ser niño,
si volviera a nacer
y tú me preguntaras tan dulce con cariño,
hijo ¿de mayor qué quieres ser?
respondería, mami, yo a tu mimo:
de mayor, mujer yo quiero ser.

Ya sé, mami, ya sé que eso no es posible,
pero espero que comprendas que ardo en deseos por saber
y sentir lo mismo que tú sentiste
y ese misterio que es la gestación de la vida conocer.

Quisiera saber cómo fue la convivencia
durante las nueve lunas que permanecí en tu ser,
si me porté bien, si fuiste feliz con mi presencia,
si después de esa experiencia
de nuevo desearas volverme a tener.

Qué pensabas cuando aún no me conocías,
cuando en el vientre te daba pataditas sin querer,
cuando si sería niño o niña no sabías,
si es verdad que tanto ansiabas ya verme aparecer.

¿Con qué palabras puede describirse la ternura
de la madre que al hijo coge en sus brazos en la primera vez?
La expectación, los miedos, la sorpresa, la esperanza y la dulzura,
todas esas emociones en un segundo reunidas en torno a su bebé.

Si es verdad que alguna vez de mi padre te acordaste,
cuando por culpa mía te hacía devolver,
cuando los inoportunos antojos te hacían insoportable,
¡os prometo que algún día os recompensaré!

Recuerda, mamá, lo que te digo
que aunque volver a nacer no pueda suceder
ahora sólo pretendo ser tu hijo más querido
pero que me gustaría poder haber sentido
todas las emociones que has vivido,
que durante el embarazo percibe una mujer.
©donaciano bueno

Este poema va dedicado en particular a una persona muy querida para mí, que aunque el texto no esté a la altura de lo que ella se merece, sabe que lo he hecho con la mejor intención.
Y por extensión, a todas las futuras mamás sin distinción y en especial para las que en esa etapa tan sensible de la vida, estén atravesando problemas económicos, afectivos…etc…para que sepan valorar el maravilloso privilegio que tienen de ser protagonistas de ese misterio que es la gestación y el nacimiento de un ser humano.

Adivina, adivinanza,
Mi poema es para ti
Inquilina de mi alma
Rosa azul de mi jardín
Adivina, adivinanza.

(Acróstico)

MI POETA SUGERIDO:  Antonio González Guerrero

Hagamos del amor una vasija

donde poder beber a todas horas;
que cuando llegues tú se me desborde
en tu pezón el vino. Que tus muslos
sean odres de miel para el reposo,
y tu pubis la sábana que cubra
toda la desnudez de mi inocencia
reencontrada en tus brazos.

Si fuera el desamor, como se dice,

tan altivo y cruel, tan a la forma
del sentimiento grave que nos une
en esta eucaristía de pan negro.
Si fuera el corazón como una fuente
de piedras para rodar, una escultura
solesmente radiante en su abandono
de agua abrideñal que sobre el mármol
de sus venas trasciende y se desliza.

LA FUENTE MILAGROSA

Aquí está el jardín. Entra. La fuente
que cura todo mal tiene sed de tus labios.
Bebe en su laxitud y pon la fruta
de Adán sobre la lóndiga del delta.

El jardín es espeso, sazonado y profundo:
con su hierba trigal y su fresón salvaje.
Cógeme las manzanas o sea tu cuchillo
odre de leche y miel para calmar la hambruna.

No hay horas de visita. Ven de noche si quieres.
Tráete a los amigos; la fuente es milagrosa.

OFICIO

Deja que te desnude con la boca,
a despecho del hambre de mis manos.
Que arranque tu pretina con los dientes
y muerda con mis ojos la sangre de los lirios,
que hiere tus pezones, gota a gota,
preñándolos de azúcar, cual si altivas cerezas.

Permíteme que caiga en el olvido
de toda dignidad. A cualquier precio
quiero la subversión, la guerra sucia
de tu lengua arrastrándome hasta el vértigo.

Amo la turbación, el desafío
de darme por doquier y toda entera
mansamente a tu ley y tu lujuria.
Ordéname matar y te obedezco.

Perra o esclava seré si tú lo pides,
o puta complaciente con quien mandes.
Pero acepta el oficio de mi boca
y escúpeme tu semen en la cara.

EL CHULO

No era un muchacho de esos
que trabajan colgados de un andamio,
con sus monos abiertos hasta el pubis
y el sexo a reventar. No era tampoco
un chicarrón vestido de uniforme
ni un chavalote al uso: con su culo
musculoso y gentil.
Yo no sabría
decir qué me sedujo de aquel hombre
o por qué sigo atada a su codicia.
Tal vez fue la dureza de sus ojos,
o esa forma especial de dar las gracias
tras cobrar su estipendio.

NEBUR

En la escuela jugábamos las chicas
a darnos el placer de buscar novio
(Los días eran largos y tediosa
la vida en aquel pueblo de mi infancia).

Cuando sea mayor -contaba Carmen-,
me iré a la ciudad con mis padrinos.
-Y yo seré azafata de congresos
Pues yo -decía Mabel-, seré enfermera.

La pasiva refleja… -Ángela, dime
¿qué función tiene el se cuando leemos
se vende, verbigracia, o se realquila?
-preguntaba Sor Juana sin respuesta.

El bedel era un hombre de principios
(si tocas menos diez, te doy un camel),
hacía sonar el timbre y la pasiva
quedaba hurtadamente en la pizarra.

La hora del recreo, con los chicos
jugando al escondite y a las prendas,
es el único gozo que recuerdo:
con Nebur manoseándose el paquete.

Si pierdes, quiero un rizo de ya sabes.
-Y ¿si gano?. Pues si ganas te la enseño.
¡Diecienueve centímetros de polla
-sentenciaba Miguel- Se la he medido.

No sé por qué razón perdía siempre
Nebur en aquel juego; aunque no quise
ninguna recompensa por entonces,
o su alarde viril me estremecía.

Tiempo al tiempo, chiquilla, tiempo al tiempo,
que yo sabré esperar hasta que crezcas.
Y me escribía versos en los libros
o me mandaba cartas por mi hermano.

Era un muchacho amable, inteligente,
sensible y soñador. Y, a sus quince años,

responsable en exceso y juicioso,
que firmaba al revés para ocultarse.

Tiempo al tiempo, chiquilla, tiempo al tiempo,
que quiero ir modelándote a mi modo,
y darme a tu ternura en cuerpo y alma,
y ver crecer contigo a nuestros hijos.

La clase de dibujo fue una historia
que no quiero contar. Hermana, mire,
Ángela está sangrando por las piernas,
-dijo Carmen nerviosa-.
Y sor Socorro,
que sabía latines de la vida,
me llevó a los lavabos advirtiéndome:
si lo haces con Nebur, ponle una goma.

PASEO VESPERTINO

Paseaba su mastín mientras leía
los versos, con fruición, de Leumna Haeget,
con el torso desnudo y atrevido
tal un jovial David de Miguel Ángel.

Lo miré al pasar junto a los setos
y proseguí ojeando ensimismada
la agenda de El País. Hola -me dijo.
Hace una tarde espléndida; el verano
es un tiempo infeliz para los perros.
-Quieto,Tom; deja en paz a la señora.

Vestía un short de atleta en raso fino,
tan blanco que un cristal transparentaba
el vello de su pubis, rizo y negro,
y su glande a estallar de tan hinchado.

Los perros son la leche. Tom, tranquilo;
sal de entre las celindas -reclamaba.
Y mirándome dijo: ven, entremos.
La tarde está ideal para un buen polvo.

REENCUENTRO

Me seguía a menudo hasta el colegio
en un BMW color blanco.
Su aspecto era de hippy: pelo suelto,
un escorpión tatuado en una nalga
y un pearcing de oro fino vigilando,
a modo de aureola, su prepucio.

Lo hicimos una vez y fue tan bello
que aún siento placer al recordarlo;
o el sexo se humedece y me estremezco
si digo que le di lo más profundo.

No quise verlo más. (Como presente
llevo puesto en la vulva su zarcillo).
Tampoco él insistió. Niña -me dijo-,
soy mayor para ti y obraré en causa.

Lo odié asesinamente por cobarde,
por dejarse vencer sin dar batalla.
Pero ayer, otra vez, lo eché de menos,
y todo volvió a ser maravilloso.

LUZ DE PONIENTE

¿Qué dulce medicina
hay, amor, en tus labios? ¿Qué palabra
capaz de contenerme
el ritmo de los pulsos?
Si memoro
las noches desdeñosas, en su urgencia
de traición o mentiras. Si me entrego
a la tenue alegría de tus ojos
de mieles y azafrán, leo en tu risa
los poemas más bellos que un amante
haya escrito jamás.
Tu diccionario
era un coro interior, con su liturgia
de límpidas sonatas. O solías,
a modo de ofertorio, abrir la puerta
de la gloria con líquidos clarines.

Tu verbo era la carne de las almas
que buscan comulgarse. Por tu boca
se derramaba un cáliz de alhelíes
a guisa de oración o de presagio.

Venías a mi fuente de agua tibia
con el vino feliz, para embriagarme
o dar calma a mi sed, sedientamente,
y a herir tu corazón de rosas rojas.

Traías el zurrón amanecido
de versos y de frutos escarchados.
Y siempre un solespones bondadoso
como lluvia de abril, tras la tormenta.

Yo no sé, en verdad, cuál fue el prodigio
que me arrastró hacia ti. Pero te juro
que aún llevo tu memoria como guía
de luz en esta ruta hacia el ocaso.

CITA APLAZADA

Le gustaba exhibir su poderío,
esplender su hermosura por la casa
y mostrar el paquete a las vecinas,
sutilmente detrás de los cristales.

Yo lo oía gritar cuando metía
un gol el Real Madrid. Zidane e Hierro
fueron aquel otoño contraseña
de duendes en mis manos.
Una noche
que jugaba en Montjuic el Barcelona,
subió a preguntarme por un libro
de Violeta Rangel. -Por favor, pasa.

Hablamos largamente de poesía:
de Moya y de Gahete. (¡Gol del Barça!)
Joder qué bien la mide el brasileño.
Perdóneme -añadió- te estoy cansando.

-No importa -sonreí-. Yo soy merengue
(aunque hay algún culé que está que mata).
Entonces -concluyó- sé generosa;
después veremos juntos el partido.

SIEMPRE LLEGAN LAS ROSAS

Porque me entrego al mundo
con llana devoción, sin darme tiempo
para orar a los ángeles castrados
o zaherir a los dioses de la niebla.

Porque soy como soy, aunque haya sido
lo que nunca sería si no fueras
el reloj de mi sangre, el meridiano
y el propio mapa mundi de mi cuerpo:
que no es tierra ni es mar sino latido
o pura alegoría de la llama,
u hostia a compartir.
Aunque te niegues
a creer que en mi pecho los chacales
han hallado botín, o que es estepa
de olvido la ceniza en los rescoldos,
y que no hay salvación en la derrota.

Aunque ya la templanza
me traicione en su azogue y me asesine
lentamente el dolor, o la locura
se haya vuelto a aliar con tu recuerdo.

Aunque sueñe tu pubis
ardiendo como un sol entre mis muslos,
o crezca todavía
tu aroma por mi piel desparramado.

Aunque haya tenido que matarte
para tenerte, en fin, eternamente
y sea un epitafio
mi vida, que se escribe en cinco letras;
aún siento el fervor, el fuego altivo
de esas ganas de amar, tal si a destajo.

Cierto que tengo el alma corrompida
de lunas navajeras y hojarasca;
pero odio el rencor cuanto amo el vicio,
y pago con ternura lo que debo.

O el corazón me dicta en su destreza
que, pues me doy al mundo sin ambages,

hallaré en la esperanza mi camino.
Las rosas siempre llegan, tras la nieve.

JUEGO DE NIÑOS

¡Aires de libertad! Hubo a menudo
días en gris marengo, interminables
noches de ensoñación que amanecían
urdidas de barrotes. En la cárcel
del sexo a medio abrir, las muchachillas
aldeanas pintábamos sombreros
y tulipanes rojos como falos
de fuego abrasador.
Con cierta astucia
los chicos adulaban nuestro empeño:
Te doy un chupa-chups si me dibujas
una almeja carmín en el ombligo.

En casa nos prohibían seriamente
comer pipas con sal o golosinas,
de ahí que convinimos, previo pacto,
el no comentar nada a los colegas.

Las cosas eran duras por entonces,
y el mínimo desliz era motivo
para no ir al cine una semana
o estudiar alemán todo el verano.

La libertad -decían- no es un peso:
es regalo de luz para uno mismo.
Y un regalo no llega ociosamente;
quien guste del deber será más libre.

Libertad, para qué -había leído
yo en alguna parte-. Y sonreía,
pues todo en nuestra regla era pecado,
o diera un panamá por un merengue.

El riesgo no era grave, si guardaba
Miguel nuestro secreto. Y yo creía
firmemente en la ley de la prudencia:
era un chico sagaz y agradecido.

El riesgo no era grave. Así que dije:
¿dónde quieres la almeja? -Aquí debajo.
Pero come primero el chupa-chups con ganas,
-concluyó jubiloso-. Lo mereces.

ANUNCIO POR PALABRAS

Rubén: chico viril, para parejas
con ganas de gozar; diez mil la hora.
También para bisex sano y discreto.
Abstenerse drogatas e indecisos.

Escueto era el mensaje. Terminaba
con un seiscientos seis de nueve cifras:
un número feliz que estaba impreso,
difuso y familiar, en mi querencia.

Quedamos en su casa. No tenía
el brillo de los ojos con que antaño
abrasara mi piel, tal si una esquirla
de lumbre se encendiera hasta los huesos.

Su gesto era taimado y se ocultaba
en un look inquietante y pandillero:
la cabeza rapada, voz adusta,
uniforme a lo Reich y carnes densas.

No pareció extrañarle mi visita:
Yo me llamo Rubén. -Y yo soy Nadja.
Pues ya sabes el precio: diez mil pelas
por un sesenta y nueve y un buen griego.

No supe contener mi desatino
y, a pesar de que el páncreas me temblaba,
hicimos el amor hasta extenuarnos,
o yo sentí mi cuerpo a la deriva.

Las cosas son así… Ahora vete
-dijo dándome un beso en la mejilla-.
Podemos, no obstante, hablar mañana;
tal vez aún quede un algo que decirnos.

CONFESIÓN

Quisiera confesarme
abiertamente ahora que anochecen
tus labios ateridos
en un vaso de whisky y de brown sugar.
Contarte, por ejemplo,
que aún siento el calor entre las piernas,
de tu semen rotundo:
uva dulce de Onán para mis días
de fiebre y ansiedad.
Si tú me escuchas
o si aún vale un verbo la franqueza,
te hablaré sin dolor, para decirte
que fuiste para mí lo más sagrado.

Es verdad que una tarde entre los tilos
Del parque Enrique Gil -¿por qué negarlo?-,
sentí mi doncellez arrepentida
y mandé asesinarla por tres veces.

Empeñó mi palabra
para jurarte, al fin, que tus deseos
eran para mi sed ríos de lluvia,
o no hubo otro hombre igual dándome gozo.

No es venganza si explico
que sé que te lo hacías con mi hermano;
o no hay razón alguna de tu esperma
que mi tacto cabal no certifique.

Cosas sin importancia, si se asume
que todo en esta vida es relativo;
o el libro del amor es más hermoso
si uno sabe leerlo en varias lenguas.

Hace frío. Tu cuerpo
huele a luz flagelada y sal antigua.
Cierra el confesonario con seis llaves,
y abriguémonos bien; la noche es larga.

TRÁNSITO AL DESENCANTO

A veces me gustaba darme al vicio:
dejarme flagelar ligeramente
e implorarle a mi novio de rodillas
que me atase con fuerza y sazonara,
con su lluvia amarilla, los racimos
agraces de mi sed.
Me apetecía
también, de cuando en cuando, el beso negro;
y con cierta frecuencia el fetichismo:
(morder su Calvin Klein bien empapado
de flujo seminal y droga dura).
O pinzar con su hebilla mis pezones,
o infligirme la cera sobre el clítoris.

A veces me gustaba seccionarme
en dos medias naranjas de tristeza,
y ofrecerme a Nebur virginalmente
e inmolarme en su fuego de caricias.

A veces, Dios lo sabe, en la miseria
pedí un jarro de amor como limosna.
Y sólo hallé lascivia y me di entera
con ganas de morir en unos brazos.

Inútil dejación. Aquel chiquillo
al que yo puse nombre de poeta
-ávido mercader de soledades-
mermó mi corazón hasta negarlo.

Lo amé en mi grandeza y mis ruinas
o di por él mi sangre en cien subastas.
Pero, aunque ahora vuelva a darme al vicio,
Nebur no beberá más por mi boca.

ACTO DE FE

Si piensas que ha caído
en las garras del miedo, te equivocas.
Puedo seguir amando aunque me duelan
los huesos de llorar.
Aunque se pudran
mi boca y los jacintos de mis labios,
voy a seguir creyendo en la alegría
de un nuevo amanecer en cualquier parte.

Te equivocas si estimas
que fuiste mi guardián de horas inciertas:
el amante atrevido
o el astro de mis noches de penumbra.

Te engaña el corazón cuando pretendes
hacerte perdonar tus arrebatos,
cuando vas por la vida de buen tío
y hablas del amor vacíamente.

Podría, si quisiera,
traerte el mar entero hasta tus ojos,
e inventarme jardines en mis manos
para darte el cobijo que me niegas.

Podría rescatarte de ti mismo,
romper como un cristal tu escaparate;
pero quiero soñar. Hoy necesito
soñar que aún te quiero, pese a todo.

DESTRUCCIÓN DE NEBUR

Como si nada hubiese muerto todavía
Pedro A. González Moreno
Como si nada hubiese muerto todavía
o la palabra aún tuviera el peso
de la ley de las almas pudorosas,
que saben de lealtad y abnegaciones.

Como si esta mañana las palomas
que pastan en mi sien, ya de regreso
de los cálidos bosques de Tunicia,
dibujaran tu nombre en los arroyos
de mi sangre cautiva; por mi sangre,
he visto zurear los pentagramas.

La música de ayer, las melodías
de tus ojos de arrope sosegado;
el timbal de tu cuerpo en su gemido
antes de darse, libre, a la contienda.

La flauta de tus labios suplicante,
el oboe encendido de tu sexo:
y el susurro también: el arpa antigua
de mis manos rezando a todas horas.

Dios del fuego invernal, yo te nombraba
dios, que quiere decir pasión ardiente:
temblor, gozo, dolor, herida, llama,
solar donde volver para habitarse.
Volvía yo a la casa en aquel tiempo
de arándanos en flor y miel tranquila,
con los odres henchidos de presagios
y el ánfora a quebrar de la ternura.

Mis bienes eran pocos ciertamente,
o nada a comparar con los almudes
ahítos de tus labios, generosos:
tierras de pan traer y blanco trigo.

Pero yo era feliz o me bastaba
esa frase perfecta que decías:
soy dichoso contigo, para serlo,
o amor es agradar la luz del otro.

Después, no sé por qué, fueron cayendo,
tras los soles de abril, las nieves frías;
y a la nieve siguió la niebla negra,
y hubo plagas, y aludes, y huracanes.

Quizás fuera la niebla. Pero, en junio,
enfermaron de golpe los castaños,
y no quedó en el valle ni un negrillo,
ni reventó la vid, ni hubo cerezas.

Tristeaba el silencio en mis rastrojos
pidiendo a Dios razón de su indolencia.
Y en tu pecho mordían las serpientes
del mal de desamor toda bonanza.

Por tus hermanas supe -tiempo al tiempo,
cual solías repetir a los quince años-,
que tenías negocios importantes
o cambiabas de coche alegremente.

Cuando te vi, Nebur, tras los deshielos,
no eras más que un rescoldo de ti mismo,

los restos recobrados de un naufragio
de un bello galeón repleto de oro.

Seguías siendo aún gentil y astuto,
con un aire naïf; pero aquel brillo
de azogue en las pupilas delataba
tanta desolación que, incluso el nombre,
no parecía igual.
Tú no lo sabes,
pero a veces te amé con tal vehemencia
que diera el corazón por destruirte.
O pequé contra ti hasta humillarme,
o no supe encontrar la luz precisa.

Sin embargo, ya ves, hoy las palomas
redibujan acordes por mi sangre
y pastan en mi sien, como si fuera
posible la esperanza todavía.

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Donaciano Bueno Diez
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