Pues duermes en tu cama calentita y vas a un buen colegio, y tienes cuanto el cuerpo necesita, empieza ya aprender, niña chiquita, que eso es un privilegio
Yo nunca fui a Madrid, me dijo un día un tipo valenciano entrado ya en edad, un hombre anciano, que al ver que en un asiento yo leía me vino a dar la mano.
Pintar, pintar..., yo ya no pinto nada, que soy como el pintor que está acabado, la brocha de no usar se le ha secado, del bote la pintura en desbandada en busca de otra novia le ha dejado.
Digamos yo nací donde he querido, pero eso ya sabemos que es mentira, pongamos soy un sueño que delira diciendo que a sus padres ha elegido, después de haber luchado ha conseguido ser dueño de su gira.
Es guasa, no lo creas, que es mentira que un buen día, mediaba el mes de mayo, aquí no he de mentir ¡me parta un rayo! -ya sabes la nariz también se estira-, se aupó sobre mi chepa un papagayo.
¿Por qué ya solo escriben versos libres jugando al buen tun tún con las palabras, tomando a las ideas más macabras ya nadie intenta y mide sus calibres?
Robaros la inocencia ese es mi oficio. Yo soy predicador. Soy padre, el elegido del Señor, quien dude de mi honor sabrá el suplicio que habrá de soportar, sin un resquicio, por ser tan pecador.
Nada es cierto ni es mentira, me da igual, nadie sabe la verdad de lo que dice, que este mundo es un completo carnaval así sea el mismo dios quien lo bendice.
Que un día bajé al río, la corriente seguía paso a paso disfrutando del agua que lanzaba en la pendiente. Lo hacía de manera sonriente por eso yo deduje está gozando, aquí el amor se siente.
Mi ingenio en venta he puesto muchas veces. Me extraña que no encuentre un buen postor. De todo lo que tengo es lo mejor, pudiera asegurarlo que con creces él tiene un buen motor.
Yo soy ese que un día fue de pesca y encontró que no había agua ni peces, negando la verdad una y mil veces e incluso que se puso a armar la gresca gritando hasta a los jueces.
Andaba yo jugando al escondite -parece que fue ayer cuando era un niño- y vino la verdad a hacerme un guiño lanzándome a la cara cruel su envite diciéndome, cariño,
Me he decidido a tomar la vida en serio ahora que ya vislumbro nubarrones, las mentiras, las verdades, las razones, sometiendo y las soflamas a un asedio, que argumentos necios son de los bribones.
He pasado en la calle donde estaba tirado un perro muerto, la gente se paraba y le miraba que al pobre miró un tuerto, comentaba, haciendo un aspaviento.
Él era un ignorante, algo cretino, fantasma en un gran circo que, ambulante, marchaba sin pensar hacia adelante haciendo muchas veces de adivino igual que un comediante.
Amante de la vida y sus placeres cual pollo que borracho está de vino
Anoche soñé contigo y vi que me sonreías, y aún recuerdo me decías que querías ser mi amigo. A dios pongo por testigo, que aquí yo no me lo invento, no repitas que fue un cuento que eso no es
Aquí en la población donde ahora vivo no hay fiesta que se precie si no hay toros, la música te impregna por los poros, el ruido del petardo es de recibo, que el fuego forma parte de los coros. -
