Yo te busqué entre las palabras raras de un crucigrama, las salidas inexistentes de un laberinto, hurgando en los muros medievales de la catedral de Burgos,..
Pregunto si existir vale la pena o acaso aquí es vivir una memez, que empieza cuando empieza la niñez y acaba con la muerte, esa condena lo mismo que sin agua muere el pez.
Conozco a mucha gente que en la vida, se dejan resbalar por la pendiente, ni paran a pensar si es consecuente seguir a esa muchacha presumida o hacer cual delincuente.
Que no soy de este mundo, dijo Cristo, y yo que Dios no soy, hay veces que no entiendo por qué estoy, y a hacer el paripé ya hoy me resisto, que ignoro por qué vengo, donde voy.
Que yo nunca entendí donde hay ventajas de hablar tantos idiomas. Reprocho a quien lo avala que son bromas y digo a quien reparte esas migajas con pan tu te lo comas.
Verdades absolutas sé no existen, que algunas hay que son medias verdades, productos del capricho, veleidades que al filtro la razón no se resisten o simples falsedades.
Subir al cielo y ver, eso es lo mío, subir al cielo y ver lo que ha pasado, subir y comprobar si el albedrío es algo que produce escalofrío y lleva irremediable hacia el pecado.
Somos humanos, somos cristianos, impredecibles cuando la gente ves que se arrastran como gusanos, a los que tienen sangre en las manos y se lamentan constantemente.
Del tiempo que ha pasado no me acuerdo, no sé nada, no existe ya constancia, se encuentra desnortado en su vagancia mandando a pasear a su recuerdo. Ya existe una distancia.
El hombre de los cohetes, los petardos, aquel que siempre va tirando tiros, no entiende cuando se habla de suspiros se ensaña mientras va lanzando dardos, tratando va de hundiros.
¿Creer algo sin verlo? Yo no creo. ¿Creer sin conocer, un disparate, especie es de una farsa o de un dislate? No piense aquí al creer que le hago un feo y aun menos le maltrate.
Si ves las aptitudes te abandonan habrás de recurrir a otras virtudes sacando a relucir tus actitudes, los años, ya lo sabes, no perdonan, mas debes conocer, si te obsesionan....
Que el mundo no es mi mundo está muy claro, pues que éste lleno está de sabandijas, se meten con descaro en las rendijas dejando al que le pilla en desamparo...
Por qué me niego a ver lo que ahora veo, por qué no quiero oír lo que hoy escucho, por qué pienso que nada es ahora mucho, por qué me siento vivo cuando meo.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.