¿De qué presumes, chiquilla
si tú no tienes parné,
si todo aquel que te ve
sólo mira tus rodillas?
Si la octava maravilla,
tu belleza escultural,
es como la flor del mal
que va esparciendo semillas.
No trates de fingir pues
tu eres sólo una mocilla.
De qué presumes muchacha
si nunca fuiste a la escuela,
y aunque seas dicharacha
y bailes bien la guaracha
que sabes letras no cuela.
Que el latín que tú aprendiste
en las calles tu lo viste
en tantas noches en vela
y aunque juegues al despiste
eres sólo una mozuela.
De qué presumes pelona
si tú no tienes linaje
y aunque seas niña mona
con tu nariz respingona
y tu actitud respondona
no puedes fardar de paje.
Y aunque luces tu ropaje
o seas de Barcelona,
pulida estás de equipaje,
mas tiesa que una fregona.