CRITICAR, PROTESTAR (Mi poema)
Carlos Galindo Lena (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Criticar, protestar es muy sencillo,
lo sabe hacer cualquiera,
un niño que no encuentra quien le quiera,
un memo, algún gañán e incluso un grillo
que intenta destacar, que alguien le oyera.

Criticar, protestar es un derecho,
un hecho inalienable,
pues nadie ha de impedir quien quiera que hable,
y amén de que por ello saque pecho,
incluso si lo hiciera un miserable.

Criticar, protestar, sin fundamento
pues ya es otro cantar,
no importa si se pone él a gritar,
del hecho, del motivo, del momento
e incluso con retar tirarse al mar.

Criticar, protestar, con argumentos
es dar siempre en la diana,
llamando a su verdad de buena gana,
tratando de adjuntar los documentos
sin uso haber de hacer de una catana.

Que es cierto todo el mundo puede hablar
e incluso si lo estima
hacerlo y aplicándole la rima,
mas debe estar atento y evitar
que alguno que le escucha le de grima.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Carlos Galindo Lena

POEMA ENCONTRADO SOBRE UN MURO I

Qué hacer si he perdido las llaves y estoy solo.
Por los techos de la noche oigo los pasos de un
animal salvaje.
Gimen los árboles bajo el peso de unas formas
que sirven para clasificar los astros.
Afuera es otoño y alguien llora.
Alguien que conoce el peso de su llanto.
Enmudece la habitación en la que antaño ardía
una lámpara de vida.
Yo estoy solo.
Las llaves se han perdido.
Y en las manos surge una flor súbita de sangre.
Padre, oh padre mío, diez primaveras han pasado
sin que el mantel fuera quitado de la mesa.
El pan junto a la jarra
y el cuchillo junto a las flores de papel.
Nadie osa decapitar esas flores de antaño,
ni el rostro alucinante que se pudre en su marco.
Las cortinas aún conservan la forma de su llanto.
Pero qué hacer ahora, padre, qué hacer,
si he perdido las llaves estoy solo.
Todas las puertas se han cerrado definitivamente,
y el carcelero torpe grita de pie junto a los muros:
“El que ha quedado afuera que se pudra.”
Es otoño y alguien flora.
El carcelero arroja las llaves al pozo de la noche.

TACITA DECLARACION DE AMOR

Con la magnificencia de un crepúsculo
puesto a morir en las arenas,
así era tu cuerpo aquella tarde
de mi resurrección.
Sabía que tu piel daría a mi piel
el encanto de la soledad,
y que tus ojos, libres de la
condición divina,
me ayudarían a encontrar
los pozos execrables de la desesperación.
No en vano hemos vivido
junto a las alas muertas
de los pájaros marinos,
exótica prolongación de tu belleza.
Dulzura de una edad
en que la razón, tan pequeñita,
es obnubilada por la música del alma.
Y lo perecedero se amontona a nuestros pies
como un suburbio de la inmortalidad.
Hemos escuchado juntos a Vivaldi
para renacer frente a la ignominia.
Hemos cantado el himno unánime de la verdad
entre las piedras del poniente,
en la pequeña parroquia que da al mar.
Dios nos libre de la sangre inocente
que no se derramará
como en la noche de san Bartolomé.
Ya la música de la compasión
comienza a vivificar
nuestros cuerpos desnudos.
Lo que más me sorprende
en esta edad agobiante
es la falta de pudor entre los hombres.
Enero 1988

DESDE EL MIRADOR

Topes de Collantes

Tu rostro emerge de esos cedros
que se consuelan a la luz de la luna.
¿Quién puede evitar que su presencia nos devuelva
a la vida?
¿Quién puede evitar que las cavernas se conviertan
en nuestra fortaleza
nos inclinemos a rezar
por todos los que desafían la tormenta?
La pradera se incendia con el trotar de los caballos
que huyen de la noche
en que decapitaron a todas las criaturas inocentes.
El mirador nos devolvía la imagen
de ese pequeño puerto calcinado por el sol
donde también hay hombres que aman, sueñan
y transitan diariamente
por los angostos caminos de la vida.

Atrapados entre el salitre y el profundo sudor
de la montaña
cumplen su itinerario de amor desconocido
y reciben a Dios cuando en el alba
abren sus puertas al olvido.

SIGLO XX

Sus pies estaban descalzos,
como en las visitaciones del señor.
El pecho herido y tan confuso,
como un cielo que se creara
en medio del desastre.
La desesperación tallaba
en mármol su cabeza altiva.
Toda su humanidad cabía
en la pequeña hoja del almendro.
Y en medio del furor aconteció
el milagro.
Una lágrima terca,
rota,
obstinada, totalmente obligada
por la cólera,
o tal vez por la inocencia,
saliendo de sus ojos, nos devolvió,
miembro a miembro,
gota a gota,
toda su humanidad perdida
en el combate.
Bastó hermanos esa lágrima
para darnos toda la dimensión de
su ternura.
Ay, la guerra es tan infame como la amarga
soledad del hombre.
Agosto, 1985

UTOPIAS

Yo era entonces un niño cargado de utopías
las estrellas me indicaban un camino de luz
intransitable y soñé siempre
acercarme hasta la piel de dios.
Yo era entonces un niño cargado
de utopías que pensaba que todos los hombres
eran como Aliosha
y que el mundo era ya como un anticipo del eterno
paraíso. Yo sigo siendo el niño cargado de utopías;
lo único que ha crecido en mí es tu amor.

VIENTOS DE CUARESMA

Los vientos soplan desde el alma hacia
las cumbres,
no mengue jamás ese deseo del ver el rostro
de dios en la cuaresma
porque es como si el mundo
quisiera renacer de los escombros del pasado.
Ese brutal viento de cuaresma
me clava en el madero
donde el espíritu demanda para siempre
y ya no sirve para morir, resucitar,
todo se quema entre las paredes del corazón
del hombre.

FINAL

Está lloviendo sobre ti y sobre mí
y sobre todos los abismos de la tierra.
Esta lluvia borrará nuestra inocencia,
y tal vez nuestra memoria.
No sé, porque es solidaria y tenaz
como la muerte,
y como ella predice los
fantasmas del hombre,
y llega interminable y casta
a sus dominios.
Pero la muerte como la lluvia
no borra nada
y deja intacto al hombre.
Sólo establece un veredicto:
si fue bueno crece como la luz
en los abismos,
si fue malo,
regresará al polvo mortal de donde vino.

QUEDARÁ DE TU SER LO QUE HAS GANADO…

Quedará de tu ser lo que has ganado:
la multitud de amor frente a la noche.
No hay espacio vital para el reproche
aunque se pierda el sol de lo allegado.

Cuando el camino ha sido transitado
con pie de abismo a flor, sin un derroche,
queda la esencia de la luz, la noche.
Vuelve a su ser el ser de lo logrado.

Y florece el espacio, el tiempo cede,
vive en la eternidad del que te nombra
y que a nacer de ti forja su estrella.

No ves que el hombre tonto que te agrede
no se resuelve en luz, queda en la sombra
y al fin crece y renace de tu huella.

SIEMPRE ES BUENO RECORDAR A TEBAS

Siempre es bueno recordar a Tebas.
Eteocles no supo distinguir nunca entre la rúbrica
de un pájaro en el cielo
y la muerte de un héroe.
Señales siempre existen en el polvo de las
sandalias del vencido.
Porque hay una sangre que no debe ser
derramada a pesar del deseo de los dioses:
la sangre del hermano debe correr libre entre la
primavera, el tiempo y la esperanza.
No era la hora de dejar insepultos a los muertos
y Antífona vistió a Polinice con los aromas más
sutiles de la tierra.
Mas yo, un hombre de su tierra y de su tiempo,
no sabe aún dónde está al tumba de la madre.
Por las lágrimas de Antífona sabremos dónde
está enterrada Polinice,
porque siempre los sensibles mueren en la séptima
puerta.
Pero ¿no es acaso esa la puerta del Paraíso?
Oh dioses, decidme: ¿Eteocles o Polinice?
A mí, oh Antígona, un pedazo de mar me separa
del último abrazo de la madre,
pero siempre ha sido así para que se cumplan
las nuevas y las viejas profecías.
En la cruz murió el hombre un día por el furor
y el odio de las almas.
Pero decidme: qué emblema, qué sol, qué cielo
puede amparar al que se entrega con las
manos atadas
o con el corazón ebrio de amor.
Polinice retorna para morir en la séptima puerta.
Yo, hermanos míos, muero porque un pedazo de
mar me separa
del último abrazo de la madre.
Sabed que sufro cuando el Corifeo entona su
canto de piedad
y Antífona toca con sus manos purísimas el sol.
¿Es así como los muertos entierran a sus muertos?

SAGRADA ESTIRPE

Quién ha vaciado, oh Patria, tu espíritu
tu inocencia, tu poder,
tu amor consagrado siempre a la libertad
del hombre
¿Quién es tan sabio que puede comprender tu
corazón de imagen,
tu inventario de sueños,
el fracaso de tu estirpe sagrada?
Oh no, sigue tu diálogo feroz y triste con tus
muertos
y atiende sólo a la eterna voz de tus dioses.
Yo no sé cuándo, oh Patria, descansará tu corazón
Tu Elegguá travieso te lama niña arrodillada
frente al mar
pero yo te llamo sufrida portadora de un tiempo
inexistente,
de una raza inexistente,
de una verdad y un sueño inexistentes,
pero en ti, oh Patria, todo devienen en virtudes,
en sabia esperanza,
aún cuando Caín y Abel vive eternamente sus
querellas,
sin comprender siquiera
que están totalmente ganados por la muerte.
Oh virtud de los que aman,
tu esencia es hoy la imagen invertida de Dios,
porque te traiciona la sangre de los hijos
que no amaron ni aman tu verdad.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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