DECADENCIA (Mi poema)
Zaida Letty Castillo de Saavedra (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

La savia de aquel tronco se ha estresado,
suicidada, su llorera se echó al mar;
la flor del azahar se ha desnudado
y han enfundado sus ansias de volar.
El tesoro preciado, pignorado
por el calor sin sol se ha vuelto frío;
el reloj que va hacia atrás y me ha ignorado,
y hasta el cuerpo que yo palpo y ya no es mío.

Amanece y son años que decrecen,
sueños pasados, no salen ya a jugar,
y en mi jardín las rosas no florecen
mustias de pena no paran de temblar.

Decadencia es a sabiendas de que no te la han de dar, …pedir clemencia.
Decadencia es investigar seguro de no acercar …te hasta la ciencia.
Decadencia es el soñar ignorando de que el soñar …no es la consciencia.
Decadencia hasta los topes enfangado, es caminar …en la indecencia,
Decadencia es desconfiar y aún pretender desafiar …a la inocencia
Decadencia esa es la causa que te impide disfrutar: …tener paciencia.

Declive, eclipse, descenso o agonía,
es malgastar las horas y los días
cayendo en el absurdo aburrimiento,
un lamentar sin fin del sufrimiento,
comiéndose un melón, desear sandía,
caída, la degeneración de un beso,
deterioro, debilitación, receso.
Decadencia es un sueño ya dormido,
unas hojas que del árbol se han caído,
sumisas, que rogando van clemencia,
la antesala que anuncia la demencia,
una crisis del alma, es un lamento
decadencia es aquello que hoy yo siento.
©donaciano bueno

Decadencia es una muerte lenta a veces imperceptible. Declinación, menoscabo, principio de debilidad o de ruina. Un salto con caída suave hacia el vacío.

MI POETA SUGERIDO: <strong>Zaida Letty Castillo de Saavedra</strong>

Zaida Letty Castillo de Saavedra

El hombre que pasa.

Es como un joven Dios de la selva fragante
este hombre hermoso y rudo que va por el sendero;
en su carne morena se adivina pujante
de fuerza y alegría un mágico venero,

Por entre los andrajos su recio pecho miro:
tiene labios hambrientos y brazos musculosos
y mientras extasiada su bello cuerpo admiro
todo el campo se llena de trinos armoniosos .

Yo, tan pálida y débil sobre el musgo tendida,
he sentido a) mirarlo una eclosión de vida
i mi anémica sangre parece que va ahogarme. ..

Formaríamos el tronco de inextinguible casa
si a mi raza caduca se juntara su raza,
pero el hombre se aleja sin siquiera mirarme.

Insomnio

Cuántas cosas sin nombre flotan en la tiniebla
y qué leves rumores llenos de vaguedad.
Mis sentidos se hunden en una espesa niebla
y sin embargo siento con mayor claridad.

No sé si se proyecta -sensación indecible-
dentro de mi conciencia, la sombra inquietadora
o es que mi ser irradia como llama imposible
en el enigma mudo con ansia escrutadora.

Adormecen mi carne aladas ideaciones
y en éxtasis espero el formidable grito…
Del abismo recojo las hondas vibraciones
como una sensitiva abierta al infinito.

Estoy lejos del mundo en un círculo extraño
entre rostros amigos aunque nunca los vi.
Mi Psiquis está hundida en los siglos de antaño
en esos siglos bellos en que quizá viví.

La eternidad me cerca, el tiempo no prosigue,
Sobrecoge mi espíritu un helado temor
Un esfuerzo y acaso del barróse desligue
y en (adivina Fuente apague su dolor.

Protesta

No. ¡No quiero que me entierren en un cofre
a mí, que amé la luz, el sol, el aire!
¡No quiero sombras!
No quiero hundirme
bajo la tierra…

¡No quiero me sepulten!
¡Déjenme lejos
bajo las frondas,
sobre las hierbas,
junto a las flores
de cara al cielo!

¡No quiero que me cubran con pesada lápida
que aprisione mi cuerpo con su losa!
Yo quiero que me velen los luceros,
que enciendan sus fanales las luciérnagas
y que me llore el viento en su alarido…

Déjenme libre bajo los cielos,
que no me opriman
que no me cerquen,
¡que no me hundan
bajo la tierra!

Si me sepultan,
de entre las sombras,
por un resquicio
he de fugarme…
Como un meteoro.
Como un destello.
Como una ráfaga…

1

Entre mis manos temblorosas, un tesoro: tu cabeza
Tus ojos, tus labios. Acaricio vehemente ternura
La seda briosa de tus cabellos. Entretejo mis frágiles
Manos y entorno los párpados. Me inclino a mirar mi faz
Más pálida por la emoción de lo inalcanzable
En ese fondo de tus ojos esmaltados. Un instante más
Y me hundiría en el abismo tenebroso de tus pupilas.
Quedamente, en delicioso aletargamiento, exangüe,
Mis labios cual mariposa de amor se han posado en tu boca,
Flor de opio que da embriaguez, voluptuosidad, olvido.
En mis manos temblorosas, mi tesoro: tu cabeza, tus ojos, tus labios.

2
Cuando me lanzo a un viaje fatigoso e incesante.
Cuando tras un día de desencanto viene una noche
De tempestad, cuando comprendo que la vida es
Dolor y es pasión, no quiero que me hables, tu
Voz me daría un sufrimiento excesivamente intenso.
Deja tus manos, las temblorosas. Reclina tu frente
sobre mi seno y oyendo el rítmico latir de mi
corazón, calla. Así sentiré la plenitud del silencio.
Así sentirás la emoción de la soledad.

Canto de las trabajadoras.

Navidad.-
Vengo de las calles donde la alegría de los felices florece como un rosal de oro.
Por las calles limpias como sendas de raso,
donde las sedas y las pieles avergüenzan los harapos de los pobres.
Donde son una ironía nuestros vestidos raídos,
nuestros rostros pálidos y el ansia de nuestras miradas.
De las calles donde todo brilla,
donde todo canta/ donde todo ríe,
vengo henchida de llanto como un amargo fruto.

Hija mía, Flor de carne que dejo en mis brazos el triste amor de los desheredados.
Amor hecho de rabia y de hambre: tan hondo y tan amargo,
Estrella tibia y dulce,
lirio que palideces en el tugurio nuestro
duermes, duermes el sueño lento de los que nada esperan.
Y habrá algo más triste que un niño que no espera?
Ni una muñeca rubia
ni un trompo de colores
ni un oriental camello, cargado de presentes?
Que no mande a los ángeles sus mensajes ingenuos?

Esta tristeza existe y no se ha escrito en versos…
Mirándote la sien crecer en mi alma,
Como crecen los trigos….
Los hijos de los pobres ya no sueñan en ángeles…..
tienen solo hambre y frío y se duermen ceñudos….
Tienen cual tú, un gesto vago en la carita pálida.
Sólo esperan el pan de las madres ausentes,
ausentes casi siempre de sus hogares fríos.

Duerme….duerme tesoro mío…..
Traigo vacías las manos y el alma en cruz . .
Sin que ronde tus sueños ni el ala de un ensueño

No sé echar de mis ojos el llanto que me quema,
del que mi alma está llena como un amargo fruto.
Aqui en el cuarto negro donde tú eres la única blancura,
pienso en las calles claras, como un mágico día.
Y tiemblo…..Tiemblo…..Tiemblo
Soy como un árbol bajó la tempestad.
No es el frió nocturno….
No es el hambre trágica que roe mis entrañas….
No es la miseria de mis ropas humildes…..
Es un recuerdo cruel como un clavo de hierro…
que se engarfia en mi carne.

Pienso en las calles claras como un mágico día,
Lejanas como el cielo de los suburbios, donde
los pobres nos hacíamos en racimos sufrientes….
En tas vitrinas bellas, donde brillan tesoros
de maravillas como de Mil y una Noches….
Allí hay joyas de ensueño,
cosas irreales, dignas del País de las Hadas…
Cosas que harán trizas los niños más felices,
esos que nada saben de las noches con hambre,
y las manos tendidas acosas imposibles.

Duerme…. Duerme mi niña rubia,
duerme con las manos vacías
Mientras afuera canta la navidad
y hay rondas de alegres niños
frente a las vitrinas claras.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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