VER o CREER.. (Mi poema)
David Refoyo (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA …de medio pelo

 

Yo siempre supe que ver
y creer no eran lo mismo,
que la pila del bautismo,
sin la fe, se iba a perder
despeñada en el abismo.

Que aprender el catecismo
no me iba a servir de nada
si no fuera acompañada
de aquel acto de civismo
que es la iglesia y su manada.

Y que ver y que esperar
eran como el pan y aceite
o la tierra y la simiente
tan dispuesta a germinar
misteriosa, de repente.

Y supe que el hombre espera
que alguien juzgue a la injusticia
y compense en la pericia
a quienes hacen bandera
de malicia y de impudicia.

Que ambos polos son opuestos
del que sabe que es creyente
y el que no cree y se siente
que es flor sin tierra y sin tiestos,
sin alma que lo sustente.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  David Refoyo

PHILAE O LA SONDA DE NEIL YOUNG

Los objetos se anidan dentro de un espacio indefinido
atraídos por una extraña fuerza centrípeta.

Tal vez el amor –dije.

Philae fue diseñada según tus parámetros:
una década a contracorriente,
un sesudo análisis de los entes gravitatorios
o las circunstancias.

Datos de carga/ baterías
para, finalmente, alcanzar el estado líquido en el aterrizaje

. /en el reposo.

Los periódicos no ocultaron la problemática
y el pequeño paso para el hombre permaneció activo,
latente en las conversaciones,
ya leyendas.

Si yo muriese harías de mí un surco.

Neil Young compone otro disco en su casa de Sanabria,
otro álbum basado en la longitud de onda,
en el cableado interestelar,
en un retiro dorado en Alabama/ Castilla.

Fuiste sonda y cometa,
tardamos toda una carrera espacial en lograrlo
y, por fin, nos hicimos la foto
-nunca selfie- incluso en los automatismos.

Acoplados en un mágico viaje a través del cosmos.

Una década de estudio, de convergencia,
de descensos sin apenas ensayos.

Voy a dejar aquí estas zapatillas –dije.
No olvides también un cepillo de dientes –respondiste.

300.000 kilómetros por segundo en una sola dirección.

TRÍPTICO DEL CONTRABANDO

La noche cierra temprano
al calor de las factorías abandonadas.

Un zorro abatido en el arcén es el fracaso de un dios.

Lo que antes era exacto ahora no encuentra
su sitio.

Una disléxica parábola del antiguo testamento.

No hay mordiscos en su piel
apenas sangre alrededor de un cuello sin orificios.

Hace diecisiete años que no utilizo reloj
y el tiempo permanece estable.

Aún vivían el Abuelo y la Tía: sana y fuerte
y las calles conservaban su nombre intacto

lejos de las células confabuladas.

Creíamos en un futuro apacible,
paseos por las avenidas de Buenos Aires
y exposiciones colectivas para honrar a Rafael.

Las manecillas transformaron su código genético
y dieron la función por terminada.

No busqué pilas nuevas
ni cargadores con transformador incorporado
y su tiempo se apagó.

Alguien gritó Ángel frente a la luz opaca del granito.

No hubo alas o magia. Y su tiempo se apagó.

Te miro y sondeo un futuro dudoso
que dignifique nuestro ardor:
corremos en una cinta mecanizada
. el no avance
. la quietud.

Ningún militar quiere saltarse el paso el día del desfile.

Los hijos, la sintaxis o las emociones,
. perduran.

La única palabra desterrada es tarde.

Siempre hay espacio para nuevos satélites,
para fichajes de última hora,
para recuperar los puntos perdidos,
la maledicencia contra la autoridad
. vigente.

La noche es tópica y joven.

Tópica.
. Y joven.

Resaltaremos los festivos en rojo.
. Y olvidaremos todos los funerales.

CANTO DECIMOQUINTO

No soy de aquí: me tiñe una mudanza

Willy Mickey

Perdimos la fe
entre acordes perfectamente reconocibles:
. un coro de proxenetas entonaba el Réquiem.

La cerveza dejó de ser una excusa razonable.

Cercados por lo extraño,
por una melodía que abarcaba desde la enfermedad
a los últimos nacimientos.

Es semiótica, pensé.

Cuántos litros son necesarios para dinamitar una estructura,
para soterrar la secuencia del ADN.

Para la devastación de los cultivos veraniegos.

Nos hablan los mitos desde el otro lado del póster,
por qué nunca el fotógrafo o mamá desde el cuarto de estar.

Nunca dicen dolor. O tristeza.
Nunca dicen.
. Nunca.

Han asfaltado la vieja carretera del embarcadero.

Hombres enviados por las administraciones
te invitan a estrenar el firme
como si nunca antes hubiera sido.

Como si la mezcla no cargara con recursos anteriores
en un específico ejercicio a favor del reciclaje.

Materia y piedrecitas minúsculas que ya fueron camino,
brea, alquitrán:
. carreteras de lejanos puntos del mapa
reconvertidas en senda nueva y constante
hasta el litoral.

No volveremos enteros.

Crecimos mirando al agua, pero no paso a la página siguiente sin haber comprendido bien esta.
Leo despacio. Voy despacio.

Avanzo como septiembre: caluroso y despistado
y de repente enero,
un mes cruel para los mirlos.

Hace tiempo que busco un surco impío,
una semilla arrocera que germine en la humedad,
en el alcohol siberiano que nos protege.

En la poesía que sólo tú comprendes.
. Que sólo tú eres.

No maté a las musas: maté a García Montero.

Tres disparos sobre su pecho yermo,
camino de Víznar.

amor.txt

La era de la comunicación no garantiza el contacto.

Nos aficionamos a las máquinas expendedoras
porque alimentaban nuestras acciones urgentes
y confundimos la comida rápida con el amor lento,
cultivado al fuego de la década y del rock & roll.

Tú conducías y las luces de la ciudad
se hacían más pequeñas,
se olvidaban en resacas de olas y ron,
de guitarras electroacústicas
que desgarraban el regreso.
**
Hemos perdido al tendero del barrio,
pero hemos ganado el Whatsapp,
la nostálgica amistad con amigos del colegio
y con aquellos rollos de una noche
que parecieron un siglo interminable.
**
Crecí en un barrio humilde,
no me molestan ni el ruido ni el bullicio,
es el silencio,
el periódico que no llega
o el wi-fi desconectado
lo que realmente me pone nervioso.
**
Google no puede mostrar la página
o el servidor ha dejado de funcionar
es, para nosotros,
la imagen más cercana
de lo que supondría una guerra,

la devastación:
incomunicados en una sociedad
que nos exige señales de vida constantes
a modo de tributo.
**
¿Alguien nos vio haciendo el amor?
¿Qué clase de intimidad compartimos en tu muro de Facebook?

Acaso los robots nos nutren de #megusta
y somos felices por un instante.

Un rastro de gráficos y repuntes exagerados,
como análisis del desempleo nacional.

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Quiero creer que estoy volviendo Mario Benedetti

Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo
hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca
vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza
reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda / y no siento vergüenza /
nostalgia del exilio
en qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente
vuelvo y se distribuyen mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada
propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda
me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo
tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora
vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana
nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses
vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora
todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros
vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto
vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.

Autores en esta página

Donaciano Bueno Diez
David Refoyo
: Autor,
MARIO BENEDETTI
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Amo las noches que al albur fenecen dando…
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