LO HE CONSEGUIDO (Mi poema)
Ramón Bascuñana (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

A ti, sí, a ti, quien hoy me escucha
que cree ser la flor en el florero,
presume de un buen coche y de dinero,
que lleno a rebosar tiene la hucha
e insiste en ser de todos el primero.

A ti, sí, el que al otro menosprecia,
disfruta del nacer de buena cuna,
gallea al no sufrir penuria alguna
e incluso que ni sufre de alopecia,
y suele alardear de su fortuna.

A ti, sí, a ti, ese el cual se vanagloria
de haber venido al mundo en tal lugar,
y sale cada día a publicar
que Dios le va a premiar luego en la gloria
así que no se canse de pecar.

A ti, que un palo al agua nunca diste
pues todo te llegó sobrevenido,
narciso presuntuoso, presumido,
no sabes calcular lo que perdiste
cuando logras gritar ¡lo he conseguido!
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Ramón Bascuñana

Ramón Bascuñana

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Hay que contar los muertos.

Primera guerra púnica.
Cuatrocientos mil muertos.
Sin novedad en el frente.

Segunda guerra púnica.
Trescientos mil muertos.
Sin novedad en el frente.

Guerra de las Galias.
Entre cuatrocientos mil
y un millón de muertos.
Sin novedad en el frente.

Las Cruzadas.
Cinco millones de muertos.
Sin novedad en el frente.

Las guerras napoleónicas.
Entre cuatro y siete millones
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Primera Guerra Mundial.
Entre diez y treinta y un millones
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Segunda Guerra Mundial.
Entre sesenta y setenta y tres
millones de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Guerra de Corea.
Entre dos millones y medio
y tres millones y medio
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Guerra de Vietnam.
Entre dos y seis millones
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Guerra de Siria.
Entre ochenta mil
y cien mil personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Hay que contar los muertos.
Los muertos también cuentan.
Artículos de primera necesidad. Murcia; Boria ediciones, 2020.

COMO EL TEMBLOR DEL VINO

Como el temblor del vino
es el escalofrío
que recorre mi espalda
cuando alzo la copa
y brindo por los años
que esperan, todavía,
Besarnos en los labios
con su leve caricia.
El gesto del escriba (Antología) Ed. Huacanamo, 2009.

LA LUZ DE LA TRISTEZA

Nado contra corriente en el mar de los días,
lucho contra la fuerza del oleaje del sueño
y contra la rutina de las noches en calma.
Soy un superviviente en mitad de la nada,
un náufrago que anhela refugiarse en la playa
de la infancia perdida y levantar castillos
de arena con palabras escritas en la brisa
de la melancolía.
Quiero alcanzar la costa
de los seres felices, pero no lo consigo
a pesar de mi empeño. Al final, como siempre,
la luz de la tristeza me atrapa entre sus redes.

POESÍA

La poesía es un televisor con el volumen silenciado
Mientras suena música y los cuerpos se enajenan.
Roger Wolfe.

Fría desolación
en la unanimidad del sentimiento.

Perseverar en el error es simple.
En ocasiones demasiado simple.
Un vaciarse de todo
-incluso de la vida-,
un desnudar el alma sobre el papel
borroso de la lluvia
o puede que un desnudar la lluvia sobre el alma
borrosa del papel,
para intentar hacer de la palabra
el aliento del cielo;
un lenitivo contra la tristeza.

(LA TIERRA PROMETIDA)

después de atravesar las barricadas
los bosques medievales del olvido
este valle de lágrimas que alberga
el caudaloso río de la vida
del que tanto discuten los poetas
los húmedos umbrales del pasado
el desierto de tu propio espejismo
los fantasmas prohibidos y las calles
de todas las ciudades del presente

después de atravesar todos los miedos
por fin has alcanzado tu destino

la tierra prometida del poema

LAS PALABRAS DE SIEMPRE.

Escucha cómo suenan las palabras de siempre.
Esas que nos decimos por rutina o desidia:
Buenos días ¿Me quieres?¿Qué tal en el trabajo?
¿Te apetece una copa? Te amo ¿Me deseas?
Son una letanía carente de sentido.
No significan nada y en nada nos ayudan
a sostener la frágil verdad de nuestra historia.
En cuanto las decimos se marchitan y mueren
al borde de los labios. Quisiéramos que fueran
distintas cada día, que quien las escuchara
respondiese con otras palabras diferentes:
Desde luego ¿Lo dudas? Ni bien ni mal ¿Qué quieres?
Tan temprano ¿una copa? Sabes que te deseo.
Preguntas y respuestas guardan esa distancia
que da la cortesía de los que han recibido
tantos golpes y heridas que prefieren decirse
las palabras de siempre a soportar el peso
un silencio que aplasta su amor contra la nada.

LA VENTANA INDISCRETA

Me asomo a la ventana del presente.
Contemplo el cielo azul y su derrota,
la calle del pasado que se aleja
y el futuro que apenas se insinúa
como una prostituta
al doblar una esquina.

El miedo y el futuro
siempre laten al doblar una esquina.

Ya no siento añoranza
por la gente que habita la calle del pasado.

Vivir es asumir el riesgo de ahora.
El riesgo de perder objetos y personas
que fueron importantes para seguir viviendo.
Que lo son todavía.
Comprender que avanzar es un peligro,
un desgaste que antes o después
nos dejará en los huesos.

Hay que aceptar la vida con sus limitaciones.
La pena y la alegría suele darse la mano.

Me asomo a la ventana del presente
y miro cómo juegan los niños en el parque.

Juegan con la esperanza del futuro
-como si la esperanza fuera un balón de fútbol
al que pegar patadas-,
mientras yo los contemplo
desde este cielo azul y su derrota.

APOLO PERSIGUIENDO A DAFNE

Yo te persigo, amor, aunque tú sabes
la maldición que pesa en nuestra contra.
Yo te persigo, amor, y al alcanzarte
tu carne será un tacto de madera.
El Amor es así, su sino es ése.
Es el Amor una categoría
del amplio espectro de las ilusiones.
Nada más alcanzarlo se transforma.
O, puede ser peor, se desvanece.

ANTE EL CUADRO “LA MUERTE DE MARAT” DE JACQUES LOUIS DAVID.

¿Duermes o acaso la muerte reflexiona?
Domina el equilibrio en la tragedia.
Solo el cuchillo inerte, equivocado,
traiciona los sentidos un instante.
Solo la herida leve, incipiente,
se obstina en recordar la infamia.
El cálamo prendido entre los dedos
ignora todavía su cruel destino.
Incluso en la muerte yace la armonía.
Lenta fluye la sangre desde la cisura.
Solo la herida mutila la belleza,
La dejadez mortuoria del cadáver.
¡Oh mártir de la libertad! ¿Quién dijera
que tiene la muerte nombre y apellidos?

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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La Flor es de los Andes, se decía,precioso…
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