Hoy como cada mañana siempre entorno de las diez cojo a mi nieto ¡pardiez! y lo saco de jarana. Recorro la Castellana y en una tahona amiga me paro, de nombre Miga, -una tostada, un café y un zumo, y a saber qué- hago un lapsus a mi andana.
Después tomamos Orense o quizás Capitán Haya que vaya por donde vaya respira un aire circense. Que está lleno de suspense transpirando por sus poros sonidos que son canoros o de toques de trompetas de esas niñas pizpiretas que destripo cual forense.
A veces pienso que algo se prepara.
Cada mañana veo en el espejo
un hombre que me mira, un hombre viejo,
un viejo que me mira cara a cara.
No le conozco, pero –cosa rara-
me mira con sonrisa de conejo
y me coge el cepillo, si le dejo,
y se afeita en mis barbas, y no para.
Y no para y no para de imitarme.
No sé si es un actor o es un abuelo,
un viejo actor que estudia bien mis gestos
o un abuelo que viene a consolarme.
Es más viejo que yo, ya es un consuelo,
mi compañero de los ratos estos.
Lo humano no es el hombre, es lo que deja
Lo humano no es el hombre, es lo que deja:
es la muñeca que olvidó la niña,
la vasija de aceite con que aliña
la mujer la comida, es la madeja
en la sillita baja de la vieja;
lo humano no es el gesto, no es la riña,
el jadeo en la torpe arrebatiña
o la sombra que agranda candileja.
Lo humano es el objeto, la casita,
el menudo instrumento, lo que emplee
el tipo en su trabajo. Más humano
que el hombre -lo que afirma, lo que grita-
es el objeto -toma, mira, lee-
que un día él mismo hizo con la mano.
La otra vida
SI hay otra vida es vida, pero es otra,
y si es otra el mortal no la imagina,
una vida sin sexo ni cocina
tiene que ser sencillamente otra.
qué haremos en la vida si es tan otra
y si ya no hay taller ni oficina
y si ya elmismo cuerpo no declina
(si declinara no sería otra)?
Si hay otra vida, es otra pero es vida
y si es vida es noticia y es sorpresa,
sin que la muerte acabe la partida,
vida que canta, vuela, abraza y besa.
Es la vida de Dios la otra vida
y si es de Dios nos basta su promesa.
Lo humano no es el hombre…
Lo humano no es el hombre, es lo que deja:
es la muñeca que olvidó la niña,
la vasija de aceite con que aliña
la mujer la comida, es la madeja
en la sillita baja de la vieja;
lo humano no es el gesto, no es la riña,
el jadeo en la torpe arrebatiña
o la sombra que agranda candileja.
Lo humano es el objeto, la casita,
el menudo instrumento, lo que emplee
el tipo en su trabajo. Más humano
que el hombre _lo que afirma, lo que grita_
es el objeto _toma, mira, lee_
que un día él mismo hizo con la mano.
EMPRESA DE LAVADO
Aquí se lava todo, todo queda borrado,
la mancha y el zurcido, el crimen y el pecado.
Aquí se lava todo. Empresa de lavado
abierta el año 30 por un ajusticiado.
Era un hombre de pueblo, carpintero de oficio.
No llevaba corona, ni espada, ni cilicio.
A los hombres piadosos les sacaba de quicio.
Comía con los malos. No tenía otro vicio..
Predicó por los pueblos algo más de dos años.
Hablaba de la siembra, de pesca y de rebaños.
Curaba al paralítico, veía sus engaños.
Era Dios en persona y murió como un hombre.
Se levantó de nuevo _que ninguno se asombre_
y a uno de sus amigos, Pedro de sobrenombre,
le encargó que lavara, que lavara en su nombre.
EL HORROR ES UN MOMENTO
El horror es un momento
Ya no siento lo que siento
El horror visto por dentro
Va de la nada al encuentro
Cuando estalla el explosivo
Queda muerto el que era vivo
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.