A usted que es catalán de pura cepa,
-deduzco que sus padres también lo eran-
que igual que a sus hermanos les parieran
en ese lindo lar y no en la estepa
y allí todos lozanos florecieran.
Permitame. señor, que me dirija,
-no crea que le falto aquí al respeto-,
que yo nací, perdón, por ser de un gueto,
la tierra de esta ignota sabandija
que abulta poco más que abulta un seto.
Perdone mi descaro, mi abolengo
se escurre en un cedazo que se cribe,
que humilde yo nací, el que esto escribe,
no pude ni elegir de donde vengo,
la historia sabe bien no se reescribe.
Por si aún hay alguien que no se haya enterado: el nacer aquí, allí o en Sebastopol no es mérito de ningún nacido, antes bien fruto exclusivo del azar. Esto que es tan simple pareciera que hay gentes para las que es difícil llegarlo a entender.
Hay miríadas de seres en el Universo
que son felices —y no te conocen.
Millones de personas en la Tierra
son felices —e ignoran que existes.
Muchos también te han visto
y son felices sin amarte.
Y algunos que te amaron
disfrutan de un feliz olvido.
¿Por qué, pues, soy yo el único hombre
para quien tú eres toda la felicidad en el mundo?
Lugar común
Ya que no todos podemos ser poetas
comprender lo sublime
o exaltar lo sencillo
hablemos francamente
confesemos nuestro fracaso
de hombres sin alas
de hojas muertas en el estío
nuestros engaños ciegos
sin metáforas vanas
nuestra identificación con todos
o con casi todos
y si alguien nos entiende
y fecunda nuestra impotencia
eso también es poesía
o por lo menos una gota
en la sed del infierno
cotidiano.
El transeúnte
Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío
llenas de gentes como árboles
batidos por oscura batahola.
O si el sol florece en los balcones
y siembra su calor en el polvo movedizo
las gentes que hallo son simples piedras
que no sé por qué viven rodando.
Bajo sus ojos que me miran hostiles
como si yo fuera enemigo de todos
no puedo descubrir una conciencia libre
de criminal o de artista
pero sé que todos luchan solos
por lo que buscan todos juntos
son un largo gemido
todas las calles que conozco.
LA FELICIDAD
Hay miríadas de seres en el Universo
que son felices —y no te conocen.
Millones de personas en la Tierra
son felices —e ignoran que existes.
Muchos también te han visto
y son felices sin amarte.
Y algunos que te amaron
disfrutan de un feliz olvido.
¿Por qué, pues, soy yo el único hombre
para quien tú eres toda la felicidad en el mundo?
Paisaje
El viento abre las puertas
y la luz las ventanas
y en el patio, la plaza
principal de la casa,
el breve del arriete
madura brevedades.
La esposa teje flores
contra la mala suerte
y su hilo infinito
me aleja de la muerte.
En mi pueblo de nubes
los cohetes retumban
entreipal de la casa,
el breve del arriete
madura brevedades.
La esposa teje flores
contra la mala suerte
y su hilo infinito
me aleja de la muerte.
En mi pueblo de nubes
los cohetes retumban
entre fríos algodones.
¡Es tan vecino el cielo !
El trueno es el recibo
lento al oído alerta
del incrédulo ciego.
Las ranas piden rey
y sol las aves
y los molinos hacen aspa-vientos.
La noble tierra te devuelve dulces
frutas por el estiércol
que le arrojas
y flores vivas en el pozo
de las aguas muertas.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.