Yo escribo donde escriben los poetas,
mejor los aspirantes,
aquellos, como yo, que haciendo tretas
esperan el aplauso a sus recetas,
sus loas fulgurantes.
Yo lanzo allí mi caña de pescar,
mas solo hay pescadores
buscando a sus poemas los honores,
sabiendo que los peces de ese mar
son peces de colores.
A veces me pregunto si a otros mares
debiera ir a probar,
y dudo si hasta el cebo he de cambiar
y hacer más atractivos sus sabores
o debo de aguantar.
Que en esto de pescar no estoy muy ducho
de cebos soy un lego,
tampoco sé del mar. Mas tengo un ego
que espero ha de matar sin un cartucho
y de él nunca reniego.
Una antorcha es el mar y, derramada
por tu boca, una voz de sustantivos,
de finales, fugaces, fugitivos
fuegos fundidos en tu piel fundada.
Una nieve navega resbalada
en resplandor de ojos reflexivos,
de sonoros silencios sucesivos
y de sol en la sal por ti mojada.
La turbamulta del color procura
dejar sobre tu tez la tatuada
totalidad miniada de la espuma.
Tu cuerpo suena a mar. Y tu figura,
en la arena del aire reflejada,
a sol, a sal, a ser, a son, a suma.
Grafemas
El dibujo sonoro de la línea
es anterior al tiempo de lo blanco.
El tiempo de la línea
—como el espacio y el ritmo de la página—
es anterior al ritmo del color.
El espacio y el tiempo de la línea
son interiores al blanco de la página.
Cuerpo textuado, la escritura
es un ritmo de espacios de color:
de blanco sobre negro,
de negro sobre blanco
en el espacio en blanco de la línea,
en el espacio en blanco de la página,
en el espacio en blanco del color.
La escritura es un ritmo anterior a ese cuerpo,
interior a ese espacio.
La escritura del negro sobre el blanco
sólo conoce un signo:
el invisible blanco
del color.
(Música de agua, 1983)
Hacia la página
Húmedas, ígneas, líquidas,
lejanas voces que resbalabais por el vértigo
con sonrisa mirífica y acuática.
Frías, fúlgidas, férvidas, selváticas
voces que me borrabais del idioma
la memoria marina de las algas.
Ácronas, créticas, crípticas, cromáticas
voces que conjurabais en la lengua
el lenguaje, el mundo, la palabra.
Voces sin signos, voces sin perfiles,
voces en el vivir visualizadas,
ponedme la pasión de poseeros
en el papel preciso de la página.
(Columnae, 1987)
Ipsa, sed altera; altera, sed ipsa
Todo discurso es circunferencia
del discurso, que siempre es referencia
a la lengua que ese discurso es.
De manera que toda referencia
al discurso será circunferencia
del discurso en que esa lengua es.
(Poemas al revés, 1987)
Himno a Venus
Amor bajo las jarcias de un velero,
amor en los jardines luminosos,
amor en los andenes peligrosos
y amor en los crepúsculos de enero.
Amor a treinta grados bajo cero,
amor en terciopelos procelosos,
amor en los expresos presurosos
y amor en los océanos de acero.
Amor en las cenizas de la noche,
amor en un combate de carmines,
amor en los asientos de algún coche,
amor en las butacas de los cines.
Amor, en las hebillas de tu broche,
gimen gemas de jades y jazmines.
(Semáforos, semáforos, 1990)
Bampo
Hay en el agua nubes
y hojas de cilantro.
Y, como en los veranos
de mi infancia,
el aire huele a hollín.
Bajo su lenta bóveda
rosas y tuyas forman
un transparente
centro geométrico
y su color me llega,
más que en la vista,
con la respiración.
Aspiro el loto
de roja lava nívea
y sé que un día
de hace varios siglos
estaba, estuve
estaré aquí. (Pasos en la nieve, 2004)
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.