LA ATENAS DEL ECUADOR (Mi poema)
Roberto de las Carreras (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Tal fue lo que escuché que no creía
¡no lo demores más, ya vete allí!
Lo que digo no es pura fantasía,
ni fruto de emoción o de empatía
sorprenderá, cual yo me sorprendí.

Fue tanta con la fuerza que insistía
que hacer tan largo viaje decidí
de Quito el corazón la serranía,
a Ambato y Riobamba llegaría
a esa ansiada belleza del país.

Y al fin llegamos frente a la verdad,
¡Ahí estaba real Cuenca la bella!
ornada de esa luz, brillante estrella,
la Atenas de Ecuador dejando huella,
cuatro arterias en medio la ciudad.

Tu estampa colonial, joya sureña,
-de Unesco patrimonio declarada-,
de artistas y poetas laureada,
de plazas y de villas adornada,
de habitantes del sur su santo y seña.

¿Después de Cuenca, qué? -era un clamor-
¿en dónde hay gente que hable cantadito,
que se palpe el amor al Dios bendito?
En Azuay, se encuentra en Ecuador
¡permita recomiende con ardor
y lance a cuatro voces este grito!
©donaciano bueno.

Cuenca es llamada la Atenas del Ecuador por su majestuosa arquitectura, su diversidad cultural, su aporte a las artes, ciencias y letras ecuatorianas y por ser el lugar de nacimiento de muchos personajes ilustres de la sociedad ecuatoriana.

MI POETA SUGERIDO:   Roberto de las Carreras

Al lector:

Es mi crimen, lector, no haber nacido
En toda regla… Y quedo sin herencia!…
Teníamos, es cierto, divergencias
De opiniones. Severo, reservado,
El siempre respetó las conveniencias,
y era, además, político exaltado.
Firme y recto, me hubiera dedicado
Por su gusto, al comercio o a las ciencias.
Mas, yo lleno de sueños y lirismo,
Soy un gran holgazán… Siempre lo fui.
y si comprendo, con un gran cinismo,
Que los demás trabajen para mí,
Aseguro que nunca concebí
Que ellos pudieran también pensar lo mismo.
Más adelante se declara:
Sin ideal, de condición suicida,
Suelo escribir, esto es, desperezarme.
Pero no creo ni por un momento
Que ser bastardo sea denigrante.
Al contrario, me encuentro muy contento
Por ello. Me parece interesante,
Original, feliz, hasta elegante!
Te lo digo, lector, como lo siento.
Mi nacimiento es muy decadentista,
y viene bien a un hombre que no anhela
Nada más que ser nuevo y ser artista,
A un poeta sin reglas, sin escuela…
A más, puedo ser héroe de novela
Romántica… y también naturalista.
Para nacer, según es muy sabido,
Es de necesidad, generalmente,
Que dos personas hayan consentido
En casarse, a lo menos civilmente.
Mas yo, siempre discorde con la gente,
Para nacer de todo he prescindido.
La ley, la religión y la moral
No han tenido, lector, nada que ver
Con mi cuna. Eso ha sido algo infernal;
Pero se relaciona, a mi entender,
Con mi estilo. Ese modo de nacer
Es muy mío. Lo encuentro personal

AL VAMPIRO

En el regazo de la tarde triste
Yo invoqué tu dolor… Sentirlo era
Sentirse el corazón! Palideciste
Hasta la voz, tus pájaros de cera,
Bajaron… y callaste Pareciste
Oír pasar la Muerte Yo que abriera
Tu herida mordí en ella ¿me sentiste?
iComo en el oro de un panal mordiera!
y exprimí más, traidora, dulcemente
Tu corazón herido mortalmente,
Por la cruel daga rara y exquisita
De, un mal sin nombre, hasta sangrarlo en llanto
y las mil bocas de mi sed maldita
Tendí a esa fuente abierta en tu quebranto.
¿Por qué fui tu vampiro de amargura?
¿Soy flor o estirpe de una especie oscura?
¿Qué come llagas y que bebe el llanto?

Mi italiana

A Arturo Santa Anna

Yo me hice a mí mismo la promesa
De no amar ni escribir… Ha sido vana,
Y después de cantar a una francesa,
Ahora voy a cantar a una italiana.

La mujer que amo ahora no es ingrata. .
Me ama… ¡Yo la idolatro! Y no hablo en broma:

Adoro a mi italiana: me arrebata,
Y de París, lector, me paso a Roma!
¡Italia tiene encantos!.. Cuando pienso
Que a causa de otro amor yo quise a Suecia!
Pero este es el más grande, este es inmenso,
Poético y gentil como Venecia!

A un mismo tiempo alegre y afligido,
Estoy lleno de angustias, de ansiedades;
No como, duermo mal, he enflaquecido;
¡Que pasiones! más bien: ¡qué enfermedades!

¿Y mi musa? .. La, pobre está olvidada.

Estará, lo supongo, resentida.
En mis brazo?, convulsa, enajenada,
Ahora en vez de ella tengo a mi querida!

¡Qué amor excepcional! Naturaleza¡

Es una gloria tuya! un monumento…
Que te alzamos! ¡Qué asombro!’¡Qué grandeza!

¡Y qué acontecimiento!

No hay a que comparar este ardoroso

Fuego de amor la atmósfera está fría:.
No hay guerra, el socialismo está en reposo,

Los volcanes tranquilos. En el día,

No hay nada digno de él. Yo nada advierto,
Ni un dolor grande, ni una gran fortuna!..
Ninguna tierra más se ha descubierto
Y no ha nacido ayer montaña alguna!..

Está el término medio en derredor.
En ese cielo espléndido y profundo
Las estrellas de siempre… Es nuestro amor

La actualidad del mundo!

El universo entero ha de admirarnos!
¡Qué cuatro alas!.. Es ella inteligente:
Cuando hablamos lo mismo que al besarnos
Estamos frente a frente!

Yo le digo hermosuras, maravillas,
Frases que la acarician por millares;
Hablan de Dios mis frases más sencillas,
Y hasta llego a decir cosas vulgares!

Soy romántico ahora; mas poeta!
Mi musa de otra vez no tiene asilo.
Este amor es la pérdida completa

De mi paz, y el trastorno de mi estilo!

¿Y ella me quiere? Mi alma se encapricha
Y se empeña en dudar… ¡Si no me amara!
Estoy lleno de. sombras … Esta dicha
¡Tan natural, es rara!

Mas debo convencerme: soy dichoso..
Seré amado como hoy todos los días,
Y de nosotros dos lo más hermoso,
Será el desprecio por las almas frías!

Nuestro amor entrará en el clasicismo
¡Qué soberbia, qué espléndida pasión!
Despreciamos el mundo hasta el cinismo,
Y vivimos a pleno corazón!
Cuando están nuestros labios confundidos
Pensamos: este amor es de otra zona,
Y hay en ella temblores y rugidos
Así me gusta más: ¡es mi leona!

¿Quién es capaz de comprender, quién siente
Una pasión como esta?
No es amor de salón, seguramente,
Es un amor que pasa en la floresta.

Ella tiene un ardor
Natural, espontáneo, incalculable,
Y en sus locos empujes, un vigor
Que podría matar: ¡es adorable!

Mas por desgracia, su primer amante
No soy yo; ni el segundo ni el tercero…
A todo llego tarde: es irritante,
Aunque a su corazón llegue el primero
Según ella… Me dice, me asegura,
Que su alma es virgen hasta de un deseo…
Que no ha sentido nunca, que no ha amado
Me lo jura… ¡Y qué diablo! yo lo creo.

Nos amaremos, pues, querida mía.
Y seremos de bronce, de algo fuerte
Para que esta pasión, toda alegría, .
Viva a pesar del tiempo y de la muerte.

¡Sólo nuestra embriaguez, nuestros placeres!
¡Sólo tus labios cálidos y suaves!
Desprecio a esas mujeres
Que no son más que vírgenes! …

Que una dicha inmortal sus brazos abra :
El resto será olvido!
iQué manera de amar! Esta palabra:
Infinito, por fin tendrá sentido! …

¡Gocemos hasta el fin! Yo amo la vida,
Tu amor es una fiesta. .
¡Esto es un triunfo! Bésame, querida,
¡No dejemos jamás nuestra floresta! .

Reto a Venus Cavalieri

Púgil del sensualismo, te desafió a la lid amorosa!
¡El genio griego ha inflamado mi alma por la gloria de los lechos!
¡Anhelo más que el triunfo en los juegos olímpicos del Arte, más que el oro y los trofeos y las gemas de Bizapur, contemplar, después de la lucha hirviente, los ojos de una amante, llorosos y agradecidos!…
¡La moribunda lasitud de un cuerpo ablandado por el placer, me sonríe mejor que la ambrosía; me embriaga más dulcemente que el Falerno apurado en ánforas etruscas!
¡En la noche de Venus yo canto a los deleites soberanos un himno de fatigas!
¡Yo vivo en las súplicas de la agonía de los besos la eternidad de la tumba!
¡Yo recojo en el seno batiente de las locas derrotadas el laurel de los triunfos venusinos!
Yo seguiré las rutas de tus convexidades: ¡Intrincaré tu cuello, tus brazos, tus senos, tu cintura, tus muslos, tus pies de lotus, con hilos de perlas de besos!
¡Yo tachonaré tu cutis de nácar con las manchas moradas que enseña el libro del amor indostánico!
¡Serán tus incensiarios las alcobas hervorosas de sándalo consagradas al arrobamiento de Karma!
¡Se desvanecerán sobre tu ara la mirra y el incienso, el sándalo y el almizcle, el cinamono y el ámbar, todas las notas de la música del Perfume!
¡Yo haré fulgurar bajo tus párpados volteados el centelleo de los goces trémulos que entonan sus cánticos de gloria en los Paraísos del Profeta!
¡Yo ceñiré a tu cuello la sierpe del placer afanoso! ¡Yo abismaré tu razón con filtros salomónicos!
¡Yo poseo el Ovidio y de Propercio el secreto de rendirte!

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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