HOY EL TIEMPO SE HA PARADO (Mi poema)
Soleida Ríos (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA …de medio pelo

 

Hoy el viento se ha parado
un buen rato a descansar,
no ha dejado de mirar
lo que andaba por su lado
compungido con su enfado
ha mostrado su pesar.

Y ha observado que las olas
arrastrando iban la arena
murmurando con su pena
musitando siempre a solas
y ese campo de amapolas
va sufriendo una gangrena.

Que en el campo de batalla,
entre montes y pinares
van sufriendo de avatares
por la culpa del canalla
que ha mostrado su metralla
a pesar de sus pesares.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: <strong>Soleida Ríos</strong>

Soleida Ríos

Arcano

para Luis Lorente

Abandono.
Detenimiento.
Suspensión.
Lo resistente es el árbol
(guásima, fresno, abedul)
las ramas que sostienen la cuerda
atada al pie
las verdes ramas.

Diríase que a ese muerto, sustraído
no lo soporta una estrategia
(mirar y mirar, ver, entrever
¿qué? desde arriba
caído y, no obstante, por encima
de las líneas de congestión).

Soberano detenimiento. Arde
lo que tiene que arder.
Arde y se apaga.

El que cuelga
puede no calcular
los polos de la frialdad
ni el golpe de una ventolera.
Resiste, pues su manera de hibernar
le da visión.
Ve pasar las carrozas deshilachadas
de los triunfadores.
Ve pasar hacia los blancos cementerios
la cadena de interminables
muertos vivos.

El que cuelga
como mira de frente, ajeno
invertirá los símbolos:
el agua: artificial, la ingravidez: perfecta.
Pero ¿qué es el qué
desde arriba y caído
y no obstante por encima
de las líneas de congestión?

Arde lo que tiene que arder.
Arde y se apaga.

Y en la distancia, confluyendo
en el detenimiento del deseo
la muerte
mas, nunca para reducir.

El que cuelga, cruzado de pies y manos
si despierta, podría beber de sí
podría desplegar desde sí su permanencia.

Pero lo resistente sería el árbol:
guásima, fresno, abedul.

Pies de palma

a Lorenzo García Vega, in memorian
a Mario Rivas

Ni Reina
ni Roja
ni Sagú
ni Silvestre o de Monte
ni Palma Thrinax
ni Thrinax Multiflora o Miraguano
ni Thrinax Paviflora
ni Thrinax Rígida
ni Thrinax Lejeye
ni Urania o Rabanela
ni Vitchi
ni Arenga Sacarífera
ni Yarey
ni Yeaiba o de Guinea
ni Yuma (no descrita)
ni Yuraguano
ni Palma Erizada
ni Sin Espinas

Palma de Seda (Real). En Imías
Roystonea lenis León.

las palmas ay las palmas deliciosas
ay esa palma negra…
la palma sola, soñando
libre y sola

Tablas techos bastones catauros tercios…
para tabaco en ramas
manojos de palmito: cogollo y corazón nutrientes
fruto oleaginoso. Yo
palma de seda, elevada, coronada, descalza, inerme
flores sésiles, hojas pinnatisectas…

¿Quién o quienes fijan el precio de una palma?
¿Cuándo?

Poema Ofó

No contra el dolor, contra el sufrimiento
no contra la ceguera, contra la rabia
no contra la necesidad, contra el imperio del deseo
no contra el enemigo, contra la enemistad
no contra la pequeñez, contra la disminución
no contra la imaginación, contra el exceso de fantasía
no contra el poder, contra el abuso de poder.

Antes que la defensa, la protección.
Jamás golpea la muerte a una roca
y jamás corre un río hacia atrás.

Populus trémula

por G.

a Amelia Carballo y Carina Maguregui

En la noria
entre los cangilones
de la noria
salimos
entramos
volveremos a entrar
de lleno (azoro)
al agua seca.

Siete gajos de álamo temblón
solos, dibújanse…

Entretiene la testa
un airecillo (cuaresma)
singular. Ala
dentadura canina, ojos de miel
entre los cangilones de la noria
miraba acaso nubes, arabescos…

Y entre los cangilones de la noria
ver de pronto siete gajos
de álamo temblón (azotar
azotar)
hacer el árbol
y ver el árbol ay multiplicado
crear la encrucijada. Y ver
siete pares de álamos temblones
(azotar)
sacudir las cenizas del miércoles.

Y
el cuerpo de Ala, dulcenombre
atado a la cadena
succionado, pujar temblar irse
ir cayendo
caer
enterrarse
en el basto engranaje
de la noria.

Y ver casi al instante (pánico)
un
extraviado
surtidor.

Es Cuba y Amargura, calles
de otrora, sombreadas hoy
(cenizas, verde y humo)
por siete pares de álamos temblones.

Lágrima ay del corazón
loto cerrado.
Es Cuba y Amargura: San Francisco de Asís
da de comer a toda clase de aves sigilosas,
no hace mucho despavoridas.

Un poco de orden en la casa

Para mi hermana Olivia

Esto está oscuro y tiembla.
Mi padre, el padre del que todo lo puede
¿me ha mentido?

Yo decía si viro, si retrocedo
muero.
Vi a la gente gritar, vi a la gente
muriéndose, con pan sin nada que ponerle
pero gritando vivas verdaderos
en sus casas de tablas remendadas
caídas ya de frío y de esos vivas.

Vi a la gente, esa gente era yo
mi madre
mi padre loco en un cuarto enloquecido
el padre de Renté que no aparece en mapamundis
ni en diccionarios ni en los coloquios internacionales.
Ese que digo no está vivo ni muerto.
Yo lo boté en el secadero.
Las monedas mensuales tiradas por esta mano mía
que no es mía ni es la mano de nadie
a la furia del viento y al camino de El Triunfo.
Me mandaron, ve y tíralas.
Boté lo que era mío.
Más bien boté lo que nunca fue mío.

Ahora se dice abajo, en ese tiempo no
en ese tiempo éramos bellos
nos llamábamos bellos, gente con suerte
seres mágicos que cambiaron el rumbo
porque decían amar al pobre no es más que amar a Cristo.
Cristo está en los maderos

clavado en una cruz
clavado en una cruz entre ladrones.

Mi padre, el padre del que todo lo puede
¿me ha mentido?
Sus hijos, los apóstoles, lo van a divulgar.

Maleva y los niños en el paraíso

Los únicos paraísos no vedados al hombre
Son los paraísos perdidos
J.L.Borges

En el jardín
y más al fondo, en los ojos de Maleva
los niños se tiran de los árboles.

Aquellos niños puros que ya fuimos
cubiertos por pañales blanquecinos
se tiran de los árboles.
Pero se tiran a morir
a que nos olvidemos.
Y se tiran riendo
porque disfrutan de antemano
la pena que vendrá
la desesperación en que más tarde
o más temprano
sucumbiremos todos.

La muerte de los niños no está escrita.
Ellos la prefiguran en la rareza de sus juegos.
Ayer, si no es que hace un instante
o hace doscientos siglos
los niños figuraban ciertos juegos
como en una nostalgia de niños anteriores.

Quiénes simulan ser los últimos.
Quiénes son los primeros.

Los niños
hace un instante o hace doscientos siglos
entraron al jardín con papeles marcados.
Se tiran de los árboles.
Se tiran

Último rezo para los ojos del traidor

No existirán los pasos que no llegaron a la puerta
no existirá la mano que no toque o empuje
y abra la hoja clarísima
no existirá la voz
como un pez será mudo
como un pez vivirá bajo las aguas
aquel arroz que iba a su boca ya cesó
hilo de cobre será por donde pase el trueno y
tienda una música ronca un sol cortado en dos

como una sola vez los grandes animales se perdieron
como una sola vez las raíces del árbol
fueron pobladas por el humo del fuego fatuo
y por el diente de la hormiga
así se irá pudriendo en el camino aquella sombra
aquella sombra el gesto de una mano que fue
con cinco dedos con sus cinco sentidos
con su nombre y su cuchara ardiente
era dirán
en su ojo fijo ya no hay sueño.

Cuerpo presente

Tensa la cuerda
se deshilacha en sesenta flechas moribundas
en sesenta sonámbulos vestidos
en uno solo
en uno
en un cuerpo que cae

yo no quiero morir
yo no quiero morir
no veo ya no veo
son las moles de tierra
las varillas eléctricas del miedo
la corriente del miedo

en este hoyo no percibo
no puedo ver no puedo
toda mi fuerza empuja estas moles de tierra
que se apartan y vuelven
vuelven vuelven

atrás

no acude nadie dios
no viene nadie
papá ya sé que estás ahí
dame tu enorme mano antigua
levántame oh dios
virgen del cobre
ruego por ti los juanes
ruego por ese niño huérfano que cargas

el hoyo se abre
abre la boca donde estoy
pero el agua es tan limpia
es el agua del brindis
para tu despedida en copas blancas
recuérdalo papá
hace ya tiempo
dame tu mano antigua
yo no quiero morir
échame el lirio la cebolla del lirio
la raíz de la tierra
yo no quiero morir

oh las moles
vuelven las moles padre
míralas cómo vuelven a encerrarme
en su escabroso pecho oscuro
yo no quiero morir
sueño desnuda
sueño no peso ya
pesan las moles
pesa el agua
el cielo es mármol pesa
cierra la puerta padre
en paz descanse
en paz.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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