UN DEDAL CON AGUJERO (Mi poema)
Alberto Cortez (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Que yo vine hasta aquí para hacer bulto
lo mismo que hace el grano en el granero,
tan simple, tan pequeño, tan oculto,
fingiendo estar de córpore insepulto,
y siempre mendigando algún te quiero.

Y vine sin siquiera yo quererlo,
sin nadie adivinara ese acertijo,
y todo sin comerlo ni beberlo,
ignoro si algo urdí por merecerlo,
y aun dudo si fue Dios quien lo bendijo.

Y digo aquí que ignoro a lo que vine
-perdonen si demuestro estar confuso-,
a qué seguir sufriendo este trajine
sabiendo cuando el rédito culmine
habrán de echarme al cubo por desuso.

Pues soy como el cepillo a la viruta
que arrastra con destreza el carpintero,
será quemada así se muestre astuta,
a veces regalada o disoluta,
la vida es un dedal con agujero.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:   Alberto Cortez

San Cristóbal

Al final, San Cristóbal de las Casas,
de una larga y serpeante carretera
que exhibe con orgullo, cuando pasas,
arboladas sus cumbres y laderas.

Los chamulas son parte del paisaje
las mujeres con trenzas y con sayo,
dan origen de luz con su ropaje
a los geniales rosas de Tamayo.

Es tanta la armonía y tan concreta
de esta villa, su gente y su cultura
que parece un lugar de otro planeta.

Pero aquí está la guerra y es oscura.
un rasgo irracional, una locura.

No hay líneas disponibles

Intento hablar contigo y no me dejan,
me dicen que no hay líneas disponibles.
Exijo una razón y me la niegan;
ignoran que más tarde es imposible.

No saben que mi amor tiene su tiempo,
no se puede esperar con un “te quiero”,
lo tienes que tener antes que el viento
llegue corriendo a dárselo primero.

Lo tienes que tener, no importa el medio,
el asunto es que arribe a tu ribera,
desembarque y se instale sin remedio

en tu alma; arcón de mi quimera,
donde suena “in eternum” mi salterio.

PARTIR

Saldrás a caminar por las estrellas
con tu cósmica tu corte de querubes
echando a la ribera de una nube
tu pena como al mar una botella.

Recogerás el sueño en las violetas
insólitas violetas de la gramas
y te irás lentamente hacia la cama
envuelta en una estela de cometas.

mientras que yo,la quilla a barlovento
te llevo en la bitácora conmigo
y abrigo el corazón con el abrigo
de la mágica rosa de los vientos

Preservando en mis ánforas de tiempo
el tiempo de volver a estár contigo.

A DANIEL, UN CHICO DE LA GUERRA

«A mí los dieciocho
me pasaron de largo,
estrenando opiniones,
intenciones y cantos.
Como todos los chicos,
con el puño cerrado
y en las puertas abiertas
el futuro esperando.

Al tuyo, bruscamente
te lo desamarraron
y te hiciste a la niebla
en el mar del espanto.
Encallaron tus sueños… Daniel
en la turba y el barro.
Fue la muerte bandera…
y la vida un milagro.

Lo mío fue distinto… Daniel…
lo mío no fue nada.
Yo no tengo esa sombra…
que vaga en tu mirada.

Mi batalla fue el riesgo
de un machete escondido
y mi pozo de zorro,
un amor y un olvido.
Mi fusil, las pintadas
en los muros vacíos
y el morir por la Patria,
un discurso florido.

Tu excusa de ser hombre:
algo más que el motivo
de la barba y el porte
y el salir con los amigos,
fue volverte habitante… Daniel
de la lluvia y el frío;
asumir el naufragio
con los cinco sentidos.

Lo mío fue distinto… Daniel…
lo mío no fue nada.
Yo no tengo esa sombra…
que vaga en tu mirada.

Mi asunto fue un asunto
de madre preocupada
que no fuera muy tarde
el regreso a la casa.
De domingo a domingo
me peinaba las alas,
sin andar cada jueves
reclamando su alma.

La tuya, sin embargo,
agotaba hasta el alba
las escasas noticias
de las islas lejanas.
Un indicio cualquiera… Daniel
un rumor que saltara,
por pequeño que fuera…
era ya la esperanza.

Lo mío fue distinto… Daniel…
lo mío no fue nada.
Yo no tengo esa sombra…
que vaga en tu mirada.

El tiempo irá trayendo
la amnesia inexorable.
Habrá muchas condenas
y pocos responsables.
Dirán que fue preciso,
dirán, «»inevitable»»,
y al final como siempre
será Dios el culpable.

La historia necesita
en sus escaparates,
ocultar el trasfondo
de tanto disparate.
No es tuya la derrota… Daniel
no cabe en tu equipaje,
¿Acaso las gaviotas…
otra vez en el aire?

Lo mío fue distinto… Daniel…
lo mío no fue nada.
Yo no tengo esa sombra…
que vaga en tu mirada.»

A DONDE DIABLOS?

¿A dónde diablos
habré metido yo los versos que tenía
sin terminar, sobre mi mesa todavía
aunque no fueran más de cinco o seis vocablos?
¿A dónde diablos?.

¡Es culpa mía!
aunque haya muchos para hablar del mismo tema
eran los justos moradores del poema
que para ti voy escribiendo cada día,
¡Es culpa mía!.

Se han extraviado
quizás al ver que eran metáforas en celo
fue su sonrisa golondrina en pleno vuelo
que sigilosa mis apuntes se ha llevado.

¿Qué diablos digo?
si solamente con abrir una ventana
y ver el sol que en tus cabellos se derrama
regresan prontos del olvido mis olvidos,
¿qué diablos digo?.

Para nombrarte
prefiero usar el corazón al diccionario
porque de siempre es el que lleva el inventario
de tantas cosas con que suelo compararte
para nombrarte.

Sencillamente
te llamo luna, cascabel o caracola
y ya me tienes en la cresta de la ola
buscándote por los espacios transparentes.

Pero…, ¡qué diablos!
si eres la vela que me empuja a mar abierto
eres el debe y el haber de mis aciertos
eres la exacta dimensión de mis retablos,
pero…, ¡qué diablos!.

A la deriva
si no pudiera refugiarme en tu mirada
navegaría mi razón incontrolada
a la deriva, sin timón, a la deriva.

Sería un milagro
si yo encontrara aquellos versos que tenía,
sin terminar sobre mi mesa todavía.
¿A dónde diablos estarán?, ¿a dónde diablos?

A MIS AMIGOS

«A mis amigos les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida, paso a paso.

A mis amigos les adeudo la paciencia
de tolerarme las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas.

Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.

A mis amigos les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías.

A mis amigos legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
mi pobre alma incorregible de cigarra.

Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.

Amigo mío si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los amigos en el alma.»

CUANDO UN AMIGO SE VA

Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va,
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va,
una estrella se ha perdido,
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a rebelar,
el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va
galopando su destino,
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.

Cuando un amigo se va,
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.

Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.

Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

La vejez

Me llegará lentamente
y me hallará distraído
probablemente dormido
sobre un colchón de laureles.
Se instalará en el espejo,
inevitable y serena
y empezará su faena
por los primeros bosquejos.

Con unas hebras de plata
me pintará los cabellos
y alguna línea en el cuello
que tapará la corbata.
Aumentará mi codicia,
mis mañas y mis antojos
y me dará un par de anteojos
para sufrir las noticias.

La vejez…
está a la vuelta de cualquier esquina,
allí, donde uno menos se imagina
se nos presenta por primera vez.

La vejez…
es la más dura de las dictaduras,
la grave ceremonia de clausura
de lo que fue, la juventud alguna vez.

Con admirable destreza,
como el mejor artesano
le irá quitando a mis manos
toda su antigua firmeza
y asesorando al Galeno,
me hará prohibir el cigarro
porque dirán que el catarro
viene ganando terreno.

Me inventará un par de excusas
para amenguar la impotencia,
´que vale más la experiencia
que pretensiones ilusas´,
me llegará la bufanda,
las zapatillas de paño
y el reuma que año tras año
aumentará su demanda.

La vejez…
es la antesala de lo inevitable,
el último camino transitable
ante la duda… ¿qué vendrá después;
La vejez
es todo el equipaje de una vida,
dispuesto ante la puerta de salida
por la que no se puede ya volver

A lo mejor, más que viejo
seré un anciano honorable,
tranquilo y lo más probable,
gran decidor de consejos
o a lo peor, por celosa
me apartará de la gente
y cortará lentamente
mis pobres, últimas rosas.

La vejez
está a la vuelta de cualquier esquina,
allí donde uno menos se imagina
se nos presenta por primera vez.
La vejez…
es la más dura de las dictaduras,
la grave ceremonia de clausura
de lo que fue la juventud alguna vez.

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