Imagínate que dios nunca existiera, que el mundo hubiera nacido de la nada, que la vida ya estuviera condenada para hacer lo que el azar de ella quisiera,
Yo, que siempre he vivido entre tinieblas, en un bosque de incertidumbres lleno en el que todo el ambiente huele a heno y el viento más audaz pone las reglas.