Te incrustaron rencor desde pequeño, tanto odio te inculcaron en tus venas que hoy te impiden soltar ya esas cadenas truncada por el tiempo en un mal sueño.
En la estancia reposa ya el finado, la tez muestra un semblante muy sereno, rezando unos amigos a su lado, pretenden liberarle del pecado mas todos hablan de él, fue un hombre bueno.