Confieso que he vivido… plácidamente recostado en una nube, obsesionádamente observando cómo ésta baja o sube, haciendo caso omiso a lo que a mi alrededor ocurre....
Malo he sido, lo sé, y hoy me arrepiento, y ante todos ustedes me confieso, que, débil, no he luchado contra el viento cuando anduve abducido por el sexo.
Me gusta trasgredir. Y es que el pecado es para mi en la vida un aliciente, lo llevo aquí a mi lado permanente es una bendición que dios me ha dado. Soy pecador. Confeso. Mala gente.