A mi que me enseñaron la religión cristiana, a mi que me educaron sin distinción a amar, que todo era sagrado y pecado era matar, no hallándose un lugar para la mente insana.
Imagínate que dios nunca existiera, que el mundo hubiera nacido de la nada, que la vida ya estuviera condenada para hacer lo que el azar de ella quisiera,