Quédate en silencio. Cierra los oídos. Solo, tú estás solo. Lo demás no existe. Si te sientes muerto, si te sientes triste, mira a tus adentros, palpa sus latidos.
Hace un tiempo rompí con mis caprichos, al cabo y al final no son más que eso, se insertan sin llamar dentro en tu seso queriéndote incordiar, vulgares bichos, y dártela con queso.
Pocos saben que entiendes de gladiolos, y que Plinio en tus flores se inspirara*, negra tierra encerrada con sus dolos en que el hambre y penuria se equipara; que un mal dios os creó y os dejó solos,..
Recuerdo aquella cita, fue en otoño, tú andabas preguntándome quien era, atónita, al oír no lo supiera pues hube de inventar, como el bisoño se encuentra en una espera.
De todos los placeres de la vida hay uno primordial que es el comer, comer mientras que pueda apetecer, dejando hasta que el cuerpo te lo pida ansioso, que hay que ver para creer.
Pasemos de las musas al teatro, dejemos al pasado el desencuentro, las olas cuando van al mar adentro no lo hacen al compás del tres por cuatro llevando al retornar resentimiento.
Dicen que el mundo avanza. Yo lo dudo. Que somos cada vez más educados, sensibles al amor, más reposados, capaces de sufrir si un estornudo. se ceba en los que son más desgraciados.
Hoy te escribo esta carta, que no es mía, tampoco es para ti, seré sincero, la flor que un día fuiste en mi florero motivo de tristeza y de alegría que tanto yo regaba y florecía...
Jugosa, delicada y complaciente, rezumando de amor todos tus poros, si rozas las papilas con tu diente te muestras tan sedosa y tan crujiente que suenan de los ángeles los coros
No creo fuera dios quien hizo al hombre, y aún menos que naciera de la nada, ni creo que él lo hiciera a mano alzada y nunca yo creí, nadie se asombre, que fue por un
Me gusta ver la gente que sonríe, la flor que se abre dulce y despereza, la cara de ese niño cuando reza, el ciego cuando pide que le guíe, comienza a caminar y no tropieza.