Está sólo y vacío sin agarre, sin nadie que le invite y tome asiento, con barco a la deriva y sin amarre dejando aquí la broza en lo que barre vagando por el mundo como el viento.
A ti, Dios, que tantas veces te he buscado, y en lograrlo siempre he puesto un arduo empeño, al que tanto en mis penurias he implorado y he acercado mis pupilas muy risueño.
Yo cuento mis historias como el cantor que canta sus logros, sus temores, y expande sus miserias y siente aunque no quiera que un nudo en la garganta cual coagulo mental le ataca a sus arterias.
Estoy triste y mis ojos ya no lloran en un banco sentado junto al parque, sin navío, sin remos, sin embarque, pidiendo ayuda a dios al que le imploran.
Sobre el papel rasgó el puñal pegando un grito con rabia fiera tal, ira mortal, mal talante, ¡maldita sea aquel, blanco papel maldito, altivo, se enfrentó ante del escritor proscrito....
Lanzadera de sueños de ideas, lanzadera, hermosa señorita voluble y casquivana, que tal como apareces te vas cada mañana pero que nunca fiel permaneces a mi vera.
Todos los días pensando en algún tema, todos las horas buscando algún asunto, una historia y un barniz que poner junto, y asi lograr componer algún poema.
Son cien veces que he iniciado este poema, y otras cien que no he llegado hasta el final, es quizás que a mi el versar se me da mal o es posible que no encuentre el mejor
Yo escribo aquí, y algunos me echais flores, lo que me induce a pensar, soy un florero. Agradecido le estoy por los honores, de su incienso yo me encuentro prisionero.
A mi me reconocerán por lo que escribo puesto que acostumbro a expresar mis sentimientos impertinentes y enfrentado a que los vientos tranquilos soplen o amenacen con derribos.
¿Dónde encuentro esa frase que me inspire, que me ayude a escribir un buen poema? Si para ello he de apelar a un teorema que deje algún rescoldo si se quema...