El líder es aquel que más engaña a todo el que le escucha sin lo note con índice más altos de rebote, que a todos va metiendo en la maraña logrando al fin les vote.
Confieso me he sentido algo aliviado sabiendo que yo soy un ser vulgar, que debo de aprender a caminar mirando con cuidado a cada lado pues puedo tropezar.
A mi me gusta el futbol. No me gustan aquellos que agigantan sus colores, aducen que es el club de sus amores, y los fans de otros clubes los disgustan fardando de ser ellos los mejores.
Si dios me hubiera hecho de otra pasta, -pongamos que yo fuera de resina-, de algún que otro color de plastilina o incluso otra materia que se aplasta.
Hola niños, yo soy Gloria, la que perdió la memoria que guardaba en su zurrón, pegó un mordisco al turròn creyendo era zanahoria y allí quedaron sus piños...
Amanece en Madrid, duerme la luna, la luz de algún farol pierde su encanto, por la calle Mayor se escucha el llanto de un niño bostezando de su cuna, del ruido un adelanto.
Pues que dios no es tan bueno como dicen, -yo hace un tiempo que no me chupo el dedo-. Ya no sirve de nada metan miedo pues debieran saber los que bendicen que nunca anduve ciego.
Dentro de poco se dirá que fuiste, -el pasado es un algo que se acaba-, que sale a navegar y no resiste. Se sabe a ciencia cierta que no huiste pues viste como el agua ya achicaba.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.