He venido a buscarme y no me encuentro, es posible padezca de ceguera. Siempre anduve mirando para afuera pensando que del mundo yo era el centro, creo, como cualquiera.
No me pidas que mire hacia otro lado, ni incites a taparme los oídos, ni quieras que aunque sean desconocidos me olvide de pensar que, acongojado, no sufra por los ángeles caídos.