Dicen que el mundo avanza. Yo lo dudo. Que somos cada vez más educados, sensibles al amor, más reposados, capaces de sufrir si un estornudo. se ceba en los que son más desgraciados.
El hecho de tenerle simpatía es algo natural, que no es invento, mas puede que esa historia sea un cuento que un día te contó la tiá María y no tenga sentido ni argumento.
Amigo, hoy los tiempos han cambiado, travestidos en aras de otra ciencia, de acera sin decirlo se han mudado, a principios de antaño traicionado, convertidos en presos de conciencia.
Soy viejo. Y es por eso que yo recuerdo a Franco, el gran liberador, omnímodo y caudillo, que al pueblo adoctrinó de un modo muy sencillo. Constancia aquí he de hacer creando este estribillo...
Por favor, no me insistas, no estoy loco, suplico no hurgues más en mi cerebro ni lances a traición ningún requiebro no intentes, por favor, comerme el coco.
Los hados me legaron un halo de infortunio, que siguen y persiguen pues nunca han olvidado, quisiera se abstuvieran mirando hacia otro lado, pues solo han acertado que yo naciera en junio.
Mis versos son una excusa para decir que te quiero, son flores en el florero inspirados de una musa. Ni una palabra confusa ni una estrofa titubeante,...
Porque tiene en los ojos dos goteras que desprenden sus llantos y lamentos, porque sabe contarte algunos cuentos para al fin ya salir por peteneras de tantos esperpentos.
La puerta de mi casa siempre abierta la tengo por quien quiera visitar, no tiene que llamar, ni existe un aldabón en esa puerta y espera al visitante siempre alerta poderle saludar.
Juguemos a ser buenos. Yo me apunto, que a mí a ser generoso nadie gana, me doy golpes de pecho en la mañana, lamento cuando tocan a difunto los toques de campana.