Yo vi la noche oscura… ¡qué dichosa aventura! preñada de misterios, repleta de silencios, cargada de leyendas, caballos que cabalgan sobre nubes oscuras y de sombras inquietas
Y llovía y llovía, y tronaba y tronaba. Y en esa tarde fría, nebulosa y sombría, el silencio se ahogaba. Y aquella plaza impía, desierta sollozaba, ausente de alegría.
La conocí en un bar una noche sin luna después que la fortuna me enviara a pasear, desnudo, sin lugar, sin esperanza alguna, calmé mi desconsuelo en ese oscuro bar.
Mis ojos se cierran, las luces se apagan. Desde los cristales de mis dos ventanas la lluvia se asoma mostrando sus canas, preñadas de hielo lágrimas resbalan.
Yo andando sólo voy en compañíade mi alma cual valiente aventurero.Me paro a reposar donde yo quieroque, triste, voy vendiendo mi alegría,y aireando el desespero.