¡Oh, muchacha apenada que en la arena, -el lugar donde el mar peina las olas-, vas soltando la broza de tu pena para así liberar de su condena sentándote a sufrir con ella a sólas!
Así quieran culpar, no soy culpable, que yo soy lo que soy, que así me hicieron. Los que a mí me educaron y murieron buscaron un promedio de notable haciendo a un ciudadano. Y confundieron
Me contaron mis abuelos que en la Habana por la noche, cuando ruge el malecón, en que afloja la pereza y la galbana, con su parche, su bandera y su canana, surge un hombre tarareando una canción.
El mundo está atrapándose en sus flemas por culpa de una clase dirigente que olvida que es votado por la gente, espera que resuelva sus problemas y siente que le mira indiferente.
Hoy repaso mi vida y me averguenzo puesto que aunque yo quise ser no he sido nada más que un ingenuo desvalido, un mendigo infeliz. Desde el comienzo...
Me iré, sé que me iré, cuando me vaya apenas dejaré en alguna esquina de la que fuera, humilde, mi atalaya en el lado u orilla de la playa una gota del pino de resina.
En la tercera parte de la vida ha hecho un receso, se ha parado a pensar, extenuado ya de tanto caminar, que ha abierto en sus talones una herida, y hoy se asienta en la vereda junto al mar.
Lo supe el primer día na' más verlo, no pienses vaya a entrar en tus disputas, valoras mucho el tiempo que disfrutas no hallando una razón para perderlo.
Hay siete niños ciegos. Palestina. ¿Otros siete? ¡qué más da, y qué decir! Otros siete a añadir. No hay medicina que a los hombres obligue a discurrir según la ley divina,
El tren de la esperanza se adivina y espera en el andén las ilusiones ansioso por subirse a los vagones, e inmerso en el olor a la resina que impregna el despertar de sus pasiones.
Yo sé, de este cigarro se apaga la colilla, que la última calada debo ya de apurar, y sé que de este trance la noche ha de llegar, que un día va a arribar mi barca hacia la orilla.
Hoy no estoy para nadie, es un mal día. Si preguntan por mí, diles que no estoy. Que hoy mi amiga del alma, mi alegría me ha dejado en silencio, vida mía, sin decir tan siquiera que me voy.