Yo intento comprender a los que ladran que son notoriedad dando codazos, y suelen escribir con gruesos trazos, empujando pidiendo que les abran, o a gritos disparándote a balazos.
Hay muchos que presumen de ser buenos, su tiempo dedicando a predicar, no crean que ellos quieren engañar ni deben de dudar ni mucho menos, son buenos pues lo dicen sin parar.
Como la arena que arrastrando van las olas, aprovechándose de la fuerza del viento, existen gentes que manejan sentimientos para acercar hasta su altar las caracolas,
Me indignan los que viven de promesas que suelen anunciar lanzando al viento, e ignoran lo que afecta al sentimiento, que ingenian sin piedad desde sus mesas donde hallan complacencia a su sustento.