No me importa que pises mi retrato ¡allá tú y tu problema de conciencia! jamás has de lograr pase un mal rato, por mucho que lo insista, tu alegato no acabará colmando mi paciencia.
Hablemos con franqueza. Medias tintas solo para el amor son sucedáneos, se suben a la chepa en los amaños y engañan a los ojos con sus fintas huyendo la pasión por sucios caños.
¡Oh, muchacha apenada que en la arena, -el lugar donde el mar peina las olas-, vas soltando la broza de tu pena para así liberar de su condena sentándote a sufrir con ella a sólas!
Así es él, creyente, un descreído que un día al terminarse la jornada contempla con rubor no cree en nada e ignora incluso aquí a qué ha venido, si acaso es que se encuentra confundido...
Pongamos que yo soy un comediante, que gozo fabricando mil enredos, un tipo inaguantable, petulante, de mal genio, carácter mal talante, que va tomando el pelo con sus credos.
Si al banco que se encuentra allí en el parque un día yo la mano le tendiera brindando mi amistad. Y él comprendiera lo mucho que se acerca ya el embarque y en un gesto de amor él me quisiera.
Las féminas me abruman por doquier, que a gritos nunca paran de reñirme, y a punto incluso están de consumirme, yo aquí pido me dejen de joder pues nunca han de lograr pueda rendirme.
Que ha llegado hasta aquí sin tener casa, sin nada, ni sustento que alimente, le impulsa a presentirse indiferente, ausente de la vida y lo que pasa, dudando si es que vive o lo presiente.
Es aquí donde hoy vivo, que hay mucha gente, todos tan diferentes, de otros países, unos hay que olvidaron ya sus raíces, otros sé que las tienen siempre presente.
Conviene recordar, si es que el recuerdo aflora sin desprecio a la memoria, seguir dándole vueltas a la noria, sin agua, el ejercicio será lerdo cuando acceder se aspire hasta la gloria.
Y un día ha de venir, yo estoy seguro, en que el mundo espabile y se despierte y se plante sin miedo ante la muerte y atienda a la razón poniendo un muro.
Entre el sol y la luna hay un espacio que abarcar no consigo, aunque lo intento, lo mismo que no acierto al sentimiento, arrimando los polos muy despacio, acercarlos los dos. Crean no miento.
Aquí la vida pasa lentamente, con lánguida sordina, y es tediosa, sólo existe la calma y el presente se alarga sin cesar eternamente cual agua que resbala de una losa.