Echar la vista atrás, vuelta al inicio, creer que en el nacer está el vivir, soñar, eso es lanzarse al precipicio, llorar, por qué llorar, por qué sufrir.
Yo amo el amor igual que aquel que ama el alma del pabilo de una llama, la escarcha en el pistilo de una flor, la fiel policromía del color y en ansia de abrazarle se derrama.
Paso a paso con la vida voy bailando y no tengo, partenaire no necesito, que una cosa es al bailar ir caminando y otra haciendo del andar un requisito.
La vida para mi es un esperar que asome a florecer la primavera, de vuelta a cosechar la sementera y de nuevo el invierno y a sembrar y repetir la espera.
Sonreír, a la vida sonreír, aun cuando la misma le trate con desprecio a este árbol que antaño fuera recio y presienta que algún día ha de decir adiós. Y así que fuera un necio,