Un día se piró. Zoe era su nombre.Era mi amiga, fue mi confidente.Se fue sin avisarme, de repente,quizás es que con ella fui un mal hombre...
Hoy no estoy para nadie, es un mal día.Si preguntan por mí, diles que no estoy.Que hoy mi amiga del alma, mi alegríame ha dejado en silencio, vida mía,sin decir tan siquiera que me voy.
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El que escribe, Donaciano, como el labriego en Castilla va esparciendo la semilla a voleo con la mano. Lo mismo que hace el cristiano que a Dios no ha visto y le reza y espera de su grandeza que llegado el mes de abril le riegue con aguas mil la madre naturaleza.
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Leer poesía? Ni loco!