Quitándome el sombrero me presento, soy, ¿quién soy? quizás sea, más quisiera, alguien que apareció un día cualquiera, furtivo, despistado, en un evento, cual gato va asomando a una gatera.
Museros no es mi pueblo que pueblo yo hoy no tengo, que azares del destino me hicieron emigrar desde la tierna infancia a más de algún lugar y en la mitad del trecho perdióse mi abolengo.
Resulta ayer nací y hoy ya me he muerto, que ayer yo era, incipiente, un renacuajo, un macho, pues nací con un colgajo dispuesto a la mujer llevarla al huerto haciendo ostentación de desparpajo.
¡Ahora ellos tienen todo y aun se quejan! no soportan padecer la frustración, son cual flores que mancillan su jarrón, tan ingratos que a su suerte no cortejan.