Pocos saben que entiendes de gladiolos, y que Plinio en tus flores se inspirara*, negra tierra encerrada con sus dolos en que el hambre y penuria se equipara; que un mal dios os creó y os dejó solos,..
Yo soy la ley y el orden, soy quien manda, un caballero andante en la porfía, aquel que sale al quite cada día, el más listo y marchoso de la panda. Yo soy la ley, permitan que me ría.
El riesgo de creerse bendecido por dioses que le otorgan su dispensa, que exime a obedecer y en su defensa por otros que en el palco enardecido, querrán bailarle el agua, que es la prensa.
En este mundo hay putas, muchas putas, que todo aquí se vende, se vende a dios y al rey en las disputas jugando con las tesis disolutas del qué, cómo y depende.
Destruir es más fácil. Construir precisa habilidad y de talento, esfuerzo y no morir en el intento tratando más de dar que en recibir, del ánimo el sustento.
Dios piensa que pensar es de mal gusto ¡cuidado que en la boca no entren moscas!, que hablar de lo que ignoras es injusto ni sirve si a palabras las enfoscas.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.