Hace un tiempo te fuiste al otro mundo, al que, dicen que todos nos iremos, entre tanto me vaya y si nos vemos, te recuerdo, no pierdo ni un segundo, no sirve que recemos.
Que todo lo que escribo lo he robado de un libro que esparciendo va en el viento palabras que me inspiran lo que siento y yo he ido recogiendo y agregando en folio de papel harto
No debieras quejarte, que hay peores, los muertos que no tienen quien les recen, o mueren ya al nacer y no envejecen, pintando van de negro los colores.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.