La tarde va cayendo sumida en su pereza, las hojas rebotando sobre el firme enfermizo, -recuerdo yo esa tarde sufriendo aquel hechizo- en medio del susurro de un aura que bosteza.
Cuando yo era pequeño, los pecadillos, por mi mente rondaban siempre al acecho. Me enfrentaba a mi dando golpes de pecho, -que a mi lado jugaban otros chiquillos-, mientras yo preguntaba ¿qué es lo que has hecho?.
¿Quien hay que de mi se mofa? la estrofa. ¿Por qué se muestras perversos? los versos. ¿Quién sabe lo que me pasa? la guasa. Que responda la Tomasa pues yo nunca lo he sabido por que de mí se han
Los sueños que se fueron ya nunca volverán, y nunca te hablarán, dirán por qué se fueron, quizás es que no huyeron que están en el desván cual trastos, cachivaches que ya no servirán, mas sepas
Nací, ¡por qué será!, con la peseta una tarde, de un mes, ¡qué importa el año! amarrado al pezumen de una teta haciendo con mi cuerpo una pirueta cuidándome al llegar como oro en paño.
Constructor de poemas, mi cemento no lleva la belleza en su argamasa, mas no hay colesterol ni lleva grasa pues tiene consistencia y fundamento y va soltando al mundo lo que siento,..
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.