¡Qué triste es esta vida, no la entiendo! ¡Qué lástima que existan alcornoques! ¡Qué pena que me causan los disloques! ¡Qué esfuerzo me produce ir resistiendo, pues mira y no me toques!.
Con la mochila al hombro voy caminando poco, poquito a poco, muy despacito por la vereda angosta, no sé hasta cuando vivo mirando al cielo que es infinito.
Quizá sepas la vida va muriendo, se va poquito a poco, lentamente, desliza hasta llegar a la pendiente Así que tú te vayas resistiendo, irremediablemente
He visto a Dios llorando en las esquinas en un país doliente, bella Ucrania, que ve como muriendo va su gente, la ruina pululando en el ambiente, y sufre al ver que aun siguen las inquinas...
Andaba yo jugando al escondite -parece que fue ayer cuando era un niño- y vino la verdad a hacerme un guiño lanzándome a la cara cruel su envite diciéndome, cariño,
Uno había pensaba que la luna un globo era que un niño había perdido, que rota la atadura había subido pudiendo así observar desde su cuna que ya se había dormido.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.