Una ventana abierta y un horizonte incierto, una nube en mis ojos de apacible silencio, una calle vacía de aceras sordas. Siento el suspiro del agua, la música del viento.
A veces me pregunto ¿qué sería si este ingenuo e inestable adolescente ansioso por gustar, su mente impía solo hubiera saciado en agua fría sin gozar del saber en otra fuente?
Está preso mas no es un delincuente, está preso y no sabe ni el por qué; que hoy el miedo a morir próximamente se ha incrustado en lo oscuro de su mente...
Y el tiempo fue pasando haciéndole más viejo, donando sus consejos, al ayer recurría, sus nietas adoraba, por sus nietas vivía, pensando solo en ellas se miraba al espejo.